Luis Manuel Esculpí
20 de enero de 2015
El
regreso de la improvisada e infructífera gira de Maduro había generado gran
expectativa por los anuncios que haría al país. Anuncios que hoy martes 20 hará
ante la Asamblea Nacional. Esperemos que así sea. El gobierno no dispone de
tiempo. A medida que pasan los días la situación se agrava y las medidas
perderán cada vez el efecto positivo que supuestamente le asignan sus asesores.
El
largo periplo fue improvisado. Después de ser recibido por el Vicecanciller en
Rusia, regresó de nuevo para esta vez si reunirse con el Presidente Putin,
demostración más que evidente de la piratería conque se planificó el viaje. Fue
infructífera porque no alcanzó los objetivos inicialmente propuestos. Lograr el
refinanciamiento con los chinos, no requería el prolongado viaje familiar.
Mientras
su respaldo está por el piso, de acuerdo a lo que reflejan los más importantes
estudios de opinión, el descontento aumenta inversamente proporcional a la baja
de los precios del petróleo. La inflación y la escasez son también componentes
sustanciales de la grave crisis económica y social. La mayoría de la gente hace
responsable a Maduro de la situación. La improvisación se observa en todas las
esferas del gobierno. Solo un vistazo a Ministerios, Estados Mayores,
súpercomisiones, la múltiples Vicepresidencias y hasta en las declaraciones y
comparecencias ante los medios de comunicación de los voceros gubernamentales
demuestran esa afirmación.
Las
fuerzas alternativas están frente a una inmensa posibilidad de consolidar y
ampliar la mayoría, para que ella se exprese en importantes eventos que deben
realizarse este año. Para ello es necesario acompañar el malestar y el
descontento, no es tiempo para inhibiciones, hay que tener iniciativas en esa
dirección, no es inevitable que ese descontento por una suerte de inercia
pendular sea captado por las fuerzas opositoras. De allí la importancia de la
acción y no quedarse en el plano declarativo.
A
su regreso Maduro ordenó citar "a todos los distribuidores y mayoristas
del país, uno por uno,y hagamos firmar un ultimátum de respeto a las leyes de
Venezuela". Otra infeliz improvisación. Los ultimátum no se firman. Según
define el DRAE es una Resolución Definitiva, prácticamente una amenaza que
establece un plazo perentorio para otra actuación. Hay que ver si ese ultimátum
(sin firma) es para todas las empresas expropiadas que prácticamente no están
produciendo y para los órganos del estado encargados del control y de la
distribución de alimentos. Hoy en la Asamblea Nacional seguramente Maduro no se
referirá a ellos, y repetirá su eterno discurso antes de anunciar las medidas.
Si es que las anuncia a lo menos parcialmente.
Ya
veremos!
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