Luis Manuel Esculpí agosto de 2014
Comparto la frase, ya convertida en
lugar común: "nadie es insustituible". Por supuesto que ella también
es aplicable a quien venía ejerciendo la Secretaria Ejecutiva de la Mesa de la
Unidad Democrática. Pienso sinceramente que su sustitución no es tarea fácil,
como han reconocido todos los partidos que integran la alianza. Ramón Guillermo
Aveledo cumplió un rol fundamental en su conformación y desarrollo. Para
"armar juego" en un escenario tan plural y polémico se requiere
talento, dedicación y "autoritas", cualidades que son propias de
Ramón Guillermo, en su gestión resaltan los aciertos, aunque no está exenta por
supuesto de fallas y errores.
La MUD necesita solventar el vacío
dejado por la renuncia de su secretario en el menor tiempo posible. Resulta
sumamente inconveniente prolongar la actual situación. No se puede descartar
una solución provisional mientras se logra el consenso en torno a alguien que
pueda ejercer esa función en forma más permanente.
Mientras se agudiza la crisis general
que vive el país la oposición necesita, con urgencia, colocarse a la altura de
las exigencias, para convertirse realmente en alternativa, para ello la
consolidación, ampliación y relanzamiento de la alianza constituye requisito
indispensable.
Se le atribuye al Expresidente Herrera
una frase que indica algo más o menos como "oposición que no hace
oposición, está condenada a seguir siendo oposición". Lo cierto es que la
principal misión de las fuerzas democráticas hoy es oponerse a las nefastas
políticas que adelanta el gobierno de Maduro, acompañando las luchas y las
protestas que a diario se suceden en toda Venezuela. Una oposición dispersa no
podrá capitalizar el inmenso descontento existente, incluso en sectores
importantes de las bases populares que se vienen decepcionando de la política
oficialista. No hay que ser un acucioso analista de los estudios de opinión
para observar la realidad que también se refleja en las encuestas.
La próxima confrontación con el poder
con fecha establecida son las elecciones del próximo año, sin descartar
cualquier contingencia que se pueda suceder en el trayecto - como la sugerida
por el padre Ugalde- lo cierto es que la unidad es condición sine qua non para
poder avanzar y conquistar los objetivos propuestos. Quienes auspician y
proponen un deslinde parecen obviar la realidad, ninguna organización, líder o
alianza parcial está en capacidad de asumir los desafíos planteados. En las
actuales circunstancias la Constituyente se asemeja más a una consigna que una
propuesta viable y el revocatorio está previsto para el 2016. De tal manera
que, además de las luchas cotidianas, la posibilidad de obtener una victoria en
las parlamentarias está íntimamente asociada a la presentación de fórmulas que
se expresen en una alianza perfecta. Su confección constituye una verdadera
labor de filigrana, que no puede realizarse a última hora, por el contrario
debe abordarse al inicio del año próximo.
Estamos condenados a permanecer y
concurrir unidos, no hacerlo significaría una inmensa irresponsabilidad e
insensatez. Insistimos: la realidad no puede ser sustituida por nuestros
deseos.
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