DW 27 de mayo de 2019
DW entrevistó a varios de los jóvenes más destacados
entre la oposición venezolana exiliada en el extranjero.
Si el exilio tuviera una voz, probablemente la de cada
uno de ellos sería un matiz de ese coro nostálgico, pero enérgico y rebelde. Si
Venezuela rondara los veintitantos, los treinta, bien podría haber cruzado el
mismo océano que ellos cruzaron.
Desde hace meses, el país caribeño se haya inmerso en
una crisis política que cada día parece más enredada. Mientras el presidente
venezolano, Nicolás Maduro, se mantiene aferrado al poder, el autoproclamado
presidente interino, Juan Guaidó, intenta poner en marcha el cese de la
"usurpación” chavista -como dice sus simpatizantes- recabando apoyos
dentro y fuera de Venezuela.
Entretanto, millones de ciudadanos venezolanos han ido
saliendo del país desde hace años, convirtiéndose en la primera nacionalidad en
el registro de solicitudes de asilo en España. Allí, la comunidad venezolana
emigrada, o en el exilio, se ha organizado para convertirse en un verdadero
interlocutor político.
Precisamente en Madrid, hogar adoptivo de una parte de
este exilio venezolano, DW entrevistó a cuatro de los rostros más jóvenes de la
diversa oposición venezolana. Los cuatro pertenecen a partidos diferentes, pero
les une una causa común: la voluntad de poner fin al régimen del presidente
Maduro. Otra pregunta es si más allá de eso, que no es poco, serían capaces de
ofrecer una alternativa de país.
Luis Medeiros (Un Nuevo Tiempo)
Cuando Hugo Chávez llegó al poder, Luis Medeiros
apenas tenía cinco años, cuenta a DW. "Es prácticamente lo único que los
jóvenes de mi generación hemos conocido”. La transición hacia la democracia a
la que aspira este joven "va a durar más de unas semanas”, dice,
justificando los vanos intentos de Guaidó para motivar un levantamiento social
que obligase al Gobierno a capitular. A juicio de este político de un partido
miembro de la Internacional Socialista, "el mal llamado socialismo del
siglo XXI no tiene nada de izquierda ni progresista”.
Medeiros valora enormemente la "sólida relación”
que su partido ha forjado con los socialdemócratas españoles del PSOE y con el
Gobierno del ahora presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez. España
no solo es el actor europeo más influyente en Venezuela, sino que además se ha
esforzado en mejorar la situación de los venezolanos residentes en su
territorio, entre otras cosas con el reconocimiento de un visado humanitario a
quienes se les ha negado el asilo político, o el reconocimiento de los
pasaportes vencidos.
"La Unión Europea debe ser el garante de un
proceso de negociación interno en Venezuela que conduzca a la salida del
régimen usurpador”, subraya Medeiros. Y es que, en su opinión, "la esencia
de Europa es evitar enfrentamientos entre hermanos. Su objetivo último es poder
volver "para reconstruir nuestro país”.
Álex Ojeda (Primero Justicia)
"Venezuela atraviesa una situación de crisis
profunda que no se ha visto en Latinomérica en las últimas décadas”, comienza a
decir con firmeza Álex Ojeda, miembro del partido Primero Justicia. El
Ejecutivo "no es un Gobierno como tal”, afirma a DW, "sino un grupo
político que ha decidido secuestrar al Estado y utilizar su riqueza en favor
propio”. El joven político cree, no obstante, que "en los últimos meses no
le ha quedado más remedio que encerrarse y recurrir a la represión”.
Ojeda se muestra convencido de una cosa: "la
caída de Maduro es un hecho que va a ocurrir más temprano que tarde”. No
explica qué va a hacerlo posible, pero hace referencia a una supuesta voluntad
de cambio entre la población venezolana y confía a ciegas en Guaidó: "Su
fracaso no sería el de un grupo político, sino el de todo un país”.
Sin embargo, también considera que Bruselas y las
demás capitales podrían hacer algo más para contribuir a que el engranaje
terminase de girar por completo, a vencer sus resistencias. Pide más
coordinación entre países europeos y con el Grupo de Lima. "Hay que
incrementar la presión, que puede incluir medidas de todo tipo”. Eso sí, no
concreta a qué medidas hace referencia. Pero insiste en la necesidad de
"ser muy severo con Maduro”. A ese respecto, no obstante, se muestra
convencido de que "hay mucha simpatía con la causa de la democracia
venezolana”. Aunque no deja de mirar a los Gobiernos europeos con expectación.
Josua Méndez (Voluntad Popular)
"No tenga duda de que vamos a salir de aquí”,
dice a DW Josua Méndez, de Voluntad Popular. Si se le pregunta sobre cómo
podría Guaidó vencer la lealtad que el Ejército venezolano -pieza clave del
ajedrez de esta crisis- ha demostrado una y otra vez a Maduro, afirma:
"esa supuesta lealtad que le tienen al usurpador es una lealtad
condicionada, ya que dentro de las Fuerzas Armadas hay militares cubanos
que obligan a los militares venezolanos y no les permiten decir su opinión
sobre lo que pasa en el país”.
Méndez reconoce que el autoproclamado presidente
interino está teniendo dificultades, pero matiza que "lo que ha ido cuesta
arriba es poder conseguir esa conciliación entre distintas partes”.
A su vez, este joven es quizás el más crítico de los
cuatro con el rol de Europa: "han ratificado a Guaidó, pero han tenido una
posición endeble a la hora de tomar medidas de fuerza contra el régimen de
Maduro”. Méndez pide firmeza a la hora de reconocer el pleno derecho "de
nuestro presidente Guaidó” y sanciones económicas "para las personas que
están haciendo negocio con el dinero de los venezolanos”.
José David Morales (Acción Democrática)
"Estamos viendo cómo los hermanos en Venezuela
están muriendo de inanición”, apremia el último de los entrevistados, José
David Morales, de Acción Democrática. De todos ellos es el que mantiene un
discurso más institucional. No en vano pertenece al mismo partido que el
"embajador” de Guaidó en España, Antonio Ecarri. Destaca el "papel
positivo” de este último, así como del representante en Alemania, Otto Gebauer.
"Es un trabajo muy delicado”.
"Tenemos que tener mucha paciencia”, responde a DW
al ser preguntado sobre cómo podrá la oposición sacar al país de una situación
de aparente impasse político. No admite que se ponga en duda la legitimidad del
autoproclamado presidente interino e insiste en dar tiempo al tiempo.
"Esto no se materializa de la noche a la mañana. En eso también parecen
estar todos de acuerdo, aunque sea por resignación. Insiste en el liderazgo de
Guaidó: "Es la mejor opción y es la única opción”.
Mirando a España y a Europa, confiesa que
"estamos esperando que se materialicen más acciones”. Aunque si espera
algo en concreto no lo dice. "Sin el cese de la usurpación, no podemos
seguir adelante”. Es el primero de los tres pasos de la hoja de ruta que se ha
marcado Guaidó. PAra él, es eso o nada.
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