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lunes, 2 de abril de 2018

“Estamos varados en gallineros verticales y conucos” por @ElNacionalWeb



Por Jolguer Rodríguez Costa


─¿Una revolución científica?

—“La cuarta revolución industrial” que actualmente vive el mundo, marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas, que ocurre a gran escala y a toda velocidad. Mientras tanto, aquí estamos varados en gallineros verticales y conucos.

—Investigadora de hongos, ¿son como los de Alicia en el país de las maravillas?

—Alucinógenos, como los que seguramente comen quienes insisten en que nunca habíamos estado mejor.  

—Si con Chávez “la ciencia vistió harapos”, ahora con Maduro…

—La ciencia sigue en harapos, solo que más roñosos.

—¿La ciencia del gobierno?

—¿Ciencia en el gobierno? ¿Es un chiste?

—¿De la MUD?

—La MUD no tiene ciencia. Parece sobrarle pasión, no siempre coordinada hacia el logro de objetivos.

—¿El cuadro micológico de Venezuela?

—Peor que nunca, como el cuadro virológico, el bacteriológico, el hospitalario, el de todo el sector salud.

—Como la primera individuo de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales  y primera mujer presidente, ¿un consejo a las féminas de los poderes?

—Es tarde para consejos. Lo que han hecho y hacen es una vergüenza para nuestro género. Menos mal que en otros terrenos hay mujeres que nos reivindican.

—¿Ha perdido el chavismo química entre las masas?

—No solo la química, también la física y las matemáticas.


—¿Y la MUD?

—Rompió enlaces cuando se puso ácida, pero está procurando recomponerlos en medio neutro.

—¿Convalece el IVIC?

—Está en estado catatónico, esperando el renacer cuando despertemos de la pesadilla.

—De haber seguido Pérez Jiménez un tiempo más, ¿cómo hubiera dejado al sector?

—Pérez Jiménez no se preocupó por crear un sector de ciencia y tecnología, y descuidó la educación. Construyó, sí, un instituto personalizado que no formó recursos humanos venezolanos ni se ocupó de fomentar estudios científicos en las universidades, que por lo demás sufrieron los embates de su régimen dictatorial.

—¿El logro de la democracia en el sector?

—Muchos: la reapertura de una universidad en democracia, la creación de facultades de ciencias en las universidades autónomas, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, el Conicit,la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho y muchas otras instituciones.

—¿Un logro oficial?

—Hacer posible la unión, frágil y circunstancial –pero unidad al fin– de extremos en su contra.

—¿Qué queda de ciencia en el país?

—Los harapos roñosos aludidos en la primera pregunta.

—¿Qué tal las células moleculares de la revolución?

—Células en proceso de apoptosis: muerte celular programada.

—¿Y las defensas de la Resistencia?

—El sistema inmunológico se está reforzando.

—Luego de 1998, ¿fue peor el remedio que la enfermedad?

—Sin duda, en ciencia y en todos los sectores del país. No se podía esperar otra cosa de militares y golpistas. Se han ido destruyendo todas las instituciones para sustituirlas por parapetos complacientes al régimen.

—¿Fue ñángara en la UCV?

—No, a pesar de ser estudiante en la que llamaban “la Facultad roja”, a la de ciencias. No me hizo falta una militancia tal para ser elegida delegada estudiantil al Consejo de la Facultad en el año final de mi carrera.

—¿El rector inolvidable?

—Aunque no viví la época de Francisco De Venanzi, él es nuestro rector por antonomasia, por su legado universal. Hay otros inolvidables, aunque no precisamente por sus logros. Es mejor no recordarlos.

—¿La receta para llegar a la adultez sin ser comunista?

—Creo que fue Willy Brandt, el líder socialdemócrata alemán y canciller, quien dijo que “quien de joven no es comunista, es que no tiene corazón; quien de viejo es comunista, es que no tiene cabeza”. ¿Será que mi corazón nació viejo e inmunizado contra esa plaga?

—Venezuela necesita una inyección de…

—Multivitamínicos como esperanza, resiliencia, democracia, apertura, tolerancia, libertad, derechos humanos, educación…

—¿Crearía una nueva Misión Ciencia?

—No necesitamos misiones, ellas son el equivalente de limosnas para sojuzgar al beneficiario. Necesitamos libertad, apoyo a proyectos viables, ética del trabajo, actividades conjuntas del sector científico con los sectores productivos y de innovación, con el sector educativo, que permitan el desarrollo cabal de los ciudadanos y de la sociedad.

