Por Lissette González, 07/07/2014
Un acceso equitativo al sistema de enseñanza es importante para alcanzar una sociedad más igualitaria: que sea el talento y la disposición personal lo que prediga el éxito, y no cómo eran nuestros padres o dónde vivimos. Por ello resulta de interés el estudio de las tasas de movilidad intergeneracional: ellas nos permiten conocer cómo ha cambiado a lo largo del tiempo la influencia de las características del hogar de origen sobre el logro educativo y laboral de las personas. En el cuadro que acompaña este post mostramos las tasas de movilidad ascendente en educación, comparando los resultados del Proyecto Pobreza en los años 1998 y 2008.
Estas tasas resultan de comparar el nivel educativo de los entrevistados (hombres y mujeres mayores de 18 años) con el máximo nivel educativo alcanzado por sus padres. La movilidad intergeneracional ascendente se registra cuando el entrevistado obtuvo en esta comparación un nivel mayor que ellos. Al comparar este indicador en las dos rondas de encuesta, encontramos que la movilidad educativa ha aumentado en el período 1998-2008, lo cual da cuenta del incremento del logro educativo de la población en su conjunto, que hemos tratado en otro post utilizando la Encuesta de Hogares por Muestro para describir las diferencias en el logro educativo de los jóvenes. En nuestros datos encontramos, al igual que en las fuentes oficiales, que en el último decenio las mujeres han obtenido un mayor incremento de su logro educativo en comparación con los hombres.
Al comparar los resultados de ambos años, resalta positivamente una mayor equidad territorial, puesto que en las ciudades medianas, pequeñas y el área rural es donde se ha registrado una mayor movilidad ascendente (algo que ya habíamos comentado en un postanterior). A pesar del panorama alentador que muestran hasta aquí los resultados, el cuadro también revela que también ha aumentado la movilidad ascendente para quienes estudiaron en una escuela privada, donde se muestra la mayor movilidad ascendente de la tabla (54%); al mismo tiempo, en el período descendió la tasas de movilidad ascendente para quienes estudiaron en escuelas públicas.
La descripción de estos resultados resulta insuficiente sin una prueba estadística que permita conocer si la influencia de estas variables sobre el logro educativo (nivel educativo de los padres, tamaño del centro poblado, sexo y tipo de plantel) ha cambiado en el período estudiado. Para ello se recurrió a una regresión logística, tomando como variable dependiente el acceso a la educación superior y utilizando como variables independientes todas las que acabamos de listar. Este análisis muestra que, efectivamente, la única variable que aumenta su influencia es el haber estudiado en una escuela privada (por el contrario, el nivel educativo de los padres perdió importancia en el período), lo cual nos plantea serias preguntas sobre si realmente hay ahora mayor equidad en el acceso a la enseñanza.
Sobre estos temas discurre mi ponencia en el XVII Congreso de Sociología de la Educación que comienza hoy en Bilbao. Los invito a visitar el programa de las sesiones virtuales aquí.
Lissette González
@LissetteCGA
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