Por Arnaldo Esté
Los chismes se cruzan con
las noticias; son malos los unos y los otros, pero algo parece cuajar.
El gobierno se denuncia
económica y políticamente quebrado, como un caney cundido de comejenes. Se
viene abajo y uno piensa que no es que lo van a tumbar, sino que se viene abajo
aplastándonos a todos. Una destrucción eficaz que ha traído el peor daño
posible: la fuga, el éxodo, la diáspora. Una suerte de genocidio, arrojando a
tres millones de personas al desafuero. Cosa más grave que todas las otras
gravedades. Es dolor no medible ni en los que se van ni en los que nos
quedamos. Algo terrible que no estaba en las cuentas del eterno ni en sus
siniestros herederos. No obstante, hay mucha gente trabajando, protestando,
haciendo de sus carencias consignas y algunos, con más perspectiva, se
organizan, se reúnen, discuten, forman frentes y plataformas de acción. Hay
maestros que piensan en la necesidad de cambios educativos, hay artistas que
cantan, y pintan sueños y dolores. No se puede hablar de una convergencia hacia
la unidad, ni menos aún de un liderazgo nuevo, visible y establecido, de una
suerte de Comité de Conflicto que pudiese encauzar las miles de protestas. Los
resquemores y resabios minan la confianza. Así estamos, en el dolor por los
fugados y la espesa incertidumbre.
Tiene que nacer de algunas
de esas cosas otras maneras de hacer un país. Una post petrofilia que mire
hacia adelante y no tanto al empeño de criticar aquella carcoma, aquella
comejenera. Las próximas semanas estarán llenas de encrucijadas y demandas por
decisiones. El hambre cotidiana las presiona.
Es cosa de sentarse a
discutir sobre lo que pasa y sobre lo que, de alguna manera, queremos que pase
y salir a gritar y pintar paredes. A poner en ellos dolores y castigos,
insultos y denuncias. Grafitis y poemas, mensajes para todos y para los fugados
diciéndoles que sabemos que, de la mejor manera posible, deberán regresar, que
el caney se viene abajo, pero que los pájaros siguen cantando y el calor
alumbra y que tenemos que armar el proyecto que nunca tuvimos.
18-11-18
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