LUIS B. GARCÍA 12 de febrero de 2020
@luisbalg
Pedro
Sánchez tilda ahora a Juan Guaidó de líder de la oposición y el PP le pide una
“rectificación pública”
Tres ministros y el propio presidente del Gobierno han
tenido que responder a las preguntas airadas en algunos casos, irónicas en
otros, sobre el llamado caso Ábalos, la reunión que el ministro de
Transportes, Movilidad y Función Pública mantuvo en el aeropuerto de Barajas
con la vicepresidenta del Gobierno de Venezuela, Delcy Rodríguez. El
veto que pesa sobre ella para pisar suelo Shengen y las versiones que
ha venido dando el ministro sobre ese encuentro han sido utilizados por la oposición
para pedir la dimisión de Ábalos y generar la primera crisis en el
Gobierno. Pedro Sánchez, el ministro Fernando Grande-Marlaska, la
ministra Carolina Darias y el propio Ábalos ha defendido que se evitó
“una crisis diplomática” ante la visita de la dirigente venezolana, pero han
resonado los gritos de dimisión entre la bancada del centro derecha.
PP, Ciudadanos y Vox han reclamado la dimisión de
Ábalos en la primera sesión de control de la legislatura a la que se enfrentaba
el Gobierno de coalición. El primero en usar el caso Ábalos ha sido el
presidente del partido de ultraderecha, Santiago Abascal, quien en su
pregunta a Sánchez ha apuntado alto incluso reclamando la dimisión del jefe del
Ejecutivo: “Si usted dio la orden, dimita. Si la orden la dio su vicepresidente,
que es el delegado de Maduro, dimitan ambos”, ha exigido.
En su respuesta, Sánchez rebajó de categoría del
presidente de la Asamablea venezolana, Juan Guaidó al de líder
de la oposición, cuando hace un año le reconoció como presidente encargado de
Venezuela. Este hecho ha servido a Cayetana Álvarez de Toledo para
exigir a Sánchez una “rectificación pública”, por asumir “el lenguaje del
chavismo” y del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.
En su interpelación en el Pleno de la Cámara Baja, la dirigente
ha acusado al presidente de “presionar” a otros líderes europeos para que no
recibieran a Guaidó, y a empresarios españoles para que no asistieran a la
conferencia que éste ofreció en el Foro de Davos. Pero se ha centrado en el
pronunciamiento del presidente en la sesión de control previa. Llamar a Guaidó
líder de la oposición “debe de ser la última exigencia de la torturadora”,
ha dicho en alusión a la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, a la que, a
su juicio, “amparó” el Gobierno de España pese a tener prohibida la entrada en
la UE “y gran parte del mundo libre”.
El presidente del Gobierno, como después el ministro
del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado que Rodríguez “no entró”
en territorio español. Sánchez ha asegurado que Ábalos se limitó a “cumplir con
su deber al evitar una crisis diplomática”. Pero Abascal elevó el tono de la
acusación: “Usted está encamado con los proetarras, nacionalistas y comunistas”
y Sánchez respondió de igual guisa: “Dicen ser patriotas y defensores de
España, claro que sí, pero financiados con dinero iraní. El interés del
Gobierno de España es por la reconciliación de Venezuela, pero su interés
por ese país es tan falso como los visados de la señora Monasterio”.
La cuestión sólo planeó durante la intervención
de Pablo Casado, que sólo mencionó Venezuela para aconsejarle que “a
tiempo está de no seguir pasos de Maduro” cuando se refería a Catalunya y le
exigía cumplir la ley y hacerla cumplir: “No es mucho pedir en democracia”, le
requirió. Por parte del PP fueron otros diputados los que se emplearon a fondo
después con el ministro Ábalos, conscientes de que el protagonismo se lo
llevaría después la portavoz del grupo, Cayetana Álvarez de Toledo, en su
interpelación al ministro desde el atril en el debate posterior.
El choque entre Ábalos y Álvarez de Toledo fue duro.
La portavoz lamentó que “el gobierno ha asumido las posiciones de Podemos”,
pero le advirtió de que “ahora tendrá que dar explicaciones a la UE”. Además,
le pidió la dimisión de forma resignada: “No voy a pedir su dimisión. Para
dimitir es necesario tener dignidad y usted la perdió cuando cogió un coche el
20 de enero para ir a Barajas y la ha terminado de perder hoy”.
Por su parte, Ábalos volvió a explicar que no se
reunió con Rodríguez, que no hay ninguna orden de detención sobre la dirigente
venezolana y que se limitó a recordarle a las restricciones impuestas por el
Consejo de Europa. “Ese fue el tiempo que estuve, la misión que tuve y siempre
bajo la supervisión policial. Lamento que no haya misterio”, zanjó el ministro.
