Por Eddie Ramírez, 01/05/2013
No cabe otra palabra para los diputados
oficialistas encabezados por Pedro Carreño, con participación de una diputada
guapetona y azuzados por Diablodado Cabello, quienes agredieron directamente y
con apoyo de sus guardaespaldas gorilas a María Corina, Julio Borges, Américo
De Grazia, Nora Bracho e Ismael García, entre otros diputados de la alternativa
democrática. Igualmente cobardes son los altos funcionarios del régimen que
avalan estas agresiones y otras violaciones a los derechos humanos.
No menos cobardes son aquellos que con
cualquier excusa callan ante estos atropellos. Se puede explicar, aunque no
disculpar, que un loquito arribista como Willam Ojeda se diga admirador de un
régimen que tanto criticó. Que un Hermann Escarrá lo imite da repugnancia.
Evidentemente su ego pudo más que sus principios y, al no ser tomado en cuenta
por la dirigencia opositora, decidió pasarse con armas, bagajes y kilogramos de
exceso al bando que combatió y que llamó a enfrentar con el 350 en innumerables
asambleas de ciudadanos. Extraña que periodistas como Eleazar Díaz Rangel y Ernesto
Villegas estén del lado de los inescrupulosos.
Sobre Tibisay Lucena y las otras tres
rectoras del CNE, así como sobre Luisa Estella Morales y sus sumisas
subalternas del TSJ y sobre Luisa Ortega caerá la mayor parte de la
responsabilidad por las violaciones a la Constitución. El Alto Mando militar
que apoya descaradamente a los rojos y que participa de la represión será
recordado como ejemplo de inmoralidad.
Por su parte el ilegítimo “mentira fresca” ya
declaró que “como siempre la oposición fascista sigue provocando”. Nuestra
solidaridad con los agredidos y con Antonio Rivero, detenido arbitrariamente.
Todos estos atropellos indican lo débil que está el régimen. Se consumó un
golpe parlamentario. Los países democráticos se han percatado de la naturaleza
represiva de quienes ejercen el poder. Los cobardes no podrán imponerse¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Eddie Ramírez
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