La Academia de Ciencias
Físicas, Matemáticas y Naturales proyecta que para diciembre, podríamos tener
catorce mil casos diarios de COVID 19, de no disminuir sensiblemente los
contagios. El anterior informe de la corporación, cuyas proyecciones han sido
confirmadas en la realidad, fue criminalizado por el grupo en el poder.
Impresiona pero
dolorosamente, no es raro. La cúpula que manda tiene una querella irreductible
contra la inteligencia y el conocimiento, sólo superada por su pleito con la
verdad. Sustituir ciencia y verdad con propaganda sirve a unos avispados para
trepar y mantenerse en el círculo poderoso, pero a los venezolanos nos
perjudica.
Interesa al país entero
que quienes gobiernan escuchen a quienes estudian e investigan. Como a quienes
producen, a quienes trabajan y se comporte al servicio de todos, como es su deber.
Que podamos sumar el esfuerzo y el talento de todos para enfrentar esta amenaza
creciente. El virus no discrimina políticamente, no excluye, no divide. Es
tenebrosamente democrático al llegar a todos los sectores y todas partes.
Médicos eminentes lo han advertido y demostrado.
PROVEA, respetada ONG
defensora de los Derechos Humanos, informa que setenta y cuatro profesionales
de la salud murieron en agosto “convirtiendo a Venezuela en uno de los países
con mayor porcentaje de muertes de médicos en el mundo”. La Universidad Central
de Venezuela, anuncia que no reiniciará todavía las actividades presenciales o
semipresenciales. Los gremios docentes se han pronunciado en el mismo sentido
ante el inminente comienzo de las clases en educación básica y media. Las
informaciones generadas por las autoridades son confusas y son abonadas por la
desconfianza de la población en que en las prioridades oficiales esté el
interés social.
Desde el poder se
dictan medidas preventivas de restricción de la circulación de personas así
como de actividades económicas productivas, del comercio y los servicios. Las
oficinas públicas permanecen cerradas o con funcionamiento muy limitado. Las
reuniones de cierto número de personas están prohibidas.
En ese cuadro real, lo
sensato es no insistir en una convocatoria electoral para diciembre. Un
distinguido grupo de venezolanos introdujo ante el TSJ un recurso solicitando
su diferimiento por razones de constitucionalidad, legalidad y conveniencia
político-institucional al cual he manifestado mi apoyo. Son buenas razones,
pero el panorama relega lo político y lo legal a un plano secundario ante una
realidad humana abrumadora.
12-09-20
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