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miércoles, 14 de noviembre de 2018

Hiperinflación y cambio político, por @lmesculpi




Luis Manuel Esculpi 13 de noviembre de 2018

Todos los pronósticos para el 2019 son verdaderamente alarmantes. Ya la hiperinflación cumplió el año. De acuerdo a estimaciones del Fondo Monetario Internacional la inflación anual puede superar el 1.000.000% . Superaríamos con creces la mayor inflación conocida hasta ahora en América latina, la de Bolivia, en el siglo pasado. Entraríamos en el ranking de unos pocos países que han superado el año con hiperinflación.

Somos junto con Zimbabue las únicas naciones que han conocido estos procesos en el presente siglo. Podemos establecer nuevos récords, le escuche al economista Asdrubal Oliveros señalar dos características originales de la hiperinflación venezolana: somos el único país petrolero donde se ha producido esta situación y además el único donde ha coexistido con la escasez de efectivo.

En diversos foros y entrevistas el economista, profesor universitario y ex ministro Rodrigo Cabezas, ha destacado que la política del gobierno carece de un plan coherente para combatir la inflación. Si bien es cierto, que con los anuncios de Maduro inicialmente en algunos sectores surgieron expectativas favorables, tal como lo reflejó en su momento la encuesta elaborada por la Universidad Católica, a los pocos días esas expectativas se desvanecieron al comprobar que el aumento del salario mínimo se disolvía con el colosal aumento de los precios diariamente.

Ante ese sombrío y dramático panorama el gobierno pretende presentarnos una realidad inexistente, recomendando invertir en oro y petros los escasos recursos que recibiremos como aguinaldos. Jesus Faria reconoce que no han podido con el “flagelo hiperinflacionario” y que lo van a lograr con el incremento de la producción petrolera; cuando es ampliamente conocida la gravísima situación por la que atraviesa la industria como consecuencia del mal manejo y de la corrupción.

La organización de las Naciones Unidas (FAO) en un informe presentado recientemente,señaló que en nuestro país es el de mayor aumento el hambre y la desnutrición entre el 2016 y el 2018. Ese informe llama particularmente la atención porque hace unos años, esa organización establecía reconocimiento por presuntos resultados a Venezuela en ese renglón.

Los especialistas señalan según la experiencia que abatir la hiperinflación supone el cambio de políticas de quienes gobiernan, o el cambio de los gobiernos, con la rara excepción de Zimbabue que intentó superarla permitiendo el uso de diversas monedas extranjeras.

A pesar,de rumores que circulan sobre la intención del gobierno de adelantar un plan económico integral que tenga como objetivo prioritario atacar el problema principal de la economía, abrigamos serias dudas sobre tal propósito por los dogmas y conceptos de que son prisioneros los integrantes de la cúpula gobernante.

Ese cuadro nos lleva a replantear el tema de la necesaria unidad de las fuerzas democráticas para enfrentar la dramática situación económica y social que confrontamos, la exigencia de definir la ruta para alcanzar el cambio político reviste especial importancia en la actualidad.

Diversos voceros de la oposición democrática han anunciado desde hace días la realización de reuniones para avanzar en la dirección señalada, sin embargo se requiere tener sentido de la urgencia acorde con las necesidades planteadas. Por su parte el Frente Amplio ha venido desarrollando un conjunto de iniciativas, sumamente importantes, entre ellas las realizaciones de Congresos regionales que culminarán con la celebración del evento nacional este mismo mes.

Todas esas actividades son necesarias y relevantes, pero la reconstitución de una dirección política que asuma la conducción de la oposición democrática constituye una prioridad inaplazable. Pareciera simple esa constatación, hasta ahora ha sido imposible resolverla. Inexplicablemente.

Luis Manuel Esculpi

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