Por Antonio Pérez Esclarín
¿Cómo es posible que haya
personas que, después de haber mantenido una actitud militante contra el
Gobierno, aseguran que no van a votar en las próximas elecciones de
gobernadores y, peor aún, llaman a la abstención o incluso critican como
traidores a los que optan por esta salida democrática?
Si rechazan el
camino electoral, ¿cuál es el camino alternativo que proponen? ¿Seguir con las
guarimbas y trancazos que, ante un gobierno sordo a los reclamos pacíficos y
dispuesto a todo, trajeron sangre, muerte y destrucción y hoy son rechazados
por inapropiados e inútiles por las mayorías? ¿Habrá personas tan desubicadas e
ingenuas que claman por un golpe militar o, peor aún, por una intervención
extranjera que sólo traería más miseria, destrucción y muerte? Si en verdad,
desean salir de este gobierno, ¿la solución es fortalecerlo entregándole todas
las gobernaciones? ¿Cómo no comprender que la abstención o la división de la
oposición es lo que le conviene al gobierno que jugó a esa carta, con la
esperanza de que la gente no saldría a votar?
Superar la situación que
vivimos, supone superar el temple derrotista que desdice del genuino espíritu
ciudadano, capaz de crecerse con los reveses y las dificultades. La pelea
es peleando y no ir a votar supone entregar en bandeja de plata la victoria al
rival. Es bien cierto que en Venezuela las elecciones no se dan en
términos equitativos pues el gobierno utiliza sin pudor todos sus recursos y
poder para imponer a sus candidatos, pero eso debería motivar a los
opositores a dar la pelea con más entusiasmo. Los espíritus nobles y
combativos se crecen en las dificultades. Las elecciones primarias, (que
sólo se dieron en la oposición, pues los candidatos del gobierno fueron
elegidos a dedo, sin consultar al pueblo) demostraron el temple
democrático de las mayorías. Después de algún enfrentamiento bochornoso al
calor de la disputa electoral, que el gobierno pretendió utilizar para
desprestigiar a la oposición, es urgente que todos apoyemos con decisión a los
candidatos ganadores. Sería injustificable e imperdonable que el egoísmo se
tradujera en división que favorecería al candidato del gobierno. Tampoco va a
servir abstenerse por pensar que el Gobierno o la Asamblea Constituyente, que
son todos progobierno, dejarán sin efecto las elecciones con
cualquier excusa.
El gobierno se metió en un callejón sin salida pensando
que la oposición no iría a las elecciones o iría muy dividida y desanimada. Si
hay elecciones, y la gente acude a votar, corren el riesgo de perder todas o
casi todas las gobernaciones. Si no las hay, después de haberlas prometido y
utilizado como bandera para demostrar su carácter democrático, estarán de una
vez por todas reafirmando ante el mundo que son una dictadura.
¡Todos a votar con ánimo y
decisión el 15 de octubre! Debemos pasar del pesimismo al
entusiasmo que da fuerzas para seguir luchando por una Venezuela próspera y
fraternal donde vayamos superando las colas, la escasez, la inseguridad, la
corrupción, la violencia, la inflación, el autoritarismo y el populismo, que se
dedicó a hacer clientes en lugar de ciudadanos.
22-09-17
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