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viernes, 17 de julio de 2015

Venezuela es el siguiente candidato a default después de Grecia

Entrevista a Alexader Guerrero

El economista Alexander Guerrero pinta una situación económica del país oscura y la define con dos palabras: hiperinflación y default en el pago de la deuda.

“Eso en una economía que está absolutamente contraída, en niveles que podríamos estar entre once o doce del PIB negativo”, agrega Guerrero.

¿Por qué usted considera que estamos en un nivel hiperinflacionario si todavía no tenemos una inflación intermensual de 50%?

-No hacen falta tantos ceros para uno distinguir una hiperinflación. Este fenómeno consiste en dos cosas; primero, porque la inflación está fuera de control, tomando en cuenta que el gobierno decide, al acabarse los recursos financiarse directamente desde el Banco Central.

-Cuando revisas entonces la liquidez monetaria, tienes que se está doblando cada ocho meses por cien. Porque el gobierno está financiando el déficit fiscal; se ve en la calle con la gente porque la moneda pierde aquella característica fundamental que es la de ser depósito de valor.-Quiere decir que no hay forma que yo ahorre en bolívares. Porque los bienes que yo voy a comprar la semana que viene o el mes que viene van a estar más caros, y mi bolívar se va a depreciar frente a eso. Por lo tanto, yo prefiero comprar cosas y bastante; porque las cosas no se van a depreciar, y quien me las vaya a comprar, ya será con el precio nuevo.-Segundo, porque la moneda no tiene ya posibilidad de ser un medio de pago; porque, si tú necesitas café, yo tengo pollo; de modo que te cambio pollo por café. La liquidez fluye con mucha facilidad, y la moneda pierde el poder de compra.-Ese es el proceso hiperinflacionario más allá de que tenga cuatro, cinco o seis ceros. No es necesario. Cuando se hicieron los primeros estudios de hiperinflaciones, en especial, los del economista estadounidense Phillip Cagan, se colocó un piso de 50% intermensual. Cagan, en uno de sus libros, alega que él coloca el 50% por una necesidad de estadística particular.Usted dice que el bolívar no compra; no obstante, aún tiene poder para comprar gasolina y la prueba está en que en la frontera un billete de cien bolívares vale ciento veinte.-Yo lo que te digo es que el bolívar ha perdido su poder de compra, es decir, pueden haber muchísimos bolívares pero no valen nada. Cuando decimos que el bolívar no compra es porque está depreciado a lo máximo. Entonces, la gente decide guardar bienes y no guardar el dinero, y la razón fundamental es porque el bolívar pierde con mucha velocidad su poder de compra.-Entonces, tú cada vez más necesitas más bolívares para comprar, y ya la unidad monetaria dejó de comprar. Esa es la razón fundamental. A eso tú tienes que conectarlo con una cuestión importantísima, y es que el costo de oportunidad del bolívar; el flujo donde yo puedo tener la posibilidad de esconder mis ahorros es en el dólar, y entonces cuando tú ves que el dólar se dispara, como está ocurriendo, es porque a él lo está empujando la hiperinflación a que el dólar se convierta en una moneda cada vez más cara.-Fíjate tú que la moneda de más alta denominación, que es el billete de cien bolívares, no hace parte de un dólar. La montaña de bolívares que tú necesitas para adquirir un dólar es de tal naturaleza, que el bolívar no paga el papel. El valor del bolívar no paga el papel con el cual se imprime. Es decir, nadie en este mundo se va a atrever a falsificar billetes de cien porque va a gastar mucho dinero imprimiéndolo.¿El precio del dólar paralelo lo fijan las casas de cambio de Cúcuta como se ha dicho?

-No, ese es otro error. El precio del bolívar tiene como espejo en Cúcuta, el número de pesos que se necesitan para comprar un dólar. En otras palabras, el costo de oportunidad de un bolívar en la frontera es 2 mil 800 pesos por dólar. Para comprar 2 mil 800 pesos por un dólar, necesitas una cantidad inmensa de bolívares. El bolívar tú lo puedes llevar a la frontera; pero tienes que llevar muchos bolívares porque no valen nada.

-La gasolina afuera se vende en dólares; tanto que ya se está vendiendo en Venezuela en dólares, a 50 bolívares el litro. Es aquí donde está el error de mucha gente: el bolívar no es medio de ahorro como tampoco es de intercambio. Simplemente, se utiliza en magnitudes ya mayores a 600 para adquirir un dólar, y el vínculo aquí es la gasolina.

Ahí entra también el problema del precio de la gasolina, ¿no le parece?

-El subsidio, sí, pero acuérdate que la masa importante de gasolina que sale por nuestras fronteras no es para la venta al detal. Eso es un contrabando absolutamente profesionalizado; utilizándose, incluso, tanques de Pdvsa, y eso no es un secreto para nadie. Venezuela le está vendiendo gasolina desde hace muchísimos años, y de lo cual hay evidencias de tanques de Pdvsa, de vehículos de cabotaje por el río Magdalena a los productores de cocaína; porque constituye un elemento muy importante para la refinación de la coca.