Entre las preguntas al Gobierno, la diputada Anal
Belén Vázquez cuestionó a Marlaska por el asunto. “Hay que tener una cara muy
dura para decir que se ha evitado una crisis democrática- ¿Por qué no fue usted
a Barajas?”. Pero el ministro defendió que “no dio ninguna instrucción a la
Policía” y que “sólo cumplió la ley evitando que Delcy entrara en el espacio
Schengen”. La popular insistió en criticar al titular de Interior por enviar a
Ábalos “como comisario político” y dejar que “esa señora pisara territorio
español” porque “estuvo en la zona VIP” del aeropuerto. Vázquez Exigió la
dimisión de Ábalos “por prevaricador”.
Marlaska defendió que la vicepresidenta del gobierno
venezolano no entró en espacio Shengen, tras lo cual recriminó al PP que
confundan las restricciones que pesan sobre ella con una orden de detención
internacional. “Para eso hay que estudiar un poco más. Respeten a la policía”,
zanjó.
Luego,
el ministro Ábalos se tuvo que enfrentar a las preguntas de tres diputados más
sobre el asunto, dos del PP y uno de Ciudadanos. Primero fue el turno
de Valentina Martínez (PP) quien le preguntó sobre cuál de las
versiones ofrecidas sobre Delcy es la cierta. “¿Qué ocultan? ¿Por qué tanta
mentira? Cuéntenos una verdad que a veces hace libre”. El ministro lamentó las
muchas “interpretaciones” y “propósitos” generados con este asunto, tras lo que
remarcó que “lo importe es que modestamente conseguí dos cosas:
una, que se cumplieran las restricciones del Consejo de Europa”, que
impiden a Rodríguez pisar suelo de la UE, “y dos, no añadir más problemas
diplomáticos a unas relaciones con embajadores que restableció el sr
Rajoy”, recordó.
La diputada no quedó satisfecha con las explicaciones,
le tachó de “mentiroso” y le mostró su preocupación por la imagen que había
dado España ante EE.UU. y los socios europeos. Pese a las acusaciones, el
ministro le agradeció el tono, pero le afeó que hayan “puesto en cuestión la
credibilidad de España” y “nos hayan querido enemistar con nuestros socios
europeos y con EE.UU.”
Las explicaciones del ministros recibieron los gritos
a coro de dimisión entre la bancada del centro derecha, que se interrumpieron
con el turno de la siguiente pregunta, por parte de la diputada Belén Hoyo
(PP): “Usted miente. Señor Ábalos, sus palabras de ‘yo he venido para quedarme
y no me echa nadie’ son vergonzosas. ¿A quién amenazaba?. ¿A Iglesias, Sánchez?
¿Qué sabe usted de su jefe que tanto le hace temblar?”. El ministro respondió
señalando que esas palabras se referían a su compromiso político, no a sus
cargos. “Nadie me va a echar de mi compromiso político, que adquirí en 1976. Es
una cuestión de valores. Ese año, la mayoría no podíamos estar porque éramos
ilegales”, de manera que “mi compromiso es por la democracia, por la libertad y
contra el fascismo”.
Luego le tocó el turno a Edmundo Val (Ciudadanos), que
tiró de cierta ironía para cuestionar al ministro sobre la cuestión y
recriminar al Gobierno que puedan negar una comisión de investigación en el
Congreso. Ábalos reprochó que el grupo parlamentario naranja dedique su única
pregunta a que tiene derecho a este caso. “España les ha interesado bien poco,
les interesa Venezuela. Sigan así, por eso se han quedado en 10 (diputados)”.
El parlamentario reclamó la dimisión del ministro:
“Hágale un favor a los españoles, dimita”, y la respuesta de Ábalos fue
personal: “Se nota que usted está de paso por esta historia, mañana estará en
otro partido”. Con posterioridad, el ministro reiteró sus dos logros de su
gestión y se mostró molesto por que Ciudadanos “insinúe que nuestra Policía es
manejada por un ministro que no tiene ninguna escala de jerarquía. Delcy no
pisó el espacio Schengel y Marlaska no manejó a la Policía”, zanjó. Los gritos de
dimisión de los diputados de la oposición se volvieron a repetir.
Al final, también la ministra de Política Territorial
y Función Pública, Carolina Darias, tuvo que responder una pregunta sobre este
caso, lanzada también por la diputada popular Carolina España. “De quién son,
de González, que califica de dictador a Maduro, o de Zapatero que le da la
mano? ¿Qué ocultan? Ábalos debe dimitir por irresponsable”, exigió. Pero la
dirigente gubernamental evitó el asunto: “El Gobierno ha dado cumplida
información sobre este asunto y esta sesión es buena prueba de ello”.
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