Julio César Arreaza B. 18 de junio de 2020
@JulioCArreaza
Para
mejorar nuestras condiciones de vida resulta sine qua non el cambio político,
el cese de la usurpación, unánime clamor colectivo. Se ha perdido la soberanía
nacional con la somalización del territorio, ocupado por bandas y mafias que se
dedican impunemente a actividades ilícitas. Sin soberanía nacional no puede
haber soberanía popular. Superado este aborto histórico, la mejor forma de
ocupar el territorio es mediante la actividad agrícola y pecuaria, que aunque
no compiten con las telecomunicaciones, la información y el conocimiento, es la
manera más eficiente de fomentar el arraigo y la ocupación de territorio. El
apego del hombre a la tierra es ancestral, afirma su gentilicio, apalanca otras
actividades económicas y contribuye a la soberanía alimentaria.
En
2019 el BCV certificó el ingreso a la nación de 1 millón de millones de
dólares, adónde fue a parar este colosal chorro nos preguntamos y sabemos de
sobra la respuesta: a las fauces voraces y corruptas del régimen forajido.
La
cifra escandalosa de 17% de desnutrición se traduce en 40% de la población con
dificultades de acceso a los alimentos y se calcula que más de 2 millones de
venezolanos padecen hambre severa, lo cual impacta a la generación de relevo.
Daremos
un vistazo al presente y al futuro que vislumbramos cuando superemos, Dios
mediante, la usurpación.
La
producción nacional satisface actualmente entre 15% y 20% el consumo de
alimentos. Hoy se siembra 20% de las hortalizas que se sembraba hace algunos
años, disminuyendo también la calidad. Se llegó a cosechar maíz blanco y
amarillo para satisfacer el consumo de la arepa. Hoy se estima la siembra de
120.000 mil hectáreas, lo cual es insuficiente para abastecer la demanda.
Por
22 años se exportó arroz a Colombia. Hoy la producción nacional abastece en el
mejor de los casos 20% del consumo.
El
rebaño bovino constituye la mitad de lo que fue, Venezuela no era importadora
de carne, salvo algunos cortes específicos para restaurantes.
Por
200 años exportamos el mejor café del mundo, hoy se satisface 30% del consumo.
Lo
que estamos comiendo en el presente es lo que se sembró hace 2 meses, 3 meses,
6 meses y el año pasado en el ciclo de invierno. Lo que no se siembra ahora no
lo vamos a tener en 2 meses, 3 meses, o 6 meses. El campo venezolano a duras
penas abastecerá 15 % del consumo. No hay recursos para importar el déficit, la
política del encaje bancario acabó con el crédito bancario. El régimen arrastró
hacia el círculo vicioso de un sector privado cercado e imposibilitado para
importar los alimentos que no estamos produciendo en el país, y se le suma la
falta de empleos decentes que contrae el poder adquisitivo del venezolano para
comprar los alimentos.
En
el futuro pos usurpación habrá que generar condiciones en el sistema financiero
para que los sectores alimentarios puedan financiarse y arrancar los motores de
la actividad productiva. La eliminación de impuestos y aranceles para los
insumos y bienes de capital para recuperar la producción interna. No incurrir
en el error de los controles de precios. Cancelar la nefasta política monetaria
de emisión inorgánica de dinero para hacerle frente al gasto fiscal. Esta
impacta sobre el dólar y la subida del dólar a su vez sobre los costos de
producción. El sector agroalimentario es la víctima y no la causa del problema.
La causa es la política monetaria.
Junto
con el recate de la seguridad jurídica y la seguridad personal, habrá que
combatir efectivamente las invasiones como la ocurrida recientemente en la
Escuela Salesiana en Barinas. Al mismo tiempo, con el recate de los servicios
públicos colapsados se darán las condiciones para el abastecimiento de todos
los venezolanos.
¡Liberen
a Maury. No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!
Julio
Cesar Arreaza B.
@JulioCArreaza
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