JUAN PEDRO QUIÑONERO 04 de septiembre de 2017
El
presidente francés Emmanuel Macron recibió el lunes a Julio Borges y a Freddy
Guevara, presidente y vicepresidente de la Asamblea Nacional, respectivamente,
en la que ha sido la primera escala de su gira europea con el objeto de pedir
el apoyo de los líderes europeos para la apertura de un canal humanitario para
Venezuela. Una gira en la que tenía previsto participar Lilian Tintori, esposa
del opositor encarcelado Leopoldo López. Sin embargo, ella no ha podido
acompañarles en este intenso viaje -este martes se reunirán con el presidente
Mariano Rajoy, en Madrid; el miércoles con la «premier» británica Theresa May,
en Londres; y el jueves con la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín-, al
haberle sido retirado el pasaporte el pasado sábado por las autoridades
venezolanas como consecuencia de la apertura de una investigación tras ser
incautados 200 millones de bolívares el pasado 29 de agosto en su coche.
El
presidente francés, que como otros líderes internacionales ha manifestado su
más firme rechazo a la medida tomada contra Tintori, mostró ayer su apoyo a la
apertura de un corredor humanitario entre Venezuela y el resto del mundo.
Al
frente de la delegación venezolana, Julio Borges agradeció al presidente
francés la recepción oficial en el Palacio del Elíseo: «Para nosotros esta
reunión es importante porque hay una visión nítida de lo que sucede en el país.
Y el apoyo francés, alemán, español... serán un espaldarazo importante en la
escena internacional».
El
presidente del Parlamento venezolano presentó a Macron un proyecto más o menos
detallado para la creación de un corredor humanitario, que permita una
«comunicación fluida» entre Venezuela, víctima de una crisis humanitaria, y el
resto del mundo, sin las «trabas» del gobierno dictatorial de Nicolás Maduro.
Por su parte, Guevara expuso al presidente Macron la trágica situación que vive
Venezuela, recibiendo del mandatario francés un apoyo moral firme.
Complacientes con el régimen
Hace
unos días, el mandatario francés resumió la situación de Venezuela, en la
conferencia anual ante el cuerpo diplomático nacional, afirmando: «Nuestros
conciudadanos no entienden cómo algunos han podido ser tan complacientes con el
régimen que se está instaurando en Venezuela, una dictadura que intenta
mantenerse en pie al precio de un sufrimiento humano sin precedentes y de una
radicalización ideológica preocupante».
La
diplomacia del presidente Macron parece aspirar a jugar un cierto papel de
mediación -de hecho el mandatario se ofreció para asumir este papel en una
carta enviada a Maduro el pasado 5 de julio-: «Me gustaría reflexionar, con los
gobiernos de América Latina y de Europa, sobre la manera de evitar nuevas escaladas,
incluidas regionales».
A la
salida del Elíseo, en declaraciones a los medios, Borges indicó que el
mandatario francés les expresó «el apoyo total a la Asamblea Nacional, que se
reconoce como legítima, obtenida con los votos democráticos del pueblo venezolano
y que tiene que ser el punto de encuentro y de construcción de una solución
democrática». También indicó que Macron les había manifestado su disposición
«de ayudar inmediatamente, con medicinas o comida, junto con otros socios
comunitarios».
Tras
ser recibidos en el Elíseo, la delegación venezolana se reunió con el
presidente de la Asamblea Nacional, François de Rugy, y el presidente del
Senado, Gérard Larcher, partidario de adoptar sanciones europeas contra el
régimen de Maduro.
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