-Un bolívar puede comprar gasolina; lo que no puede comprar es un gramo de cocaína.

Se prevé que al final del año el gobierno amplíe la oferta de dólares en los mercados cambiarios oficiales, como estrategia para crear un clima de bienestar antes de las elecciones. ¿Qué piensa usted?

-El gobierno no puede hacer eso porque se ha quedado sin dólares; cuando tú revisas las reservas de oro que tiene cada país en el FMI; lo que se conoce como los derechos especiales de giro que son reservas de ahorro adicionales a las reservas internacionales sólo que están en dicho organismo multilateral depositadas.

-El gobierno mismo acaba de retirar 1 mil 500 millones de dólares de esas reservas, y si tú revisas esa cuenta percibirás que lo que queda son apenas 700 millones de dólares. Esas son reservas de ahorro que los países nunca tocan por razones incluso de proyección publicitaria; tomando en cuenta que esas son estadísticas universales, y todas las semanas las informaciones del FMI reportan su nivel.

-De modo que en los últimos tiempos ese ahorro de nuestro país, representado en los derechos especiales de giro, se ha visto disminuir de 3 mil 345 millones de dólares a 700 millones de dólares. Eso no lo tocan los países; porque esa es la última reserva.

-¿Dónde te das cuenta tú que Venezuela está sin reservas? En el riesgo país; en los certificados que se consiguen en el mundo; cuando la gente se cubre del riesgo, compra certificados porque apuesta a que tal país está en problemas o apuesta a que él puede proteger su dinero comprando certificados; los nuestros están (algo impresionante) a 45 puntos básicos, es decir, es como si fueras al FMI a pedir prestado, y te estuvieran imponiendo tasas de interés de 28 ó 30 por ciento.

-¡Todo se sabe en el mundo! Si Venezuela no tiene reservas, eso se sabe en el mundo. Fíjate tú que el BCV no publica cómo se van drenando los derechos especiales de giro. Eso ha sido paso a paso en los últimos meses. El BCV no publica esa información. Pero yo la veo todas las semanas: uno abre la página del FMI, y se consigue con la información completa.

-Entonces el drama terrible que tiene Venezuela es que no tiene dólares, y hay temores al respecto de que el gobierno no logre reunir los 6 mil millones de dólares que tiene que desembolsar de aquí hasta octubre para pagar el capital y el interés de la deuda de Pdvsa y de la deuda del gobierno.

¿En ese caso se declararía en default?

-¡Ah! Eso es lo que el mercado piensa, que después de Grecia, viene Venezuela. El default, que no es sino una decisión política, puede ocurrir, y hay una regla importantísima en el default; que la vimos en Argentina en el año 2000 y después la vimos en Ecuador más o menos por esa misma época, y es que los gobiernos se declaran en default para no quedar limpios: me queda esto, no pago, voy a un default.

-Ese trabalenguas de Maduro que pronunció hace unos días, a propósito de lo que pasó en Grecia, fue interpretado a nivel internacional, como que Venezuela pudiese ser candidata a un default. De hecho, Venezuela es el segundo candidato a default después de Grecia en las estadísticas de riesgo. No hay invento posible: las estadísticas de riesgo te dicen qué países tienen posibilidades de default. Venezuela tiene 85% en ese rango.

-Porque, además, se atraviesa el otro problema, y es que los chinos no le están prestando a Venezuela a largo plazo. Los chinos le dan a Venezuela un adelanto; un anticipo a tres años por petróleo, y Venezuela desembolsa de ese fondo el dinero, cuando llena el barco chino de petróleo. A ese respecto, la situación es muy difícil, y te la puedo pintar en estos términos: un bolívar que no vale nada, en medio de una hiperinflación, y una gran posibilidad de cesación de pagos.

-Eso en una economía que está absolutamente contraída en niveles que podríamos estar entre once o doce del PIB negativo. El FMI tiene en sus números sobre Venezuela una caída de -8%. Mis números dicen que nosotros estamos entre once o doce por ciento de caída del producto; que ese es otro factor que incide sobre la hiperinflación. Un proceso inflacionario voraz, que coincide con una contracción del PIB terrible.

-Una característica de una hiperinflación es que coincide la caída del PIB con el alza en los precios o la caída del PIB con la caída del poder adquisitivo de la moneda. Esa es la definición clásica de la inflación: pérdida continua del poder adquisitivo de la moneda. Así se definía la inflación hasta principios del siglo XX; hasta que surgió Keynes en la década de 1920 a definir la inflación como un proceso continuo de alza de precios.

-No, esa definición es absolutamente chucuta; no dice nada. Porque como la inflación es un fenómeno monetario, constituye una moneda que se va depreciando con una gran velocidad y, va perdiendo poder de compra. Por lo tanto, la inflación es un proceso continuo de pérdida de poder de compra de la moneda.

-En estos días, con esta megadevaluación que estamos viendo que sucede con el dólar paralelo, los vamos a ver en el costo de los bienes en la calle. Entonces, eso es una centrífuga; uno afecta el otro y el otro afecta al otro, y al final los dos procesos se retroalimentan a sí mismos; que es lo que se conoce como una inflación fuera de control.


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