Luis Ochoa Terán mayo de 2015
El proceso político que vive en la
actualidad España me recuerda mucho al venezolano pero con quince años de
retardo en donde la crisis política y económica de la democracia dio paso al
gobierno autoritario Bolivariano, con la sola diferencia que allá no ha
aparecido un líder carismático que se haya montado en la cresta de ola de los
indignado y la crisis económica que golpea tanto a España como al viejo
continente. Solo ha aparecido un líder bisoño empujado por Chávez que usando la
estrategia bolivariana ha intentado copiar las tácticas políticas de los
bolivarianos latinoamericanos, y que a diferencia de Venezuela los sectores políticos
y los medios españoles lo identificaron con tiempo y picarón adelante,
desenmascarando al clon chavista que la revolución bolivariana financia y
preparó, para poner pie en tierra en la puerta de la Europa.
En España la crisis económica y los
desahucios junto con la crisis política y la corrupción terminaron por hartar y
desencantar a la gente y ésta se voltio en busca de nuevos horizontes políticos
que casualmente emergían cuestionando las cúpulas políticas o las Castas como
suele llamarlas Podemos, identificándose con el cansancio que se sentía hacia
el bipartidismo e identificándose con las aspiraciones de cambios que emergían
con una nueva generación que pujaba por un cambio de actitud política y el
impulso de una nueva esperanza que abriera caminos a nuevos tiempos. Podemos y
Ciudadanos fueron la respuesta de la gente que había perdido la fe en el estado
de bienestar y en el progresismo popular, que contrariamente y como
consecuencia a la crisis económica global, los dirigió a mayores penurias y falsas
expectativas de mejor futuro.
Las elecciones regionales españolas,
como se esperaba, dieron al traste con el bipartidismo y hoy con la elecciones
municipales y regionales ha emergido en España un nuevo escenario político
multipartidista y quien mejor maneje el arte de los acuerdos será el gran
triunfador en este nuevo contexto político, en donde el país nacional ni el
político español tienen experiencia.
No cabe la menor duda, que el
multipartidismo tiene sus ventajas y desventajas ; entre las primeras, es que
es mucho más democrático porque le da oportunidades a muchos más actores
políticos y las acciones requieren de mucho más acuerdos y consensos, por lo
tanto, es más participativa e inclusiva en la toma de decisiones. Por el
contrario, en el multipartidismo los acuerdos en muchas oportunidades
desdibujan las ideologías y predomina el pragmatismo político, por lo que
surgen acuerdos y consensos que muchos considerarán anti natura pero que la
praxis política la convierte en rutina, y no puede ser de otra forma, porque la
dinámica política se los lleva por delante y lo atropella.
Le corresponderá ahora a la sociedad
española que ha escogido el multipartidismo como sistema político, el comenzar
a convivir con la realidad del pragmatismo político que en muchos casos
sorprende, desencanta y decepciona, sobre todo, a aquellos sectores de la vida
nacional ajenos al día a día de la política, que al final convierte a la
política en un verdadero arte del saltimbanqui. El país nacional tendrá que
acostumbrarse, que aunque un partido haya ganado con más voto posiblemente no
gobierne como consecuencia a los acuerdos y eso cuesta interiorizarlo, como
también, el que un partido tenga que renunciar a una oferta política electoral
para poder participar en un gobierno de coalición y así sucesivamente. ¿Los
españoles ,en medios de este marasmo político en el que viven, estarán
preparados para todo esto?. En los próximos días veremos sorprendidos los
acuerdos que surgirán para obtener participación en una coalición gubernamental
regional y local. Lo importante es que el país nacional entienda, comprenda e
interprete acertadamente, el sistema político del multipartidismo que ha
escogido y en donde el pragmatismo político es un jaque mate en el tablero del
ajedrez político. Los venezolanos ya pasamos por esa etapa y ahora regresamos a
la lucha contra el unipartidismo del Socialismo del Siglo XXI, que pretende
imponernos los bolivarianos, militarista y castristas que nos gobiernan. Son
las etapas de la nueva dictadura socialista bolivariana que derrotaremos en
diciembre próximo si llegamos o tenemos elecciones.
Luis Ochoa Terán
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