Por Juan Andres Mejía,
09/07/2014
Hace
tan sólo quince años la ciudad de Medellín, en Colombia, era la ciudad más
peligrosa del mundo. Durante los años 90, el tráfico de drogas promovió niveles
de violencia nunca antes vistos, y muchos de sus habitantes pensando que esa
situación era irreversible, decidieron migrar hacia otras ciudades o fuera del
país. Pero veinte años después, la capital antioqueña es una ciudad mucho más
segura que nuestra ciudad capital.
Parte
de esta mejora se debe a un esfuerzo del gobierno nacional que impactó a todo
el territorio del vecino país, pero otra parte es consecuencia del esfuerzo del
gobierno municipal por construir ciudadanía. A partir del año 2004, durante la
gestión del alcalde Sergio Fajardo Valderrama, Medellín se adentró en un
proceso de transformación urbana cuyo principal objetivo era permitir que sus
habitantes reconquistaran la ciudad.
Muchas
personas conocen algunas de las grandes obras construidas en esa ciudad, pero
pocos conocen una de las que causó mayor impacto, me refiero al "Puente
Peatonal de la Paz" que une a los barrios Andalucía y La Francia. Durante
años, bandas delictivas de estas dos comunidades se enfrentaron, dejando como
consecuencia no solo cientos de personas asesinadas, sino también vecinos que
no podían dirigirse la palabra. Sin embargo, con el paso del tiempo fue el
mismo barrio el que entendió que la mejor forma de acabar con la violencia era
uniendo a las dos comunidades, y de ahí nació la idea del puente peatonal.
Ser
ciudadano no es un hecho individual, es decir, no se puede vivir en ciudad
individualmente. Es por ello que construir ciudadanía pasa por fomentar el
encuentro entre las personas, el intercambio de ideas y la construcción de
acuerdos. En la Venezuela de hoy en día la inseguridad no solo afecta a los
familiares y amigos de las víctimas, sino que también incide sobre la
interacción de quienes habitan en un mismo espacio. Uno conoce al vecino cuando
sale a la calle, interactúa con personas de otras comunidades cuando aborda el
transporte público y conoce gente de otras edades cuando va a una plaza o a un
parque.
Una
lucha efectiva de los organismos de seguridad contra la delincuencia es
fundamental para acabar con la violencia, pero ésta por sí sola no es
suficiente. La recuperación de los espacios públicos es también un elemento
indispensable en esta ecuación, ya que ésta nos permite reconstruir el concepto
de ciudadanos que es lo que finalmente nos permitirá garantizar la paz.
Uno
de los planteamientos más elementales en la guerra es: divide y vencerás. Hoy,
un gobierno incapaz de combatir la inseguridad ha logrado que los venezolanos
nos aislemos los unos de los otros, y nos refugiemos en nuestros hogares. Pero
problemas como la escasez, la inflación, y la delincuencia nos afectan a todos
por igual. Es momento de construir puentes para reencontrarnos, porque la gran
mayoría de los venezolanos somos víctimas de un pequeño grupo cuyo interés
fundamental es mantenerse aferrado al poder. Es momento de construir
ciudadanía, porque ésta es precisamente la base fundamental de la democracia, y
solo así podremos alcanzar la paz.
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