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lunes, 2 de abril de 2018

El chavismo según Robert Michels por @polis360



Por Piero Trepiccione


Robert Michels fue un politólogo alemán, alumno predilecto de otro grande de la ciencia política universal, Max Weber. Ha pasado a la historia y frecuentemente se usan sus categorías analíticas para describir y clasificar los comportamientos de las organizaciones partidistas. Su más célebre aporte es su definición de la “ley de hierro de la oligarquía” que establece que “tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría”, y en esa dirección “toda organización se vuelve oligárquica”, reforzando su tesis con aquello de que “el líder siempre buscará incrementar o mantener su poder a cualquier precio incluso olvidando sus viejos ideales”.

Semejante análisis nos permite hacer una aproximación teórico-conceptual al fenómeno político que conocemos como “chavismo” que obtiene el poder político en Venezuela en diciembre de 1998 y lo asume como tal en la toma de posesión de Hugo Chávez en febrero de 1999.

El chavismo tiene 19 años en el poder. Su éxito electoral en 1998 se logró gracias a la unificación de muchos segmentos de partidos de izquierda que habían funcionado de manera atomizada, en alianza con el descontento generalizado de la población con los gobiernos anteriores. Amalgamó una base extraordinaria de apoyo popular que incluyó masivamente a los sectores populares e importantes franjas de capas medias. Con el paso del tiempo su principal herramienta electoral, el Psuv, se ha ido convirtiendo en un excelente tema de análisis para aplicar las categorías de Michels.

Hoy en día, a raíz de los cambios económicos sufridos por el país en el marco de la reducción de los precios petroleros en la escena geopolítica mundial, y de otros elementos que han precipitado movimientos internos en el seno del chavismo, se ha abierto un proceso de especificación en los grupos partidarios sobre el que hay que detallar algunas características.

El chavismo se ha vuelto una minoría organizada, lejos de la amplia mayoría que se sustentaba con carisma y redistribución petrolera. Los grupos de poder internos que antes se solapaban con el usufructo de la renta ahora luchan por mantener espacios de poder mínimos para seguir ejerciendo influencia.


El ejemplo de desplazamiento más emblemático de los nuevos tiempos del chavismo es el de Rafael Ramírez, que de ser el zar del petróleo pasó a ser un proscrito revolucionario. En esa misma dirección se aproximan cambios importantes en los próximos días sobre los cuales hay que estar muy pendientes porque impactarán el futuro del Gobierno y por ende del país.

Maduro ha tenido que afianzar su poder interno desplazando y amainando a otros factores que un momento determinado le disputaban espacios de poder. Ahora mismo estamos apreciando movimientos militares que están inscritos en esa dirección.

Como vemos, las máximas de Robert Michels están más vigentes que nunca. El chavismo ha pasado a una etapa de decantación interna para seguir subsistiendo en el poder. Hay que estar muy atentos a estos movimientos porque de ellos dependerá el futuro del país en tanto y cuanto veamos reacomodos de poder en Venezuela.

Leyenda: Maduro en un mitin en Cabimas durante la campaña electoral. Foto: AVN

31-03-18




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