Fernando Camino Peñalver 15 de abril de 2018
@fernandocaminop
Desde
su instalación en el poder, el régimen ha venido destruyendo sistemáticamente,
la capacidad productiva del sector privado, con más ensañamiento aún en los
circuitos de la producción de alimentos. De forma unánime, todos los gremios
que verdaderamente representan a los integrantes de los circuitos
agroalimentarios, han señalado que este año la producción de alimentos será
casi nula.
Fedeagro
ha hecho una advertencia a la población sobre el incremento de la escasez y de
la carestía de los alimentos en nuestro país. La advertencia la hace debido a
que el sector primario este año, solo podrá producir un 25% de la demanda de
alimentos de consumo directo y de la materia prima para la agroindustria.
El
déficit de un 75% en la oferta de productos agrícolas y la falta de divisas
para importar, lamentablemente va a agravar la crisis humanitaria que azota a
nuestra población. La demanda de alimentos con una oferta restringida es una de
las principales causas de la hiperinflación que padecemos. Se estima que la
hiperinflación podría llegar este año a niveles superiores al diez mil por
ciento, aumentando aún más el sufrimiento de nuestra población.
Además
de la ausencia en nuestro país del estado de derecho que garantice las
garantías económicas para producir, de la inseguridad y del colapso de los
servicios públicos, el sector productivo adolece de un eficiente suministro de
insumos indispensables para producir. El régimen monopolizó el libre suministro
y la distribución de agroquímicos, de fertilizantes y de semillas, para
privilegiar a una empresa pública. Agropatria a pesar de contar con cientos de
millones de dólares en insumos expropiados a Agroisleña y de la inyección de
otros tantos millones aportados por el gobierno, se encuentra quebrada e
incapacitada para cubrir la demanda de los productos requeridos para
desarrollar con éxito los dos ciclos de siembra de este año.
La
Asociación Venezolana de Empresas Semilleras, gremio que agrupa a los
comercializadores de semillas nacionales e importadas, ha señalado que el
inventario de semillas de hortalizas está en un tres por ciento de
abastecimiento. También los productores de cereales, oleaginosas, leguminosas y
del cultivo de la papa, han denunciado que la situación para ellos es tan grave
como la de los productores de hortalizas. Igualmente se quejan los ganaderos de
la falta de semillas de pasto, necesaria para fundar y renovar potreros. Esta grave
situación de los agricultores por la carencia de semillas, está incidiendo
dramáticamente en el costo y la escasez de las hortalizas y de la papa, así
mismo en la calidad y en las condiciones fitosanitarias. La encuesta Encovi
2017 reflejó una disminución significativa del consumo de hortalizas y
actualmente se evidencia la misma tendencia en la demanda de la papa.
En
1983, asistimos en Colombia a unas jornadas técnicas sobre producción de
semillas en los países del área andina. En este evento, promovido por el
Instituto Interamericano de Agricultura Tropical, se le reconoció a nuestro
país el primer lugar en el uso de semillas certificadas. En la década de los
setenta importábamos de Colombia semilla certificada de arroz, pocos años
después logramos mejorar esta semilla para convertirla en un insumo de
exportación.
Todos
los avances logrados en afianzar la técnica de sembrar con semillas
certificadas y de generar toda una capacidad tecnológica para producir y
multiplicar híbridos y variedades en nuestro país, fue destrozada por el
régimen hasta convertir nuestra agricultura en una agricultura castrada.
La
fracción parlamentaria de la MUD presentó un moderno marco legal para sustituir
la sesgada y arcaica ley de semillas del régimen. Este proyecto de ley de
semillas fue diseñado con asesoramiento de los mejores técnicos en materia de
producción de semillas en nuestro país y ha sido seleccionado entre los veinte
proyectos a ser considerados en este periodo de sesiones.
Con la
moderna ley de semillas, con la aplicación de políticas públicas dirigidas a la
apertura internacional y con el concurso de los mejores técnicos, nuestro país
pasará a ser nuevamente uno de los países del mundo con mayor adelanto en el
uso y la producción de semillas. El cambio de este régimen por un gobierno
democrático hará posible que después de dieciocho años de atraso, entremos por
la puerta grande al siglo veintiuno. Por eso vale la pena esta lucha, en eso
estamos.
Fernando
Camino Peñalver
@fernandocaminop
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