Por Froilán Barrios
Como manifestara el gran
filósofo mexicano Mario Moreno Cantinflas: “Es tiempo de hablar como
caballeros, o como lo que somos”, o dicho de otra manera, opinar sin pelos en
la lengua, dado que la tragedia nacional no permite especulaciones sobre la
inmortalidad del cangrejo, por el contrario exige hablarle claro, sin medias
tintas a un pueblo incrédulo que mantiene a la dirección opositora en el
tribunal del cuestionamiento y la incertidumbre, por las derrotas acumuladas
ante la dictadura.
Los frentes nacionales no
son nada nuevo, surgieron a lo largo del siglo XX, primero en Europa para
enfrentar a los fascismos de todo género, cuyos efectos devastadores
determinaron a todos los factores acordarse en torno a un objetivo, recuperar
la nación de los delirios de los dictadores. Luego en la América Latina azotada
por dictaduras de todo pelaje en el contexto de la guerra fría, conoció en
Uruguay, Chile, Perú, Brasil experiencias que orientaron a sus pueblos al
restablecimiento de la democracia, igualmente en Asia, la lucha inicial de Ho
Chi Minh para liberar al Vietnam del colonialismo francés-japonés contuvo este
punto de partida.
En nuestro caso la propuesta
no debe ser tomada con ligereza, como un ardid más de la picaresca política
venezolana, para sortear el pozo en el que está hundida la dirigencia
opositora, no reconocerlo recurriendo a verónicas y manoletinas, es subestimar la
sabiduría popular que requiere de una agenda factible para restaurar la
democracia.
De entrada, reducir el
objetivo del Frente Amplio al logro de condiciones electorales para poder
participar en comicios es minimizar su alcance, cuando su misión fundamental es
la de impulsar el plan de reconstrucción nacional; ello significa ubicarse en
el después del 20 de mayo, donde el ventajismo del régimen se otorga hoy la
victoria. No olvidemos que el castrismo manager supremo del madurismo juró que
jamás sufriría una derrota (1990), como la del sandinismo frente a Violeta
Chamorro, que le costara 17 años de oposición.
Al Frente
Amplio convocar a la abstención en los comicios fraudulentos de Maduro
para el 20-M, determina presentarle al país escenarios de acción factibles,
ante una inconstitucional ANC dispuesta a aprobar una Constitución de marras,
diseñada como traje a la medida de la dictadura, curso que ha mantenido como
parto de los montes desde el 30 de julio de 2017, con el apoyo
delincuencial del resto de poderes públicos, con la obvia excepción de la
mutilada AN.
El apocalipsis que vive
Venezuela requiere capacidad de respuesta ante un régimen criminal, que no cesa
de demostrar sus infinitas capacidades de crueldad, con una ministra encargada
de las cárceles y su postura ante la muerte de varias decenas de detenidos,
eludiendo la masacre al considerar fuera de sus competencias los retenes
policiales, como si los muertos de la Navas Spínola en Valencia son de menor
importancia a los que asesinan diariamente en los penales de Tocuyito, Uribana,
El Dorado.
Por tanto, la propuesta de
constituir un Frente Amplio presentada hace un mes, cuya integración debe hacer
honor a su nombre, significa una gran oportunidad para reorganizar a todos
los sectores económicos, políticos y sociales, tanto en la capital como en las
regiones, capaz de diseñar políticas en todos los ámbitos de la vida nacional y
conducir la protesta social, siempre y cuando los actores involucrados crean en
ese escenario como reagrupamiento general sin exclusiones, pues si es concebido
como instrumento de maquillaje de la MUD, mediante el cual lavan sus culpas
como si del río Jordán se tratara, simplemente morirá en el intento, como
también la esperanza de un pueblo.
04-04-18
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