Gonzalo González 28 de noviembre de 2018
El día
lunes de la semana en curso se realizó el Congreso Nacional del FAVL. Ese
evento es la culminación de un proceso congresual que incluyó la celebración de
24 congresos regionales.
El
proyecto Frente Amplio comenzó a materializarse el año pasado cuando diversos
sectores de la oposición democrática, organizaciones gremiales diversas, grupos
de la sociedad civil organizada y personalidades democráticas llegaron a la
conclusión – por demás acertada, en mi criterio- de que la mejor estrategia
para resistir al régimen chavista (devenido en dictadura desde el 2016) y
contribuir a su desplazamiento es la conformación de una amplia convergencia de
fuerzas políticas, sociales y ciudadanas que logre articular las luchas por las
reivindicaciones sociales y ciudadanas con las políticas.
La
coincidencia fundamental es el rechazo al régimen y el compromiso con la
restauración de la vigencia de la Constitución. Dentro de esos parámetros caben
dentro del FAVL viejos y nuevos opositores al sistema imperante
Construir
una agrupación con tales características y objetivos no es fácil ni lo está
resultando por más que la dramática y trágica situación por la que atraviesa
Venezuela lo requiera y lo demande. Siempre estarán al acecho las naturales
tendencias centrifugas propias de la diversidad de origen, visiones e intereses
y aspiraciones (legítimos e ilegítimos) de sus componentes originarios y
futuros; seguro estoy de que el Gobierno siempre atento a cualquier amenaza,
real o potencial, a su poder no tardará en actuar para destruir o abortar –
como lo viene haciendo con la dirigencia de algunas fuerzas opositoras – al
FAVL.
Confió
y espero que la dirigencia del nuevo espacio haya aprendido de los errores que
condujeron a la implosión de la MUD (yerro costoso e injustificable de la
dirigencia de los partidos democráticos y que explica su crisis de
representatividad y desprestigio) y le devuelva a los venezolanos la esperanza
de que el cambio de régimen y de gobierno es posible.
También
aspiro a que la dirigencia del FAVL comprenda que la lucha contra un Gobierno
no democrático supone transitar una diversidad de caminos y fórmulas, así como
jugar en los diversos tableros en los cuales está planteada la confrontación y
que consciente cómo lo está (por expresa manifestación de sus voceros) de que
el principal escenario para definir la lucha es el interno pueda coordinar con
la comunidad internacional democrática los esfuerzos necesarios hacia la salida
de la dictadura y los planes y medidas para acometer la reconstrucción
nacional.
Gonzalo
González
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