Scarli Castro 25 de mayo de 2019
Este
viernes se materializó la unión de esfuerzos de cinco universidades del país
(UCAB, UCV, USB, UNIMET y Monteávila), que junto a otras organizaciones,
expertos de diversos sectores y la sociedad civil, decidieron dar aportes al
Plan País, presentado este año por la Asamblea Nacional. Todo en el marco del
“Congreso Internacional: Propuestas para el Plan País. Transición hacia una
nueva Venezuela”, iniciativa del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de
la UCAB.
El
evento contó con la presencia de los rectores: S.J Francisco José Virtuoso
(UCAB), Benjamín Scharifker (UNIMET) y Francisco Febres-Cordero (Monteávila).
Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno. El
diputado José Guerra, como representante de la Comisión Especial para el Plan
País. Tres invitados internacionales expertos en temas de transición: Abraham
Lowenthal (EEUU), autor del libro “Transiciones democráticas”; Genaro Arriagada
(Chile), jefe del “Comando de Campaña por el NO” que derrotó a Pinochet en
1988; Ignacio Walker (Chile), exministro de Relaciones Exteriores. Y el cierre
del congreso estuvo a cargo del presidente Juan Guaidó, quien recibió las
propuestas de la mano de los representantes de las casas de estudios.
El
padre Virtuoso, alzó su voz en nombre de la UCAB, resaltando el aporte que
desde esta tribuna se ha dado para que se concrete un futuro de oportunidades
para los venezolanos. “La UCAB trabaja en esa dirección y ahora lo hace de la
mano de otras casas de estudios. La academia tiene por ley un compromiso con el
país, porque el centro de la universidad no está en ella sino fuera de ella,
está en la sociedad”.
Alarcón,
reforzó lo dicho por el rector, al manifestar que el Plan País, es un paso más
dentro del trabajo que vienen haciendo, una demostración es que pese a las
dificultades no han logrado rendirlos, además, siendo motivo para celebrar, que
cinco casas de estudios, la Asamblea Nacional y otras organizaciones, estrechen
lazos en función de un mismo objetivo, Venezuela. Precisó que “solo habrá
democracia cuando se pueda dar respuestas a las necesidades de la gente, en
este momento la nación está en peores condiciones que Zimbabwe. Parte del
problema de coordinar una democracia es generar las condiciones y, a la vez,
sostener una democracia sin estabilidad estatal, no es posible”.
El
representante de la Comisión Especial del Parlamento, dijo que el Plan País,
forja una referencia para un Estado en crisis. El primer paso es “buscar la
forma de parar la hiperinflación que no se parece a la suramericana de los años
70, porque la de Venezuela para abril de 2019 cerró en 1.600.000%. La riqueza
de una nación no la crea el Gobierno, sino la gente que trabaja, cosa que este
modelo económico no entendió”.
Por su
parte, Lowenthal, uno de los más respetados expertos en relaciones Estados
Unidos-América Latina, tuvo una participación especial en el congreso, a través
de un vídeo que se proyectó, manifestando sus valiosas recomendaciones. “Hay
varios pasos que son necesarios en toda transición para que sea exitosa, siendo
la principal entre ellos, la negociación. Hay que evaluar lo que las partes
adversarias comparten, antes de aquello que las divide. En Venezuela, se hace
necesario comenzar cuanto antes esfuerzos conjuntos que alivien la crisis, por
eso, el papel de mi país (EEUU) y sus diplomáticos debe ser apoyar para lograr
la negociación y no ser un obstáculo. Ningún actor internacional del mundo
puede imponer preferencias de quien gobernará Venezuela”.
Asimismo,
Walker inició su intervención refiriéndose a los migrantes venezolanos y
agradeciendo la generosidad de este país por abrir las puertas al exilio
chileno durante la arremetida de Pinochet. Agregó que “no hay autoritarismos ni
dictaduras irreversibles. Sin embargo, no se trata nada más de derrocar a la
dictadura sino de concretar gobernabilidad democrática, y para lograrlo se
requiere de una ecuación compuesta por movilización y negociación. Hay muchos
estudios que indican que hay una ola democratizadora en los últimos 40 años (91
transiciones en 74 países), hoy día estamos en la tercera ola de
transición y no hay una teoría general
para tratarlas porque todas tienen cualidades propias. La transición no puede
ser nunca un salto al vacío. Una división en las Fuerzas Armadas no llevará a
una transición, más bien sería el germen a la guerra. La salida debe ser
pacífica y política”.
Arriagada
hizo suyas las palabras de Walker, al opinar que es inevitable la negociación
para salvar el país. “Al hablar de transición, hablamos de cambio, y existen
dos fuerzas con grandes diferencias morales, pero hay que trabajar en un
terreno común que no aplaste al adversario. Las oposiciones tienen dos caras,
una triste y una que se encuentra en la pobreza, ese reconocimiento es valioso.
Los negociadores pagan precios muy altos y son incomprendidos, pero son
necesarios. La negociación es un arte al igual que lo es la política”.
La
clausura del congreso fue hecha por el presidente Guaidó, quien reconoció el
esfuerzo de la sociedad civil al impulsar la redemocratización del país que
conducirá a unas elecciones libres. Resaltó que el Estado está en condiciones
de países en guerra, pero que la guerra en Venezuela fue la corrupción, el
abandono y la indolencia. Puntualizó que “estamos obligados a revisar las
variables para generar el cambio, porque el objetivo de la transición es tener
estabilidad y gobernabilidad al menor costo social posible, por eso no se debe
confundir los objetivos con los medios, hemos intentado de todo y lo vamos a
seguir intentando y donde no debemos fallar es en caer en la desesperanza o en
la desconfianza ya que el mejor antídoto a una dictadura es la esperanza”.
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