Entrevista a Alexader
Guerrero
El economista Alexander Guerrero pinta
una situación económica del país oscura y la define con dos palabras:
hiperinflación y default en el pago de la deuda.
“Eso en una economía que está
absolutamente contraída, en niveles que podríamos estar entre once o doce del
PIB negativo”, agrega Guerrero.
¿Por qué usted considera que estamos en
un nivel hiperinflacionario si todavía no tenemos una inflación intermensual de
50%?
-No hacen falta tantos ceros para uno
distinguir una hiperinflación. Este fenómeno consiste en dos cosas; primero,
porque la inflación está fuera de control, tomando en cuenta que el gobierno
decide, al acabarse los recursos financiarse directamente desde el Banco
Central.
-Cuando revisas entonces la liquidez
monetaria, tienes que se está doblando cada ocho meses por cien. Porque el
gobierno está financiando el déficit fiscal; se ve en la calle con la gente
porque la moneda pierde aquella característica fundamental que es la de ser
depósito de valor.-Quiere decir que no hay forma que yo ahorre en bolívares.
Porque los bienes que yo voy a comprar la semana que viene o el mes que viene
van a estar más caros, y mi bolívar se va a depreciar frente a eso. Por lo tanto,
yo prefiero comprar cosas y bastante; porque las cosas no se van a depreciar, y
quien me las vaya a comprar, ya será con el precio nuevo.-Segundo, porque la
moneda no tiene ya posibilidad de ser un medio de pago; porque, si tú necesitas
café, yo tengo pollo; de modo que te cambio pollo por café. La liquidez fluye
con mucha facilidad, y la moneda pierde el poder de compra.-Ese es el proceso
hiperinflacionario más allá de que tenga cuatro, cinco o seis ceros. No es
necesario. Cuando se hicieron los primeros estudios de hiperinflaciones, en
especial, los del economista estadounidense Phillip Cagan, se colocó un piso de
50% intermensual. Cagan, en uno de sus libros, alega que él coloca el 50% por
una necesidad de estadística particular.Usted dice que el bolívar no compra; no
obstante, aún tiene poder para comprar gasolina y la prueba está en que en la
frontera un billete de cien bolívares vale ciento veinte.-Yo lo que te digo es
que el bolívar ha perdido su poder de compra, es decir, pueden haber muchísimos
bolívares pero no valen nada. Cuando decimos que el bolívar no compra es porque
está depreciado a lo máximo. Entonces, la gente decide guardar bienes y no
guardar el dinero, y la razón fundamental es porque el bolívar pierde con mucha
velocidad su poder de compra.-Entonces, tú cada vez más necesitas más bolívares
para comprar, y ya la unidad monetaria dejó de comprar. Esa es la razón
fundamental. A eso tú tienes que conectarlo con una cuestión importantísima, y
es que el costo de oportunidad del bolívar; el flujo donde yo puedo tener la
posibilidad de esconder mis ahorros es en el dólar, y entonces cuando tú ves
que el dólar se dispara, como está ocurriendo, es porque a él lo está empujando
la hiperinflación a que el dólar se convierta en una moneda cada vez más
cara.-Fíjate tú que la moneda de más alta denominación, que es el billete de
cien bolívares, no hace parte de un dólar. La montaña de bolívares que tú
necesitas para adquirir un dólar es de tal naturaleza, que el bolívar no paga
el papel. El valor del bolívar no paga el papel con el cual se imprime. Es
decir, nadie en este mundo se va a atrever a falsificar billetes de cien porque
va a gastar mucho dinero imprimiéndolo.¿El precio del dólar paralelo lo fijan
las casas de cambio de Cúcuta como se ha dicho?
-No, ese es otro error. El precio del
bolívar tiene como espejo en Cúcuta, el número de pesos que se necesitan para
comprar un dólar. En otras palabras, el costo de oportunidad de un bolívar en
la frontera es 2 mil 800 pesos por dólar. Para comprar 2 mil 800 pesos por un
dólar, necesitas una cantidad inmensa de bolívares. El bolívar tú lo puedes
llevar a la frontera; pero tienes que llevar muchos bolívares porque no valen
nada.
-La gasolina afuera se vende en dólares;
tanto que ya se está vendiendo en Venezuela en dólares, a 50 bolívares el
litro. Es aquí donde está el error de mucha gente: el bolívar no es medio de
ahorro como tampoco es de intercambio. Simplemente, se utiliza en magnitudes ya
mayores a 600 para adquirir un dólar, y el vínculo aquí es la gasolina.
Ahí entra también el problema del precio
de la gasolina, ¿no le parece?
-El subsidio, sí, pero acuérdate que la
masa importante de gasolina que sale por nuestras fronteras no es para la venta
al detal. Eso es un contrabando absolutamente profesionalizado; utilizándose,
incluso, tanques de Pdvsa, y eso no es un secreto para nadie. Venezuela le está
vendiendo gasolina desde hace muchísimos años, y de lo cual hay evidencias de
tanques de Pdvsa, de vehículos de cabotaje por el río Magdalena a los productores
de cocaína; porque constituye un elemento muy importante para la refinación de
la coca.
-Un bolívar puede comprar gasolina; lo
que no puede comprar es un gramo de cocaína.
