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lunes, 19 de enero de 2015

¡Defiende tu libertad de expresión!, @Tamara_Suju


Por Tamara Sujú Roa, 19/01/2015
Exiliada Política

El pasado fin de semana fueron detenidos los reporteros gráficos Anthony Pérez de la página web InfoVzla y Blas Santander de El Nuevo País. Ambos estaban cubriendo una protesta en el este del Caracas contra el desabastecimiento cuando fueron detenidos por fotografiar. Con ellos se llevaron a otros tres jóvenes. El periodista Carlos Julio Rojas fue detenido en San Bernardino cuando fotografiaba la situación en un supermercado. En total, 11 venezolanos fueron presentados en tribunales e imputados por los presuntos delitos de instigación pública, obstrucción de vías públicas y resistencia a la autoridad.

La Guardia Nacional y las diferentes policías, nacionales y municipales, se han dado a la tarea de amedrentar a quienes quieren hacer uso de sus teléfonos o cámaras para sacar fotos del gentío que colma las calles y aceras de todo el territorio nacional, haciendo colas para obtener los productos de la cesta básica, pañales, toallas sanitarias, medicinas, cauchos, baterías, o cualquier “alienígeno” que se atreva a posarse muy de cuando en vez, en los anaqueles vacíos cuyos dueños ya no encuentran que inventar para llenarlos y haciendo uso de la improvisación, han tapado pasillos completos con cortinas o paredes postizas.

Los gobernadores de Bolívar, Yaracuy y Zulia han prohibido las colas frente a los supermercados y cadenas farmacéuticas durante la madrugada, y ahora usted solo puede ir a comprar en los Bicentenarios y los abastos públicos según el número terminal de su cédula de identidad y el día que le toque. En las colas se ha implantado una especie de terror colectivo, ya que al que grite consignas contra el gobierno, lleve pancartas o se medio moleste, se lo llevan para que no alborote al resto. Dentro de las grandes cadenas de supermercados pueden leerse carteles que prohíben sacar fotos. Por cierto, hay en Internet un video en el que puede verse como la policía nacional trató de llevarse a un fanático en un juego de béisbol por gritar consignas contra el gobierno y las personas a su alrededor lo evitaron, mientras el estadio en pleno gritaba “y va a caer” y una lluvia de cerveza caía sobre los funcionarios policiales, demostrando así el alcance del malestar de los venezolanos, y como ante la injusticia y el ataque a la libertad de expresión, el pueblo se está expresando como puede, cada día con más certeza del abuso que desde el poder se está cometiendo contra ciudadanos que se preguntan, ¿por qué si somos un país petrolero, la gente está pasando hambre y necesidad?

Mientras tanto, todavía hay voceros del oficialismo que se atreven, a pesar de la magnitud de la crisis, a insultar la inteligencia del venezolano, diciendo sandeces como: “no hay escasez, lo que hay es amor y patria” o ” la escasez es producto de la guerra económica”. Yo no sé cómo estas personas pueden mirarle la cara a la gente sin que les de vergüenza. Hay que recordarles a estos funcionarios públicos que la crisis económica es producto del desmantelamiento del sector productivo y empresarial.

En el gobierno de Chávez, más de 4 millones de hectáreas productivas fueron expropiadas o confiscadas y hoy son tierras improductivas o conucos familiares. Se comieron, vendieron y desaparecieron las reses, y quemaron las tierras fértiles. También fueron expropiadas distribuidoras de materia prima, empresas y fábricas de alimentos y productos, convirtiendo a Venezuela en un país importador de casi el 70 % de lo que se consume, propiciando el desempleo y la economía informal, a la que se han sumado 1.200.000 trabajadores, y aproximadamente el mismo número de personas dependen de una misión o ayuda social.

La caída estrepitosa de los precios del petróleo venezolano, que se cotizaba hasta hace un año en aproximadamente 100 dólares el barril y hoy está en 42 dólares al momento de escribir esta columna, ha provocado el colapso de la economía , que ya venía indicando que la renta petrolera no alcanzaba para sostener el gasto público, las dádivas que el gobierno venezolano da a otros países, el subsidio del petróleo venezolano a PetroCaribe, el despilfarro en propaganda política que el gobierno impulsó tratando de “exportar su Revolución” y la escalada armamentista de un país que no está en guerra, pero que la usa como discurso para justificar millonarias compras a Rusia, Irán y China.

Como ya no pueden seguir maquillando estas verdades con promesas y regalías, como no pueden justificar los anaqueles vacíos y la falta de medicinas, entonces los nuevos culpables de la guerra económica son ustedes, los que patean la calle todos los días en búsqueda de los eslabones perdidos de leche, harina, pollo, carne, pañales… y cometen la osadía de sacarle fotos a las caras cansadas y angustiadas de la gente común, gente de pueblo, que se obstinó de que le vean cara de bolsa y hoy exige explicaciones al gobierno que durante 15 años despilfarró el dinero que por renta petrolera recibió, y que no se invirtió en el bienestar social de todos los venezolanos. La gente ya no le cree a Maduro. Su popularidad cayó al 22% y todavía me parece que 22% es mucho. Se siente el malestar en la calle. ¡Yo lo invito a expresarse! Defienda su libertad de expresión y no permita que le quiten los espacios públicos para decir lo que piensa.



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