Por Marino J. González R.
El aumento de los casos de
sarampión que se ha producido en las últimas semanas en América pone de relieve
la vulnerabilidad de los sistemas de salud, incluso ante las situaciones más
prevenibles. Según el último informe de la Organización Panamericana de la
Salud (correspondiente al 6 de abril de 2018), once países de América han
reportado casos desde la primera semana del año 2018. Dentro de esos
países, destaca que Venezuela ocupa el primer lugar con 727 casos reportados. Venezuela
también tiene la mayor cantidad de casos confirmados (279).
Desde la semana 26 del año
2017 se han confirmado 1.006 casos de sarampión en Venezuela. También
se han registrado dos defunciones por esta causa. El 67% de los casos confirmados
se han producido en el estado Bolívar. También se han notificado casos en los
estados Apure, Anzoátegui, Delta Amacuro, Distrito Capital, Miranda, Monagas y
Vargas. El grupo de edad más afectado son los menores de 5 años.
La situación de empobrecimiento
sostenido que ha experimentado Venezuela desde 2014, sumado al estado de mayor
destrucción productiva que se ha desencadenado con el inicio de la
hiperinflación, han impulsado a muchos venezolanos a buscar fortuna fuera del
país. Esto significa en la práctica, que el riesgo del aumento de los
casos de sarampión también se ha trasladado a otros países de la región. En
Brasil, especialmente en el estado de Roraima, de un total de 42 casos
confirmados, 34 son de venezolanos. De esos casos se han registrado dos
defunciones en niños. En Colombia, los cinco casos confirmados corresponden a
venezolanos (cuatro procedentes de Caracas y uno de Miranda). Estos casos se
han registrado en diferentes ciudades: Cúcuta, Medellín, Santa Rosa de Cabal y
Cartagena. En Ecuador se reportó un solo caso, correspondiente a un niño
venezolano de 5 años.
Es bastante obvio que el mayor
deterioro previsible en la situación económica y social de Venezuela, impulsará
que muchas más personas exploren opciones de vida fuera de Venezuela. La
cobertura de inmunizaciones de esas personas que migrarán está entre las más
bajas de la región. Si los casos de sarampión están aumentando, es muy
directo que las personas que salen del país pueden llevar la enfermedad al
sitio donde decidan residir. Es decir, que uno de los servicios más sencillos
de un sistema de salud, como es la administración de inmunizaciones, se
convierte entonces en una terrible debilidad.
Esta situación epidemiológica
tiene consecuencias internacionales de significación. Es por ello que los
gobiernos de los países vecinos deben entonces administrar los servicios que no
fueron aplicados a los venezolanos, so pena de que aumente mucho más el número
de casos de sarampión.
Todo esto indica el estado de
desprotección de la salud de los venezolanos, hasta el punto que las
consecuencias de estas carencias se extienden más allá de nuestras fronteras.
La implementación de las peores políticas de salud pública desde la creación el
Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en 1936, ha convertido a los
migrantes venezolanos en un riesgo continental.
11-04-18
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