Matt Spetalnick, Luc Cohen y Marianna Parraga
12 de junio de 2020
Estados
Unidos investiga a un magnate naviero venezolano por violar posiblemente las
sanciones al llevar combustible que escasea a su país, según dos altos
funcionarios estadounidenses.
La
investigación se enfoca en un cargamento que Wilmer Ruperti, un excapitán de
petrolero que ahora es un adinerado hombre de negocios, envió en abril desde
Trinidad y Tobago, dijeron los funcionarios a Reuters.
El
empresario de 60 años ha estado cerca del gobernante Partido Socialista Unido
de Venezuela desde el gobierno de 1999-2013 de Hugo Chávez, ganando lucrativos
contratos con la petrolera estatal PDVSA. Ruperti ha mantenido esa relación
bajo el presidente Nicolás Maduro, incluso cuando Washington trata de poner fin
a su control del poder, según personas familiarizadas con el asunto.
Ni
Ruperti, que pasa gran parte de su tiempo en su mansión con vista a Caracas, ni
los representantes de él o sus empresas registradas en Suiza, Maroil Trading y
ES Euro Shipping, respondieron a múltiples solicitudes de comentarios de
Reuters por correo electrónico, correo postal y LinkedIn.
El
gobierno de Venezuela y PDVSA no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Ruperti
es más conocido en Venezuela por haber fletado barcos en 2002-2003 para
importar gasolina y ayudar a romper una huelga en PDVSA, ganando una medalla de
un agradecido Chávez.
El
tanquero que transportaba el envío de alrededor de 150.000 barriles en abril
había señalado a Aruba como su destino, pero dejó de transmitir su ubicación
antes de descargar en la terminal El Palito de Venezuela, según datos de
Refinitiv Eikon y personas con conocimiento del asunto.
El
enviado del presidente Donald Trump para Venezuela, Elliott Abrams, dijo que el
Departamento del Tesoro, que supervisa la política de sanciones, determinará el
curso de la investigación.
“Creo
que las personas que hacen cumplir las sanciones estadounidenses están
observando sus actividades”, dijo en una entrevista el 29 de mayo.
“Ruperti
ha reconocido lo que está haciendo”, agregó Abrams, sin dar más detalles.
Ruperti
dijo en una entrevista en abril con Associated Press que había enviado ese mes
a Venezuela un cargamento de gasolina de 300.000 barriles y tenía la intención
de enviar un millón de barriles más.
Fue
citado describiendo la operación como un “trabajo humanitario” y que sus abogados
habían informado al Departamento del Tesoro de Estados Unidos en marzo, sin
recibir ninguna objeción.
Los
funcionarios estadounidenses han dicho que hay excepciones para bienes
humanitarios como alimentos, medicamentos e, incluso en algunos casos, combustible,
pero tales envíos requieren autorización explícita de Estados Unidos.
Abrams
dijo que no estaba al tanto de ninguna aprobación de Estados Unidos para las
actividades de Ruperti. Un segundo alto funcionario de la administración Trump,
que habló bajo condición de anonimato, confirmó que Ruperti estaba siendo
investigado y también dijo que no se había otorgado ninguna exención.
El
funcionario calificó las transacciones de Ruperti como “definitivamente
sancionables”, aunque no proporcionó un cronograma para acciones potenciales:
“Siempre vamos a construir el mejor caso posible”.
El
Departamento del Tesoro, cuya Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC)
supervisa las sanciones, no confirmó si está investigando a Ruperti. Pero dijo
que recibe muchas consultas cada semana a través de varios canales oficiales
sobre si las actividades de individuos o entidades cumplen con las sanciones.
“Quienes
presenten tales solicitudes no deberían concluir que su actividad es permisible
o no sancionable bajo las autoridades de la OFAC sin recibir una confirmación
formal de la OFAC”, dijo un portavoz del Tesoro.
TRUMP
FRUSTRADO
Algunos
funcionarios estadounidenses dicen en privado que Trump está frustrado por no
haber destituido a Maduro, a quien ridiculiza como un dictador corrupto.
Washington ha buscado en los últimos meses tomar enérgicas medidas contra los
que violan las sanciones, pero Maduro retiene el apoyo de su ejército, así como
de Rusia, China, Cuba e Irán.
Estados
Unidos, y la mayoría de las naciones occidentales, consideran que Maduro
manipuló su reelección de 2018 y reconocen a Juan Guaidó, el presidente del
Congreso, como el líder legítimo de Venezuela. Maduro dice que Washington
quiere controlar las vastas reservas de petróleo de la nación OPEP.
El
envío de aproximadamente 150.000 barriles, en el centro de la investigación
estadounidense, dejó el puerto Pointe-a-Pierre, de Trinidad, a bordo del
petrolero Aldan, de bandera de Liberia, el 20 de abril, señalando a Aruba como
su destino, según datos de Eikon.
No
obstante, el 22 de abril dejó de transmitir su ubicación, mostraron los datos.
Según tres fuentes, el barco luego fue a la terminal de El Palito, en
Venezuela, para descargar.
Eurotankers
Inc, con sede en Grecia y que maneja el Aldan, no respondió de inmediato a una
solicitud de comentarios.
Ni
Ruperti ni su compañía Maroil han confirmado públicamente todos los detalles de
la transacción. Pero una factura de marzo vista por Reuters mostró una
solicitud de anticipo de Maroil a PDVSA por 12 millones de euros (13,7 millones
de dólares) para el suministro de gasolina. Reuters no pudo confirmar si se
completó el pago.
Después
de entregar la gasolina, Maroil también recibió en mayo una carga de
combustible de 270.000 barriles de PDVSA en el buque Confidence P, según
documentos internos de la compañía.
Eso
sugiere que el acuerdo puede haber sido estructurado como un intercambio de la
gasolina enviada desde Trinidad por combustible producido en el país.
Las
autoridades estadounidenses consideran que tales intercambios son prácticas
para evadir las sanciones, dijo el alto funcionario de la administración
estadounidense.
Algunos
de los socios extranjeros de PDVSA han evitado las transacciones en efectivo
con la compañía debido a la prohibición de Washington del uso del sistema
financiero de Estados Unidos y en su lugar han recurrido a esos intercambios.
La
red de refinación de Venezuela, de 1,3 millones de barriles por día, casi se ha
derrumbado. El mes pasado, Maduro importó combustible de Irán, otro adversario
estadounidense sancionado.
Desde
que Trump asumió el cargo en 2017, su administración ha impuesto sanciones a
Maduro y a docenas de sus aliados. Si Ruperti entre a esa la lista negra,
cualquier activo estadounidense que posea se congelaría y los estadounidenses
tendrían prohibido hacer negocios con él.
Búsquedas
en registros públicos de Estados Unidos muestran que Ruperti ha tenido
residencias en el área de Miami, incluida Doral, una zona acomodada con una
gran comunidad de emigrantes venezolanos. Reuters no pudo verificar
independientemente si Ruperti sigue teniendo propiedades en Estados Unidos.
Los
lazos de Ruperti con la administración de Maduro son estrechos, según personas
familiarizadas con el asunto.
Ayudó
a pagar la defensa legal de dos sobrinos de la esposa de Maduro, la primera
dama Cilia Flores, en un juicio en Nueva York por tráfico de drogas en el que
ambos fueron condenados a fines de 2016, dijo una de las fuentes, confirmando
informes de prensa de esa época.
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