Luis Manuel Aguana, 17/01/2015
En días pasados tuve la oportunidad de asistir a una nueva presentación
del Proyecto País Venezuela
(http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), esta vez a un importante
grupo de dirigentes políticos de partido. El peregrinar de esta cruzada pasa por
darle a conocer a los protagonistas políticos de todos los partidos, sin
distinción de ideologías, lo que estamos proponiendo, que no descalifiquen lo
que no conocen, como dice uno de nuestros compañeros del Movimiento
Constituyente.
Paradójicamente, de esa reunión la preocupación no fue el PPV, al cual
dieron una inusual acogida, sino que veían un grave problema en su
implementación por el ambiente de profunda polarización en Venezuela, así el
proyecto hable de reconciliación y reconstrucción futura…Y tienen razón, pero
como decían los policías en mis tiempos de estudiante, vas preso igual. Hay que
pegarle el diente a ese problema que no se ha tratado lo suficiente en sus
causas y sus posibles soluciones. Veamos.
Chávez fue el iniciador de ese proceso de división de la sociedad
venezolana en dos toletes-Caldera dixit-, para imponer un modelo político, de
eso nadie tiene dudas. Sin embargo, nosotros desde la otra acera hemos
distanciado aun más esas diferencias, haciendo ese proceso auto sustentado. Si
me odias, te odio tres veces más; si me excluyes te excluyo; si propones algo,
eso es malo porque lo propones tú y viceversa; si tienes gente violenta, yo
también la tengo; y así “ad infinitum”. El oficialismo ha hecho de eso un piso
de sustentación política, fomentando aun mas ese proceso de división de la
sociedad que solo le es conveniente a ellos para el sostenimiento de una
propuesta política no tiene arraigo en el pueblo venezolano. Un país no puede
funcionar así. Cualquier propuesta de cambio y reconciliación pasa antes por
resolver ese problema.
Pero la pregunta de las 64mil lochas, como decíamos antes, queda al
descubierto ¿para despolarizar hay que reconciliar o para reconciliar hay que
despolarizar? ¿Qué es lo primero?
No hay despolarización sin reconciliación, pero tampoco puede haber
reconciliación sin que se abandone el estado de permanente polarización del
país. Y no puede haber reconciliación sin un planteamiento que nos una a
todos para construir juntos el país. Creo que ese es el verdadero fondo del
problema.
¿Cómo intentó Capriles ganarse a los chavistas, es decir a la otra
parte del país, en sus dos campañas? Convertirse en el “Chávez” opositor,
indicando que no “abandonaría las misiones”, con una oferta populista electoral
tradicional semejante a la del Eterno. Pero, al margen que yo piense que las
elecciones en Venezuela están arregladas desde el año 2004, si yo fuera
chavista, ante una copia mala prefiero al original. Y Chávez ganó de nuevo el
2012, repitiéndose el año siguiente la misma historia con el heredero ungido.
¿Qué dijo la base chavista?: Prefiero el original o al menos a quien le dieron
en herencia “el proceso”…
Ese “aproach” para ganar a esa “otra Venezuela” fue simplón, sin
contenido y por supuesto suicida. Más de lo mismo electoral. Chávez llego al
poder diciendo que el sistema de partidos había colapsado bajo la
responsabilidad de los adecos y copeyanos, y que se hacia necesario “cambiarlo
todo” con una Constituyente. Una oferta tentadora pero vacía de contenido.
Chávez NUNCA explico antes de las elecciones de que se trataba eso, ni como se
cambiaria el modelo al que le echaba la culpa de los males de Venezuela. Nadie
sabía que se traía en las manos, pero eso es otra historia.
El Galáctico ofreció un cambio de modelo Y LO CUMPLIO. Y antes de eso
no le explico a nadie que era, ni como se comía. Luego en el poder se
desarrollaron los pasos para clavarnos la estaca. Pero el cambio del modelo no
fue por uno que resolviera los problemas al país, fue por uno que le permitiera
quedarse para siempre en el poder.
Ese nuevo modelo trajo sus propios dispositivos para sustentarse.
Aquellos que compraron el mensaje de Chávez han desarrollado un cambio en sus
condiciones. A esos desposeídos se les dio algo que nunca les habían dado:
atención o al menos la percepción de ella, que es a todas luces lo mas
importante en política. Y esa masa de población descontenta y olvidada aun
piensa que con Chávez obtuvieron la reivindicación de su estado social, que
alguien desde el poder les prestaba atención. Y eso sumado a un histrión con
dinero, con un show populachero todos los domingos, terminó de sellar un
sistema absurdo de hacer las cosas que tarde o temprano debía colapsar. Era
solo cuestión de tiempo…y dinero.
Y lo mas absurdo de toda esta historia es que los liderazgos de la
oposición creen que ese debe seguir siendo el camino. Chávez tuvo razón en
algo: había que cambiar el sistema. Como animal político lo intuía, lo olía.
Pero no tenia ni la mas prístina idea de como, de allí su ensayo a el
“socialismo” cubano. Tal vez solamente por eso el Galáctico se ganó un puesto
en la historia de Venezuela.
Ahora bien, nuestros dirigentes políticos andan perdidos en el espacio.
Al menos Chávez tenía claro el QUE (el modelo) pero no el COMO (un Proyecto de
País), ni el detalle de su implementación. Cuando ya nos mete por el callejón
cubano comunista para darnos la puñalada, ya tenía sus asesores del G2 que si
sabían que había que hacer porque ese era su modelo, lo demás es historia.
Pero al grano: ¿Cuál es entonces el camino de la despolarización?, pero
la genuina con el pueblo chavista, no con los traficantes del régimen. La
respuesta es esta vez sí abrir ese COMO que no abrió Chávez en 1998. Permitir
al pueblo venezolano tener un sueño de país y compartirlo con quienes están de
manera genuina del otro lado de la acera porque este también es su país. Que
comparen lo que tienen ahora con lo que podrían tener con un cambio del modelo
donde ellos construirían su país.
En otras palabras, es llegar discutiendo lo que no se discutió en 1998
cuando se ofreció Constituyente. Explicarle a la gente como se come eso y qué
significaría para ellos. Que aquí no es simplonamente dejar “las misiones” como
se ofrece ahora en las campañas de la oposición, ni decir que Chávez fue un
líder celestial para ganarse a la gente que lo siguió.
Es explicar con un Proyecto nuevo, que existe un futuro posible y
extraordinario si lo hacemos juntos, apartando divisiones y rencores. Entonces
el PPV se convierte en el bálsamo despolarizante que nos lleva a la
reconciliación, transitando la construcción de un país con un nuevo modelo
político junto a ese pueblo que abandonó el régimen. Esa es la verdadera
reconciliación que le urge al país, con la gente, con los Consejos
Comunales-oficialistas o no-, con las Asambleas de Ciudadanos, con los vecinos
en todo el territorio nacional, no con los malandros que nos desgobiernan.
Entonces, un mensaje para nuestros jóvenes líderes que intentan
desesperadamente parecerse a Chávez porque creen que si no es así están
perdidos: la cosa no es “reproducir” al Eterno, ni las cosas que hacía o decía.
Vayan a la raíz del problema que no es otro que tratar de buena fe de dar una
respuesta creíble y honesta a los problemas del país, con un mensaje auténtico.
Eso es lo que valoran las personas. Lo valoraron de Chávez en su campaña de
1998 cuando a ningún político se le podía creer ni el Padre Nuestro. Tal vez
esa sea la llave que abra el portón que nos divide como venezolanos…
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana
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