Por Nelson Hernández,
01/02/2013
Hoy la
humanidad utiliza el equivalente a 1.5 planetas para proporcionar los recursos
que utilizamos y absorber nuestros desechos. Esto significa que ahora la Tierra tarda un año y seis meses
para regenerar lo que utilizamos en un año.
Moderados
escenarios de Naciones Unidas sugieren que si la población actual y las
tendencias de consumo continúan, por la década de 2030, necesitaremos el
equivalente a dos planetas Tierra para mantenernos. Y, por supuesto, sólo tenemos uno.
Convertir
los recursos en desperdicios más rápido que el tiempo en que los residuos
puedan convertirse de nuevo en recursos nos pone en exceso ecológico global, el
agotamiento de los recursos de los que la vida humana y la biodiversidad
dependen.
El
resultado es un colapso de la pesca, la disminución de la cubierta forestal, el
agotamiento de los sistemas de agua dulce, y la acumulación de emisiones de
dióxido de carbono, lo que crea problemas como el cambio climático global. Estos son sólo algunos de los efectos más notables de rebasamiento
ecologico.
La sobre
huella ecológica también contribuye a los conflictos de recursos y las guerras,
las migraciones masivas, hambrunas, enfermedades y otras tragedias humanas-y
tiende a tener un impacto desproporcionado sobre los pobres, que no pueden
comprar su salida del problema como es la obtención de recursos de otro lugar.
Terminar
con la sobre huella ecológica
La Tierra
proporciona todo lo que necesitamos para vivir y prosperar. Entonces, ¿qué se necesita para que la humanidad viva en armonía con el
planeta?
Los
individuos y las instituciones de todo el mundo deben comenzar a reconocer los
límites ecológicos. Tenemos que empezar a hacer los
límites ecológicos fundamentales para nuestra toma de decisiones y utilizar el
ingenio humano para encontrar nuevas formas de vivir, dentro de los límites de
la Tierra.
Esto
significa invertir en tecnología e infraestructura que nos permitirá operar en
un mundo con recursos limitados. Significa tomar la
acción individual, y la creación de la demanda pública para que las empresas y
los responsables políticos participen en la cruzada de tener menor huella
ecológica.
El uso de
herramientas como la huella ecológica para gestionar nuestros activos ecológicos
es esencial para la supervivencia de la humanidad y el éxito. Saber cuánta naturaleza tenemos, cuánta utilizamos y quién usa qué es el
primer paso, y nos permitirá seguir nuestro progreso a medida que trabajamos
hacia nuestra meta de desarrollo sostenible, en un planeta vivo.
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