Por Laureano Marquez, 23/01/2015
Mi muy querido y predilecto hijo pródigo:
Sabes que por ser Dios me encuentro en todas partes. Me calé completico
tu discurso de memoria y cuenta, cumpliendo con mi deber ineludible de ser
omnisciente. En un determinado punto -frente a las adversidades que se le
avecinan al país por la crisis de los precios del petróleo- te oí decir,
haciendo uso de tu libre albedrío: “Dios proveerá”.
Mi pequeña y hermosa creatura:
Yo ya proveí. ¿Es que acaso no te has dado cuenta? Te explico, mi
estimado moldeado del barro primigenio: El día que creé a Venezuela la coloqué
en la zona tropical, para que los rigores del invierno y las nieves no les
acosaran y el sol brillara todo el año. Sin embargo, les puse los Andes con
nieves perpetuas para que los maracuchos tuviesen donde pasar frío y usar
guantes y gorritos tejidos con orejeras. Las tierras de que les doté son
fértiles casi todas. Los llanos son propios para una buena ganadería. En las
selvas costeras tienen el mejor Cacao del planeta y dónde cultivar un excelente
café. Les di tierras productivas en el sur del Lago, en los Andes, en toda la
zona central.
Muchos ríos les hice, para que nunca les faltara el agua. Es más, puse
dos bien caudalosos uno al lado del otro, para que usaran uno para producir
electricidad y el otro -navegable- para que saquen los productos de exportación
mineral, que además los coloque al ladito del río para que no hagan mucho
esfuerzo en sacarlos.
Les di playas maravillosas para que lleven turistas: Margarita, Los
Roques, Morrocoy y la Gran Sabana con su Salto Ángel para que se sintieran
maravillados y orgullosos de lo que son. En el subsuelo les puse las reservas
petroleras más grandes del planeta. Tienen también oro, aluminio, bauxita,
diamantes y tantas cosas más. Hijito bello: les mandé mensajes, les mandé
personas, les envié inspiración: Bello, Bolívar, Vargas, Miranda, Gallegos,
Reverón, Picón Salas, el Maestro Abreu, Zapata, Andrés Eloy, Soublette, Convit,
Cabré, Davalillo, Lauro, Simón Díaz, Dudamel… (La lista es larga y mis
caracteres no son eternos) y hasta Uslar con un mensaje: transformen el
petróleo en otras formas de riqueza, siémbrenlo.
Tesoro hermoso de mi corazón:
Como si lo anterior fuese poco, les acabo de enviar 15 años de la
bonanza petrolera más grande que ha conocido la historia de la humanidad.
Multiplica, bebé: dos millones y medio de barriles diarios X 100 X 30 X 12 X
15.
El resultado es el dinero que les envié, para que convirtieran a
Venezuela en un Paraíso Terrenal de abundancia y progreso.
Les di todo, Nicolás del alma mía, hijito tierno de mi corazón: ¿Cómo
te atreves a decirme que “Dios proveerá”? Mira, si en algún proyecto tenía yo
esperanzas era en Venezuela. Les va a costar mucho que yo entienda cómo convirtieron
una de mis mejores obras en esta ruina.
Lo siento, hijo, tengo que decirte que tu petición a las finanzas
celestiales también ha fracasado.
Mira, te doy un consejo, así de panita: sienta en una mesa a Pedro
Palma, Asdrúbal Oliveros, José Guerra, Orlando Ochoa y a Luis Vicente León al
que tanto mientas y diles que te den una lista de 10 acciones urgentes para
salvar al país de la debacle que le sobreviene y párales bola, que te lo digo
Yo, que ya veo lo que viene y no por ser Dios, sino por puro sentido común.
A pesar de todo, te amo.
DIOS
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