Por BBC News Mundo
«El bolívar es ya solo un
bonito recuerdo».
Eso es lo que asegura
Ricardo Cusano, presidente de Fedecámaras, la principal asociación empresarial
de Venezuela.
Y es que en la Venezuela de
la dolarización, el bolívar, al que la Constitución reconoce como la moneda
nacional, juega un papel cada vez menor.
Después de años aplicando un
férreo de control de cambios, el gobierno de Nicolás Maduro tolera ahora las
operaciones en divisa como vía para contener la hiperinflación y
estabilizar una economía golpeada por una de las peores crisis de la historia
reciente.
Dólares, euros, y en algunas
zonas también pesos colombianos y reales brasileños, circulan ahora por
Venezuela, hasta el punto de que la economista Tamara Herrera asegura que «el
gobierno quiere un país multimoneda».
El rey es el dólar.
De acuerdo con las últimas
estimaciones de las principales consultoras económicas del país, más del 65% de
las transacciones se hacen ya en billetes verdes y la previsión es que su uso
seguirá aumentando.
«Aquí ya todo es puro
dólar», cuenta Giovanni, que se gana la vida vendiendo huevos en Catia, una de
las zonas más populosas de Caracas.
El dólar se usa ya también
en las pequeñas transacciones./GETTY IMAGES
A pocos metros, en una
imagen impensable hace no mucho, un buhonero grita «¡compro dólares!».
Por qué está «enfermo» el
bolívar
Luis Vicente León, de la
consultora Datanálisis, afirma que el «bolívar es un enfermo pegado a una
bombona de oxígeno».
Para el experto, «el bolívar
perdió todas las funciones de una moneda y ya no sirve ni como reserva de
valor, ni como medio de intercambio, ni como unidad de cuenta».
El gobierno venezolano
financió durante años su elevado déficit público mediante la emisión de moneda,
lo que contribuyó a la hiperinflación que ha castigado el poder adquisitivo de
los venezolanos y restó crédito tanto al bolívar como al Estado que lo emite.
Para León, esto es clave, ya
que «el valor de una moneda depende de la confianza en las autoridades
monetarias».
En el Mercado de la Hoyada,
en Caracas, Marcelo Ruiz, uno de los comerciantes que se ganan la vida
vendiendo ropa deportiva allí, a los que ahora cada vez con más frecuencia les
pagan en divisas, lo ha notado en su propio bolsillo. «El dólar aguanta más»,
le dice a BBC Mundo.
Los economistas creen que el
gobierno quiere que haya varias divisas en el país./GETTY IMAGES
Quién gana y quién pierde
con la dolarización
Leonardo Vera, profesor de
la Universidad Central de Venezuela, recuerda que «la mayoría de trabajadores y
pensionados dependen del Estado y siguen cobrando en bolívares».
«Tienen unos ingresos
irrisorios y viven en condiciones cercanas a la esclavitud», indica Vera.
Francis Guillén, enfermera
en un hospital público da fe de ello. Hace poco decidió lanzarse a fabricar y
vender geles y champús, harta de ver cómo su sueldo en bolívares no le
alcanzaba para lo esencial.
«En un buen día de ventas,
puedo ganar más que en todo un mes de trabajo en el hospital», explica.
Los expertos indican que los
principales beneficiados de la nueva coyuntura son las empresas que
facturan en dólares y los proveedores individuales de servicios.
En muchos barrios
venezolanos, funcionarios que perciben el salario mínimo, (menos de 4 dólares
al cambio), tienen como vecino a un plomero o un conductor que hace trabajos
que cobra en divisa.
El bolívar pierde valor día
a día./GETTY IMAGES
Para Cusano, «los
trabajadores están siendo los grandes perdedores» de la dolarización.
Pese a que Nicolás Maduro
prometió que el dólar nunca sería la moneda de Venezuela, en una rueda de
prensa el pasado 14 de febrero aseguró que su aparición había sido una
respuesta natural de la economía a las sanciones de Estados Unidos.
«Ante la opción reprimo o
permito, yo tomé la opción lo permito», dijo confirmando su cambio de opinión
respecto a la divisa estadounidense.
Pero no ha habido un cambio
legal que respalde y regule el proceso, lo que lleva a Cusano a describirlo
como una «dolarización anárquica», con el peligro de que se imponga «la ley del
más fuerte».
León, en cambio, cree que, a
medida que el dólar se extienda, «también los más pobres se verán beneficiados»
al acceder a una moneda más valiosa y fiable.
