David Alandete 22 de febrero de 2020
Trump
prevé tratar sus preocupaciones sobre el Gobierno español con el Rey cuando
este visite Washington en abril
La Casa Blanca considera que España se ha convertido
en un impedimento para la política común de la Unión Europea hacia Venezuela y
cree que el episodio de la visita de la vicepresidenta del régimen de Nicolás
Maduro, Delcy Rodríguez, a Madrid pone en realidad en evidencia que
el actual Gobierno de Pedro Sánchez no coopera para facilitar un cambio
democrático en el país sudamericano, ni hoy ni desde que Juan
Guaidó jurara el cargo de presidente encargado con el apoyo de Estados
Unidos y otros 57 países.
Así lo dijo este viernes un alto funcionario del
Gobierno de EE.UU. en una reunión con un reducido número de periodistas en
Washington. «Al final del día, independientemente de la situación, España ha
sido vacilante a la hora de ir tras los venezolanos [del régimen] que
se encuentran en el país y que compran propiedades inmobiliarias, etcétera. Han
sido extraordinariamente lentos de golpe», dijo ese alto
funcionario preguntado por ABC sobre el caso de Delcy Rodríguez y la gestión
por parte de Sánchez de la crisis.
Según ese alto funcionario, EE.UU. ha identificado
transferencias bancarias e inversiones inmobiliarias del régimen en España ante
las cuales el Gobierno no ha hecho nada. «Hay familiares de altos
mandos del régimen viviendo allí por todo lo alto, de fiesta», añade.
Falta de colaboración
«Creo que claramente el mayor problema de la
Unión Europea hacia Venezuela es España. Nunca han sido de ayuda. Y ahora
esto tiene un perfil más elevado. Se ha convertido en una batalla política
nacional, lo que al final es mejor. Hasta cierto punto es beneficioso. Es
bueno. Lo pone bajo los focos. Pero, ¿está haciendo España algo distinto a lo
que hacía hace seis meses? No. Porque hace seis meses no es que fueran
especialmente de ayuda», añadió ese alto funcionario, en referencia a la
tensión que el caso Delcy ha provocado entre el Gobierno y sus socios y la
oposición.
Este funcionario es claro en su conclusión
principal: «España fue, es, sigue siendo, el mayor impedimento dentro
de la Unión Europea para enfrentarse al régimen».
Este diario reveló este viernes que el Gobierno de
España presionó a Francia y a Alemania para que los jefes de Estado de ambos
países no recibieran a Guaidó durante su reciente visita a Europa. Sánchez de
hecho se negó a recibir al presidente encargado venezolano cuando este estuvo
en Madrid. Días después se refirió a él como «líder de la oposición»,
a pesar de que España, como el resto de la Unión Europea, se halla dentro del
grupo de 58 países que reconocen al propio Guaidó como representante legítimo y
presidente encargado de los venezolanos.
El Rey Felipe VI tiene prevista una
visita de Estado a la Casa Blanca el 21 de abril. Preguntado por ABC sobre si
el presidente Trump sacará a colación en sus encuentros esas reservas sobre el
compromiso del Gobierno español con el cambio democrático en Venezuela, ese
alto funcionario asegura: «Es obvio, y entendemos, que el papel del Rey es de
jefe de Estado, no jefe de Gobierno. Así que no estoy seguro de qué grado de
influencia puede tener sobre el Gobierno, pero estoy seguro que está al tanto
de nuestras preocupaciones y las escuchará cuando esté aquí,
aunque no sé si podrá hacer algo».
Visita de Estado a Washington
El presidente Trump invitó a Guaidó al Capitolio
durante su último discurso del Estado de la Unión y al día siguiente le recibió
en la Casa Blanca con honores de jefe de Estado. «Lleve el mensaje de
que respaldamos a los venezolanos en su lucha por la libertad», dijo Trump
en su discurso en el Capitolio, el más relevante del año, en el que el
presidente suele detallar sus prioridades en materia de gobierno. El presidente
estadounidense recibió el aplauso de republicanos y demócratas por esas
palabras.
Cuando se supo que el ministro José Luis
Ábalos había recibido a la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez
en el aeropuerto de Madrid, varios diplomáticos estadounidenses expresaron
sorpresa. Según
dijo entoncesCarrie Filipetti, subsecretaria adjunta del
Departamento de Estado norteamericano, «el hecho de reunirse con alguien a
quien has sancionado daña las políticas conjuntas que han avanzado EE.UU. y la
Unión Europea. Y lo cierto es que daña también el marco de la Unión Europea,
que requiere de cooperación para implementar este tipo de sanciones».
Ya molestó al Gobierno de EE.UU. que el Gobierno de
Sánchez, que entonces estaba en funciones, enviara el año pasado al Rey a La
Habana para los actos de celebración del V centenario de la fundación de la
ciudad. Jon Piechowski, también subsecretario adjunto del
Departamento de Estado, dijo
a ABC que «hay que reconocer que para el régimen comunista de La
Habana ésta es una oportunidad de montar un espectáculo propagandístico, de
fingir una legitimidad que no tiene».
Tras estas declaraciones, el Rey dio un
discurso de defensa de los derechos humanos y la democracia en La
Habana ante los mandatarios del régimen y después cambió su agenda para hacer
una visita privada a Washington, en la que visitó la universidad de Georgetown,
en la que estudió.
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