—¿Qué es de la vida del satélite Simón Bolívar?

—El régimen lo vende como un proyecto que ha permitido ampliar la telefonía rural y proyectos de televisión educativa y médica, ampliar el servicio de Internet en lugares remotos como Amazonas. Los usuarios no vemos tantas bondades, con una red censurada y de las más lentas del mundo.

─¿La época dorada de la ciencia en Venezuela?

—La que está por venir, cuando el sistema actual sea sustituido por un nuevo gobierno inteligente y sabio, siempre y cuando tengamos proyectos de envergadura en ciencia, tecnología e innovación, proyectos educativos que nos inserten en el mundo globalizado actual y eleven el nivel de vida de los venezolanos que, hoy por hoy, está en el suelo.

—¿Pierde química el país cuando sus ciudadanos deciden abandonarlo?

—En química hay reacciones reversibles. Ojalá el abandono pueda ser revertido, por lo menos en parte, con el apoyo de las redes globales.

—¿Cuántos científicos se han ido?

—Muchos más de los que quisiéramos. De las universidades e institutos de investigación se cuentan por cientos las deserciones.

—Como directora de Ciencia y Tecnología de la Gobernación de Miranda, ¿qué puede aportar la ciencia a la política?

—El 16 de octubre de 2017, al día siguiente de las elecciones regionales, renuncié a ese cargo. Desde entonces, los proyectos educativos que desarrollábamos en los liceos del estado están detenidos. Espero que sean retomados para bien de los mirandinos.

—¿Es un elixir el carnet de la patria?

—Es un brutal mecanismo de avasallamiento del ciudadano para convertirlo en esclavo del sistema.

—¿Se rompió la química al romperse el patriarcado en la academia?

—Por el contrario, la química florece en la comunión entre los géneros. Nada más aburrido que lo monocorde.

—¿Fracasó el feminismo?

—Si por feminismo entendemos las luchas por nuestros derechos y la igualdad entre los sexos, entonces vamos bien, aunque todavía haya terreno por conquistar. El día en que no haga falta celebrar un día internacional de la mujer, ese día habremos alcanzado la igualdad definitiva.

—¿El presidente más amigo de la ciencia?

—El presidente de las Empresas Polar y la presidenta de su fundación, que se han ocupado desde los años ochenta de exaltar a científicos venezolanos con su Premio Lorenzo Mendoza Fleury, el más representativo hoy en día de las actividades en el sector.

—¿La referencia latinoamericana del sector ciencia?

—Brasil y Argentina.

—¿El ícono científico nacional?

—El problema con los íconos es que no siempre son lo que dicen ser.

—Científicamente hablando, ¿a qué siglo llevó al país el socialismo del siglo XXI?

—Al siglo XIX o más atrás.

—De existir una máquina del tiempo…

—Aquí en Venezuela tenemos en plena acción la máquina reversa del tiempo. Hemos retrocedido a principios del siglo XX en muchos parámetros de salud y educación, o a la época precolombina con la agricultura de conucos. Cuando esta tragedia termine habrá que poner la máquina del tiempo en fase progresiva a marcha forzada, para ponernos al día con los avances mundiales de la cuarta revolución industrial.

—¿La fórmula contra la crisis?

—No hay fórmula mágica. Cada una debe ser resuelta con inteligencia y tesón particulares.

—¿Qué tal un científico en Miraflores?

—Angela Merkel es doctorada con honores en química cuántica y es un ejemplo de científico que se ha manejado muy bien en el terreno político. Claro, aquí no estamos en el palacio de Bellevue. En Miraflores podríamos conformarnos, si los hubiese, con un presidente, ministros y políticos que no siendo científicos comprendiesen la indispensable relación del mundo actual entre el desarrollo del país y la fortaleza de un sector científico, tecnológico y de innovación. Y actuaran en consecuencia.

—Hace 12 años usted dijo que Misión Ciencia era un remiendo. Y ahora, ¿una tronera?

—Un agujero negro…

—¿Qué pasaría en Venezuela y en el sector con seis años más de revolución?

—Venezuela y el sector con ella quedarían en la ruina, más de lo que ya estamos. Cada día que pase costará más salir de este foso.

01-04-18




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