Dónde circula cada moneda
Maduro ha cambiado de
opinión sobre el dólar./GETTY IMAGES
Aunque el dólar es
claramente dominante, las monedas en circulación varían en los diferentes
lugares de la Venezuela multimoneda.
Según los datos de
Ecoanalítica, Maracaibo es una de las ciudades donde más frecuente es el uso
del dólar, lo que podría deberse a que los frecuentes cortes de electricidad
dificultan allí el uso de los puntos electrónicos de pago y las operaciones con
tarjeta.
Caracas es uno de los
lugares donde muchos negocios aceptan el euro. Según los expertos, la
moneda única europea procede de las inyecciones que realiza el Banco Central de
Venezuela y de pagos que hace la petrolera estatal, PDVSA.
Pero en zonas fronterizas
del Estado Táchira es el peso de la vecina Colombia lo que prefieren
en muchos comercios. Al sur del Estado Bolívar, fronterizo con Brasil, sucede
lo mismo con el real brasileño.
Todas, antes que el bolívar,
incapaz de mantener su valor y de la que además escasea el efectivo.
En las zonas fronterizas del
país se usan también las monedas de Colombia y Brasil./GETTY IMAGES
Los intentos del gobierno
por introducir el petro, al que define como una criptomoneda, no han
servido hasta ahora para que extender su uso.
Un país sin cambio… ¿y sin
bancos?
«Nadie paga el precio
exacto. Todo el mundo quiere que le des cambio», se queja Daniela en la
frutería que regenta en el Mercado de Chacao, en Caracas.
Es una tendencia creciente
en un país que funciona en dólares pero en el que cuesta encontrar billetes
pequeños de esta divisa.
El resultado es que en
muchas transacciones se paga un importe principal en dólares y un resto en
bolívares con la tarjeta de débito. Por ejemplo, si el precio total son US12$,
se pagan US$10 y lo demás en bolívares.
De este modo, las tarjetas
de los bancos venezolanos, que no tienen permitido operar en dólares, han
quedado convertidas en una especie de tarjeta monedero.
El fenómeno ha llevado a una
curiosa segmentación monetaria de la economía. En mercados como el de Quinta
Crespo, en Caracas, se tiende a pagar en bolívares las frutas y verduras, más
baratas que la carne, que suele pagarse en dólares.
El bolívar se usa ahora solo
en las pequeñas transacciones./GETTY IMAGES
Otra consecuencia de la
agonía del bolívar es la pérdida de importancia de los bancos.
Como las operaciones en
dólares entre entidades no están permitidas, la banca es relegada a la misma
velocidad que el bolívar.
La economía de Venezuela
funciona cada vez más en dólares en efectivo, por lo que mantener una cuenta
bancaria en la que solo se pueden manejar bolívares está perdiendo el
atractivo.
Algunos bancos tratan de
contrarrestarlo ofreciendo depósitos y servicios de custodia de dólares, útiles
para los negocios que facturan grandes cantidades y no tienen otro lugar donde
conservarlos, pero las limitaciones para su manejo desincentivan a muchos
potenciales clientes.
Qué futuro le espera al
bolívar
El volumen de bolívares en
circulación se ha reducido significativamente.
Cusano asegura que «en 2019
el gobierno hizo un esfuerzo de disciplina fiscal», lo que se tradujo en
una reducción de la liquidez monetaria, que, según las últimas estimaciones,
equivaldría ya a menos de US$700 millones.
Este dato macroeconómico
contribuyó a contener la hiperinflación y explica por qué muchos de los que se
ganaban la vida como intermediarios en operaciones de cambio en el mercado
paralelo tienen ahora que dedicarse a otra cosa.
«No hay bolos», es la frase
que más repiten últimamente, utilizando el nombre popular de la moneda
venezolana.
Los bolívares se han ido
haciendo cada vez más escasos./GETTY IMAGES
Ha paliado en algo «el
colapso de la demanda de bolívares» detectado por Arcay, pero el enfermo sigue
en la unidad de cuidados intensivos.
Vera señala que «rescatar el
bolívar requeriría un plan integral de reformas».
Sin embargo, «se ha revelado
como un enfermo que se resiste a morir», y sigue siendo la moneda en la que se
cobran la mayoría de impuestos y rige el sistema financiero.
León indica que «en
realidad, el bolívar solo puede morir si lo mata el gobierno».
Y Arcay no cree que vaya a
hacerlo: «El bolívar siempre va a ser un recurso para monetizar el déficit.
Solo el año pasado monetizaron US$3.500 millones. Esa es una fuente de ingresos
a la que no van a renunciar».
21-02-20
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