ACI Prensa 26 de mayo de 2019
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“Ningún
ser humano es incompatible con la vida, ni por su edad, ni por su salud, ni por
la calidad de su existencia”. Así de rotundo se mostró el Papa Francisco al
defender el derecho a la vida de los más débiles en un discurso que pronunció
este sábado 25 de mayo en el Vaticano ante los participantes en la conferencia
internacional “Yes to Life”.
El
Santo Padre subrayó que “todo niño que se anuncia en el seno de una mujer es un
don que cambia la historia de una familia: de un padre y una madre, de los
abuelos y de los hermanos”. “Ese niño”, continuó el Papa, “necesita ser
acogido, amado y cuidado. ¡Siempre!”.
En su
discurso a favor de la defensa de la vida, el Papa Francisco pidió que los conocimientos
médicos se pongan a disposición de todos. “Las técnicas modernas de diagnóstico
prenatal pueden descubrir desde las primeras semanas la presencia de
malformaciones y patologías, que a veces pueden poner en grave peligro la vida
del niño y la serenidad de la mujer”.
Sin
embargo, “a menudo pueden ser tratados con intervenciones farmacológicas,
quirúrgicas y asistenciales extraordinaria, capaces de reducir esa terrible
brecha entre las posibilidades diagnósticas y terapéuticas, que durante años han
sido una de las causas del aborto voluntario y del abandono de asistencia en el
nacimiento de tantos niños con patologías graves”.
Precisamente
esos avances médicos hacen “indispensable que los médicos tengan muy claro no
solo el objetivo de la curación, sino también el valor sagrado de la vida
humana, cuya protección sigue siendo el objetivo final de la práctica médica”.
“La
profesión médica es una misión, una vocación a la vida, y es importante que los
médicos sean conscientes de que ellos mismos son un don para las familias que
se les confían”.
Sin
embargo, lamentó que, en la cultura dominante de hoy, el diagnóstico prenatal
no se promueve con ese enfoque, sino con fines selectivos.
En ese
sentido, recordó la enseñanza de la Iglesia: “la vida humana es sagrada e
inviolable y el uso del diagnóstico prenatal con fines selectivos debe ser
desalentado, porque es la expresión de una mentalidad eugénica inhumana, que
sustrae a las familias la posibilidad de aceptar, abrazar y amar a sus hijos
más débiles”.
Asimismo,
hizo hincapié en que el rechazo del aborto “no tiene nada que ver con la fe”.
“Es un problema humano. Es un problema pre-religioso”.
“El
aborto nunca es la respuesta que buscan las mujeres y las familias. Más bien,
es el miedo a la enfermedad y la soledad lo que hace que los padres vacilen.
Las dificultades prácticas, humanas y espirituales son innegables, pero
precisamente por esta razón son urgentes y necesarias acciones pastorales más
incisivas para sostener a los que tendrán hijos enfermos”.
Es
decir, “es necesario crear espacios, lugares y ‘redes de amor’ a los que las
parejas puedan recurrir, así como dedicar tiempo a acompañar a estas familias”.
El
Papa Francisco finalizó su discurso subrayando de nuevo: “El aborto nunca es la
respuesta que buscan las mujeres y las familias”.
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