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domingo, 14 de junio de 2020

El país y las universidades por @polis360



Por Piero Trepiccione


Revisando los datos que recoge #MonitorObu, etiqueta que agrupa las principales informaciones que se generan en Venezuela en relación al sector académico, y sistematizadas por el Observatorio de Universidades, nos damos cuenta en cuál estatus de prioridad están las universidades públicas del país.

Durante el ciclo marzo-mayo, en pleno confinamiento por la pandemia, se registraron más de noventa hechos delictivos en las diferentes sedes públicas del país. De estos, el 50% fue denunciado por autoridades universitarias y el 30% por representantes estudiantiles. A la par, se produjeron 61 comunicados de los centros de educación superior. Y de estos, 54% por ciento se refirieron a pronunciamientos en rechazo a los hechos delictivos.

Pero, para el periodo comprendido entre noviembre 2019 y febrero 2020, ya #MonitorObu reflejaba alrededor de 44 incidentes referidos a hurtos y robos a las instalaciones universitarias. Es decir, toda una avalancha de acontecimientos que han ido desarticulando la capacidad de servicio de las universidades públicas del país. La gama de afectaciones por parte de la delincuencia es extremadamente alta. Desde equipos de computación hasta neumáticos de vehículos; pasando por aires acondicionados, cableado eléctrico, baterías, material clave de investigación y todo lo que tenga algo de valor. No se han salvado ni las bibliotecas que han sufrido también daños irreversibles en casos tan emblemáticos como la de la Universidad de Oriente. Las fotos de este hecho han recorrido el mundo para mostrar semejante acto de barbarie en pleno siglo veintiuno.

La falta de presupuesto para las universidades públicas no ha permitido contrataciones de vigilancia privada para resguardar las instalaciones como corresponde por razones de autonomía. Pero el cuidado que las autoridades policiales deben dar en los alrededores de las mismas, brilla absolutamente por su ausencia. Vale decir que, desde el Estado, la política dirigida al sector ha sido la de ir limitando paulatinamente el margen de maniobra financiero para debilitar el liderazgo de las universidades en su propia conducción.


Universidades: punta de lanza para la recuperación

Resulta paradójico que, ahora que el país va a requerir la experticia acumulada por décadas de sus centros de educación superior, se los esté prácticamente dejando en la anomia. Más allá de las disputas políticas e ideológicas, nuestras universidades son extremadamente necesarias para la recuperación del país.

Según el Observatorio de Universidades OBU, en sus estudios de condiciones de vida de 2018 y 2019, la vocación y el deseo de servir al país desde allí, son los elementos esenciales por los cuales nuestros docentes universitarios no se han ido mayoritariamente del país, aun teniendo las enormes limitaciones financieras a las que han sido sometidos durante los últimos años.

El país entero debe valorar esto. El Estado venezolano tiene la gran responsabilidad histórica de apoyarse en las grandes capacidades del sector universitario nacional para relanzar su economía y su gobernabilidad. Para ello, sus políticas públicas orientadas al sector deben ser claras, transparentes, justas y no sesgadas ideológicamente. Talento universitario hay y en gran cuantía. Aprovechémoslo más temprano que tarde en la recuperación del país.

14-06-20




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