Carlos Tablante 28 de noviembre de 2018
@TablanteOficial
Ya no
son muchachos y nunca fueron “ángeles”, como en algún momento se les calificó
en un libro, escrito quizás en medio de la indignación y la ilusión.
Alejandro
Andrade, Adrián Velásquez, Carlos Aguilera, Rafael Isea (ex ministro de
Finanzas y ex gobernador de Aragua), Pedro Carreño y Juan Carlos Luján (ex
presidente del BIV), entre otros, cada uno de ellos era parte del círculo más
íntimo del fallecido Hugo Chávez.
Los
integrantes del primer anillo de seguridad de Chávez tenían orígenes humildes.
Ahora viven rodeados de lujos, como los grandes capos, exhiben de forma
grotesca la fortuna mal habida. Mansiones, caballos, aviones privados, yates,
joyas y cuentas millonarias en dólares y euros en bancos exclusivos, todo ello
evidenciado en las confiscaciones realizadas en EEUU la pasada semana.
Hugo
Chávez y Nicolás Maduro los pusieron donde había. En Cadivi, Pdvsa, el
Ministerio de Finanzas, el Banco Industrial de Venezuela, en la administración
de los presupuestos públicos y las tesorerías, y en especial la Oficina
Nacional del Tesoro.
La
investigación que hicimos en los libros Estado Delincuente y El Gran Saqueo,
ubica el asalto a la nación en unos 300 mil millones de dólares en
irregularidades con la importación de alimentos y medicinas, en la ejecución de
obras públicas, en la emergencia eléctrica, en las empresas básicas de Guayana,
en Pdvsa y en especulaciones con el diferencial cambiario desde la tesorería
nacional y el BCV.
Con la
acusación de EEUU contra Alejandro Andrade – ex tesorero nacional – y Raúl
Gorrín- operador financiero y mediático de Maduro – por haber lavado más de un
billón de dólares provenientes de la corrupción, se empiezan a conocer los
detalles de la red para hacer negocios ilícitos que apunta al mas alto nivel
del régimen como queda claro en el documento oficial de la acusación de uno de
los casos donde se señala a los hijos de Cilia Flores.
La
recuperación de los recursos saqueados a Venezuela será posible sólo cuando se
produzca el cambio que la mayoría de los venezolanos exigimos y por el que
seguimos luchando. Eso lo sabe la comunidad internacional. Sería una
contradicción enviar lo robado de vuelta al país para colocarlo en manos de
quienes precisamente facilitaron el asalto, ya fuera por acción, complicidad u
omisión.
Es
otra razón más para continuar la lucha por el cambio en Venezuela: la
recuperación de lo robado para re-invertirlo en salud, alimentación, seguridad
y educación.
Contra
la dictadura del hambre y la corrupción, debemos seguir unidos por el cambio,
de frente en todos los frentes.
Carlos
Tablante
@TablanteOficial
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico