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domingo, 23 de febrero de 2020

El coronavirus y la geopolítica por @polis360



Por Piero Trepiccione


El coronavirus ha sido una noticia que ya se está tomando como algo rutinario en el resto del mundo fuera de China. Aun cuando ya pasan los dos mil fallecidos por la epidemia y se superaron ya los más de setenta mil casos de contagios, la opinión pública mundial no está tomando en serio realmente el peligro que representa una situación de esta naturaleza, en una época donde todo está interconectado y los viajes son mucho más frecuentes que hace veinte años. Sin embargo, los gobiernos y las agencias de inteligencia globales se mueven a otro ritmo.

La geopolítica mundial está muy pendiente de lo que ocurre en Wuhan con la evolución del coronavirus. China ha sido el país de mayor crecimiento económico en el planeta al menos durante las dos últimas décadas. Esta estabilidad la ha llevado a ser la segunda economía y a mirar de cerca el primer lugar en un decenio. Europa, Estados Unidos y Latinoamérica han sido los grandes afectados en materia de perder empleos y capacidades productivas al ser desplazados por las facilidades otorgadas por el gigante asiático y especialmente, por ofrecer la más variada y barata mano de obra en todo el orbe.

Al principio, China se dedicó solo a desarrollar su economía y su infraestructura, pero ya en los últimos años, su acelerada incursión en la producción y venta de armamentos además de su nuevo rol diplomático internacional visualizado a partir de sus posiciones en relación a los casos de Siria y Venezuela; su empecinamiento en construir un nuevo canal intercontinental en alianza con Daniel Ortega en Nicaragua, nos muestran los dientes de acero que se asoman para asegurar mercados y un posicionamiento estratégico, globalmente hablando. Con esta nueva actitud, las potencias han comenzado a mirar a China con cierto recelo.


Adicionalmente, países como Vietnam, India, Indonesia, Corea del Sur y Japón, tienen rivalidades abiertas y encubiertas con un país con el que disputan socios comerciales y mercados alrededor del mundo. Estos aspectos nos muestran la queja de China de haber sido politizado el tema del coronavirus con las consecuencias nefastas que esto pudiera acarrear hacia su economía y el exceso de visión geopolítica para aprovechar esta dramática situación en favor de intereses económicos y financieros de países competidores.

Parece dantesco el cuadro pero la epidemia nos lo ha demostrado; Ciertamente, en términos diplomáticos, se dice con crudeza y hasta cierto cinismo que la política exterior es una extensión de los intereses nacionales de los Estados. En casos como estos es cuando lo vemos con más evidencia. Aunque muchos países y gobiernos se han mostrado dispuestos a “ayudar” al gobierno chino a controlar la epidemia, las actitudes muestran más un cinismo que busca sacar abierto provecho de la situación y, aunque obviamente, el gobierno de China tiene una enorme responsabilidad en lo que está ocurriendo; también es cierto que una situación de esta naturaleza es un problema que amerita ver a la actual civilización, más allá de fronteras e idiomas, unirse abiertamente para solidaria y humanamente vencer un enemigo que, en este momento, es solo de los chinos, pero que rápida y fácilmente, pudiera llegar a ser, del resto de la humanidad. Por lo tanto, en este caso en particular, la geopolítica debería dar paso a la humanidad sin fronteras como forma de seguir subsistiendo como raza terrícola.

23-02-20




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