LUIS AYLLÓN 05 de septiembre de 2017
El
Gobierno español se comprometió hoy ante el presidente de la Asamblea Nacional
de Venezuela, Julio Borges, a impulsar la presión internacional
sobre el régimen de Nicolás Maduro para forzarle a buscar una
solución pacífica y negociada a la crisis que vive el país.
Borges
estuvo en Madrid, dentro de una gira que le llevó el lunes a París; que seguirá
mañana, en Berlín, y pasado mañana, en Londres, para reunirse con los
principales mandatarios europeos; y en la que no ha podido estar acompañado por
Lilian Tintori, la esposa del opositor privado de libertad Leopoldo López, a
quien le fue impedido abandonar Venezuela.
El
presidente de la Asamblea, junto al vicepresidente, Freddy Guevara,
comenzó una intensa jornada de contactos a primeras de la mañana, con un
encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, antes de
acudir al Palacio de la Moncloa, donde fueron recibidos por el jefe del
Ejecutivo, Mariano Rajoy. A lo largo del día, mantuvieron contactos con la
presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; con los expresidentes del
Gobierno Felipe González y José María Aznar; y con el líder de Ciudadanos,
Albert Rivera.
Rajoy,
según informó ayer el Gobierno en un comunicado, transmitió a Borges el pleno
compromiso de España con la democracia en Venezuela, y le reiteró que «no
reconoce la asunción de competencias legislativas por la Asamblea
Constituyente, sino que considera a la Asamblea Nacional, la única
elegida democráticamente, como la depositaria exclusiva del poder
legislativo».
El presidente
del Gobierno insistió en que apoya una solución pacífica, democrática y
negociada, que incluya la liberación de todos los presos políticos,
«el respeto por la independencia e integridad de los poderes públicos y la
celebración de elecciones justas y transparentes, devolviendo la palabra al
pueblo venezolano».
Así,
le garantizó que España seguirá trabajando, de forma bilateral y en
colaboración con sus socios europeos e iberoamericanos, para ayudar a lograr
este objetivo y, en concreto que «continuará promoviendo la adopción
por la UE de medidas restrictivas, individuales y selectivas, contra los
responsables de la actual represión» en Venezuela.
En
términos similares se pronunció el ministro de Exteriores, Alfonso
Dastis, en relación con el intento de lograr que la UE acuerde adoptar
ese tipo de medidas «que no perjudiquen a la población venezolana y que sean
efectivas para promover una restauración del orden constitucional», algo que no
está resultando fácil por la resistencia de algunos socios comunitarios como se
constató en la última reunión celebrada en julio por los titulares de
Exteriores.
Apoyo europeo
Pese a
todo, Borges, en declaraciones a los periodistas, tras agradecer la
receptividad y el respaldo «decidido y permanente» de las autoridades
españolas, dijo que «toda Europa tiene una visión muy clara» de la situación y
que todos los países han rechazado la «Asamblea fraudulenta Constituyente».
Además, consideró muy importante que la oposición esté siendo recibida por
«países que antes estaban lejanos, como Francia», en alusión al encuentro que
mantuvo el lunes en París con el presidente francés, Emmanuel Macron.
El
presidente de la Asamblea Nacional venezolana estima que aún no se dan las
condiciones para una solución dialogada, por lo que considera necesario
aumentar la presión interna y externa sobe Maduro para obligar a su Gobierno a
negociar, «no para quedarse en el poder como quieren ellos sino para que haya
una transición democrática», dijo. Y, en cualquier caso, indicó que el proceso
que se pudiera abrir debería ser serio «con garantías, con participación de
gobiernos, con la ONU» y con mecanismos que aseguren «que no se repita lo que
sucedió el año pasado, cuando el Gobierno se comprometió y después no ejecutó
nada».
Para
animar a que se ejerza esa presión internacional, señaló que Europa tiene que
pensar qué significaría «una segunda Cuba» con el petróleo, el
gas y las riquezas que tiene Venezuela, un país en el que denunció que, a pesar
de ser quizás el más rico del mundo «la gente está comiendo basura en la
calle». «No podemos permitir –añadió– que Venezuela se convierta en una
franquicia cubana, sin democracia, sin dignidad, sin derechos humanos».
La
reunión mantenida por miembros del Gobierno español con Borges y Guevara
provocó la reacción del canciller venezolano, Jorge Arreaza, quien
arremetió contra Mariano Rajoy acusándole de agredir la «dignidad venezolana» y
de apoyar los «crímenes de sus protegidos políticos de la derecha extremista
venezolana».
«Presidente
@marianorajoy agrede la dignidad venezolana, representando el peor pasado
colonial, derrotado y expulsado por nuestros Libertadores», dijo Arreaza en su
cuenta de Twitter.
Para
el ministro de Exteriores venezolano el Gobierno español está reincidiendo «en
su política de agresión» contra su país. «Con récord de desempleo y desahucios,
Gobierno que más daño ha hecho al pueblo español, pretende dar lecciones de
democracia a la Patria De Bolívar», agregó.
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