Se prevé que al final del año el
gobierno amplíe la oferta de dólares en los mercados cambiarios oficiales, como
estrategia para crear un clima de bienestar antes de las elecciones. ¿Qué
piensa usted?
-El gobierno no puede hacer eso porque
se ha quedado sin dólares; cuando tú revisas las reservas de oro que tiene cada
país en el FMI; lo que se conoce como los derechos especiales de giro que son
reservas de ahorro adicionales a las reservas internacionales sólo que están en
dicho organismo multilateral depositadas.
-El gobierno mismo acaba de retirar 1
mil 500 millones de dólares de esas reservas, y si tú revisas esa cuenta
percibirás que lo que queda son apenas 700 millones de dólares. Esas son
reservas de ahorro que los países nunca tocan por razones incluso de proyección
publicitaria; tomando en cuenta que esas son estadísticas universales, y todas
las semanas las informaciones del FMI reportan su nivel.
-De modo que en los últimos tiempos ese
ahorro de nuestro país, representado en los derechos especiales de giro, se ha
visto disminuir de 3 mil 345 millones de dólares a 700 millones de dólares. Eso
no lo tocan los países; porque esa es la última reserva.
-¿Dónde te das cuenta tú que Venezuela
está sin reservas? En el riesgo país; en los certificados que se consiguen en
el mundo; cuando la gente se cubre del riesgo, compra certificados porque
apuesta a que tal país está en problemas o apuesta a que él puede proteger su
dinero comprando certificados; los nuestros están (algo impresionante) a 45
puntos básicos, es decir, es como si fueras al FMI a pedir prestado, y te
estuvieran imponiendo tasas de interés de 28 ó 30 por ciento.
-¡Todo se sabe en el mundo! Si Venezuela
no tiene reservas, eso se sabe en el mundo. Fíjate tú que el BCV no publica
cómo se van drenando los derechos especiales de giro. Eso ha sido paso a paso
en los últimos meses. El BCV no publica esa información. Pero yo la veo todas
las semanas: uno abre la página del FMI, y se consigue con la información
completa.
-Entonces el drama terrible que tiene
Venezuela es que no tiene dólares, y hay temores al respecto de que el gobierno
no logre reunir los 6 mil millones de dólares que tiene que desembolsar de aquí
hasta octubre para pagar el capital y el interés de la deuda de Pdvsa y de la
deuda del gobierno.
¿En
ese caso se declararía en default?
-¡Ah! Eso es lo que el mercado piensa,
que después de Grecia, viene Venezuela. El default, que no es sino una decisión
política, puede ocurrir, y hay una regla importantísima en el default; que la
vimos en Argentina en el año 2000 y después la vimos en Ecuador más o menos por
esa misma época, y es que los gobiernos se declaran en default para no quedar
limpios: me queda esto, no pago, voy a un default.
-Ese trabalenguas de Maduro que
pronunció hace unos días, a propósito de lo que pasó en Grecia, fue
interpretado a nivel internacional, como que Venezuela pudiese ser candidata a
un default. De hecho, Venezuela es el segundo candidato a default después de
Grecia en las estadísticas de riesgo. No hay invento posible: las estadísticas
de riesgo te dicen qué países tienen posibilidades de default. Venezuela tiene
85% en ese rango.
-Porque, además, se atraviesa el otro
problema, y es que los chinos no le están prestando a Venezuela a largo plazo.
Los chinos le dan a Venezuela un adelanto; un anticipo a tres años por
petróleo, y Venezuela desembolsa de ese fondo el dinero, cuando llena el barco
chino de petróleo. A ese respecto, la situación es muy difícil, y te la puedo
pintar en estos términos: un bolívar que no vale nada, en medio de una
hiperinflación, y una gran posibilidad de cesación de pagos.
-Eso en una economía que está
absolutamente contraída en niveles que podríamos estar entre once o doce del
PIB negativo. El FMI tiene en sus números sobre Venezuela una caída de -8%. Mis
números dicen que nosotros estamos entre once o doce por ciento de caída del
producto; que ese es otro factor que incide sobre la hiperinflación. Un proceso
inflacionario voraz, que coincide con una contracción del PIB terrible.
-Una característica de una
hiperinflación es que coincide la caída del PIB con el alza en los precios o la
caída del PIB con la caída del poder adquisitivo de la moneda. Esa es la
definición clásica de la inflación: pérdida continua del poder adquisitivo de
la moneda. Así se definía la inflación hasta principios del siglo XX; hasta que
surgió Keynes en la década de 1920 a definir la inflación como un proceso
continuo de alza de precios.
-No, esa definición es absolutamente
chucuta; no dice nada. Porque como la inflación es un fenómeno monetario,
constituye una moneda que se va depreciando con una gran velocidad y, va
perdiendo poder de compra. Por lo tanto, la inflación es un proceso continuo de
pérdida de poder de compra de la moneda.
-En estos días, con esta megadevaluación
que estamos viendo que sucede con el dólar paralelo, los vamos a ver en el costo
de los bienes en la calle. Entonces, eso es una centrífuga; uno afecta el otro
y el otro afecta al otro, y al final los dos procesos se retroalimentan a sí
mismos; que es lo que se conoce como una inflación fuera de control.
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