Colombia no tiene grandes reservas de petróleo como las que tiene
Venezuela, tampoco tiene una gran experiencia en materia de hidrocarburos, pero
la revolución le dio lo más importante para convertirse en un país exitoso en
la materia de explotación y exportación de crudo: los cerebros.
“Los exiliados del crudo” como les llamó el diario colombiano El
Espectador hace algunos años a los venezolanos que se vieron obligados a salir
de su país como consecuencia de los despidos masivos en PDVSA desde
mediados del 2002 como respuesta del gobierno del entonces presidente Hugo
Chávez a las protestas que se generaron al interior de la estatal petrolera por
lo que llamaron la politización de la empresa productora de crudo, hoy están
haciendo historia en Colombia gracias a su indiscutible experiencia y
espectacular hoja de vida.
Cerca de mil de los más de 18 mil despedidos se fueron a Colombia,
entre ellos Luis Giusti, ex presidente de la petrolera, allí se la ingeniaron
para trabajar en Colombia y visitar a sus familiares en Venezuela. En la
actualidad el gobierno y las empresas de la emergente industria petrolera
colombiana reconocen el gran aporte que han hecho los exiliados venezolanos
para convertir a Colombia en un país que produce su propio petróleo y que tiene
para exportar. Tanto ha sido el éxito que han llevado los cerebros venezolanos
despedidos de PDVSA al vecino país que Colombia ha logrado superar a Venezuela
en ventas de crudos hacía los Estados Unidos, mientras que Venezuela envía al
país norteamericano 502.000 barriles por día, Colombia logró superarla al
enviar 510.000 barriles diarios o al menos así lo da a conocer el informe del
Departamento de Energía de Estados Unidos en un informe publicado el 9 de
enero.
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