Por Fernando Pereira
En Venezuela fueron
asesinados 1.484 niños y adolescentes durante el año 2018. Esta cifra
resulta de la sumatoria de 174 niños muertos, más 1.310 adolescentes fallecidos
violentamente.
Equivale a 4 niños o
adolescentes muertos cada día. 120 cada mes, el equivalente a cuatro
salones. Son estimaciones que debieran estremecer la conciencia de
la sociedad. Cerca de 6% del total de muertes violentas en el país
corresponden a niños y adolescentes. Estos datos fueron presentados
recientemente en un informe especial por el Observatorio Venezolano de Violencia
y Cecodap.
Allí se indica que las más
altas cifras de muertes de niños y adolescentes corresponden a
homicidios, declarados como tales. Son 840 homicidios, de los cuales 730 son
adolescentes y 110 niños menores de 12 años de edad.
En la novela “Corazones con
Memoria” de Óscar Misle y este servidor, varios de sus personajes tienen un
diálogo sobre la tragedia que representan las estadísticas de la violencia:
-Cecilia, las cifras hablan
por sí solas, en 1992, 242 niños y adolescentes perdieron la vida por
homicidios según datos de la antigua PTJ. Eso equivalía a 20 muertes por mes.
10 años después, en 2002, la cifra se duplicó y un poco más. Se incrementó a
521, según datos del Cicpc. 47 muertes por mes.
–Qué horror. Eso es como que
un salón de clases desapareciera mensualmente.”
El número de homicidios de
adolescentes se cuadruplicó desde 1992 (año de las intentonas
golpistas) hasta 2018. Hay una constante tal como lo develan los
personajes de “Corazones con Memoria”;
“–Uy, cuando se escucha así
suena terrible, pero es cierto. Todo indica que existen patrones que se repiten
en estas muertes: la mayoría de ellas se producen en zonas populares; son
protagonizadas, tanto en el papel de víctima como de victimario, por
adolescentes de sexo masculino, entre 12 y 18 años; son causadas por armas de
fuego y se producen en el marco derobos, atracos, riñas, balaceras entre
bandas o con la policía. Verónica
Zubillaga, quien ha estudiado el uso de las armas por parte de los
jóvenes, asegura que la “situación de desamparo” que supone ser acosado por
parte de otros chamos, ser objeto de burlas y ser víctima de robos, es lo que
impulsa al muchacho a conseguirse un arma de fuego para defenderse”.
“Resistencia a la autoridad”
El informe especial sobre
violencia señala que los datos conocidos (puede suponerse que es una cifra que
tiene subregistro), revelan un total de 287 muertes por “resistencia a la
autoridad”, es decir, muertes ocurridas por la actuación de funcionarios y
cuerpos de seguridad del Estado. Es un dato que duplica ampliamente la cifra
conocida el año inmediatamente anterior (108 casos en 2017).
Veinte de los
casos corresponden a niños (menores de 12 años). El que se hayan
duplicado los casos y disminuya la edad de las víctimas es un indicador de la
arbitrariedad y desproporcionalidad de la actuación según lo advierte el
Observatorio Venezolano de Violencia.
Dejo el cierre a Victoria
Lizcano, personaje central de “Corazones con Memoria”:
“Los niños no votan, no
tienen voz, no mueven la opinión pública. Ocurren los casos lamentables,
alguien se indigna en el momento y todo sigue igual. No hay manifestaciones o
movilizaciones sociales. Cada familia debe cargar con su cruz. Se deja a cada quien
con su dolor. Los niños sobrevivientes deben seguir adelante sin ningún tipo de
apoyo y acompañamiento. Cada quien arrastrando la culpa, la soledad, el
silencio, el dolor transformado en rabia y desaliento.
Hoy escribimos y repetimos
sus nombres para que no se nos olviden. Nos los quitaron físicamente y no
permitiremos que nos los arrebaten afectivamente. Nuestros corazones tienen
memoria. Seguiremos honrando sus nombres y pidiendo justicia. La impunidad se
alimenta del olvido.”
30-05-19
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