Por Eddie Ramírez,
07/07/2015
Quizá el
distinguido Mario Vargas Llosa con sus 79 años a cuestas nos pueda dar
lecciones de cómo enamorar a una no tan chica, pero sí muy bien conservada
Isabel Preysler. Ya el ilustre novelista había practicado, pero al revés, enamorando
siendo un joven, todavía no escribidor, a la madura Tía Julia. Pero nuestra
preocupación no es cómo tumbarle la empalizada a alguien del sexo opuesto, sino
cómo enamorar a los adecos y copeyanos que después de muchos años abandonaron a
su viejo amor para seguir a un bárbaro montado en un caballo blindado. También
para enamorar a los jóvenes que solo han escuchado hablar horrores de la
guanábana adeco-copeyana.
Pareciera haber
cuatro opciones: 1- Defender a capa y espada la gestión del binomio satanizado.
2- Señalar día tras día los errores y atropellos del régimen. 3- Recalcar los
principios de una verdadera democracia y 4- Proponer una nueva visión de país.
1-Defender el
pasado tiene la ventaja de que la gestión actual ha sido tan mala que muchos
podrían arrepentirse de haber abandonado al viejo amor. El problema está en que
no es tan cierto aquello de que todos tenían oportunidades y era evidente que a
partir de mediados de la década de los setenta aumentaron la pobreza y la
corrupción. Los partidos se olvidaron de la gente y el malestar se incrementó
exponencialmente. Ese modelo no era sustentable y solo se basó en una elevada
renta petrolera para una población relativamente pequeña.
2- Señalar los
atropellos de los rojos a los ciudadanos y a la propiedad privada es importante
para sentar responsabilidades y para que el mundo se percate de que en
Venezuela se violan los derechos humanos y civiles. En cuanto al desastre
económico, el mismo está a la vista y solo hace falta recalcar que no hay la
tal guerra económica, sino errores de política, corrupción y deseos perversos
de empobrecer al país para someter a sus ciudadanos.
3- Recalcar los
principios básicos de una verdadera democracia es importante para educar a los
ciudadanos. Al respecto, el distinguido venezolano Gustavo Tarre Briceño
sostiene que la oposición sí tiene programa: restablecer la democracia. Dice el
apreciado amigo Tarre, hoy injustamente perseguido, que “Dirá alguno que con la
democracia no se resuelven todos los problemas y es verdad. Pero no solo se
resuelven algunos muy importantes sino que se abre el camino para que, con una
discusión libre, se proponga cómo conciliar las opiniones encontradas que sí
existen y se resuelvan los demás”.
4-Proponer una
nueva visión de país, como escribió Fausto Masó, pareciera ser el gran reto que
tiene la oposición. Dice el destacado articulista que “No hay un programa común
en la oposición, ni una visión a largo plazo. En asuntos fundamentales muchos
en la oposición coinciden con el chavismo”. Como ejemplo, Fausto cita que es
tabú mencionar la posibilidad de una privatización parcial de Pdvsa y que nadie
contempla la privatización de las empresas de Guayana. Dicho articulista señala
que no basta con volver a los gobiernos civiles, a la política y a la sociedad
previa al chavismo, a la antigua división de poderes, sino que se requiere
abandonar la dependencia petrolera e intentar un camino nuevo.
Quizá para enamorar
a los viejos y nuevos votantes se requiera hacer un mea culpa por los errores
del pasado, señalar que nadie pretende retrotraer al país a etapas superadas,
que el modelo actual no es sustentable, que es necesario construir una
verdadera democracia y que el Estado no puede seguir cargando con empresas
quebradas y asumiendo un papel que no le corresponde. Cuando alguien pretende
enamorar a la mujer del prójimo no basta con ofrecerle que respetará sus
derechos, lo cual es caso base, sino que debe prometerle una vida mejor en
todos los sentidos. Alberto Quirós Corradi señaló en el 2010, refiriéndose a la
industria petrolera, que : “La política petrolera del futuro no puede
mantenerse como la actual, ni recrear el pasado”. Lo mismo es válido para el
país.
Como en botica: Es
inaudito que Panamá haya entregado al teniente de aviación Eduardo Figueroa al
régimen venezolano, violando el principio de “non refoulement”, el cual
establece que ningún país debe entregar a un ciudadano perseguido por razones
políticas. El gobierno panameño procedió como el de El Salvador cuando entregó
a los Comisarios Vivas y Forero. El régimen ha violado todos los derechos a la
química Araminta González, quien lleva presa varios meses sin fórmula de
juicio. Jesús Martínez, ministro del Trabajo, sigue dando la cómica con
declaraciones incoherentes. Los pleitos internos de Copei y las diferencias en
la MUD por la tarjeta única solo favorecen al régimen. La antipolítica no
existe. Como dijo Aristóteles “el hombre es un animal político”. Lo que existe son
críticas a la actuación de algunos dirigentes políticos que pretenden poner sus
intereses por encima de los del país. Maduro predica que los griegos tienen
razón en no pagar la deuda, lo cual indica cuáles son sus intenciones ¡No más
prisioneros políticos, ni exiliados!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico