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miércoles, 27 de mayo de 2015

Previsiones e Imprevisiones, por @lmesculpi

Luis Manuel Esculpí mayo de 2015

Resulta verdaderamente paradójico que un régimen caracterizado por las imprevisiones muchos de sus actos sean previsibles. No resultan sorpresivos. Semejan jugadas de rutina como diría un comentarista deportivo. Sus resultados pueden adivinarse. Hace ya más de un año Nicolás anunció que "le doblaría el brazo al dólar paralelo", fue aún más lejos, conjuntamente con el Ex ministro Dojo Dojito declaró solemnemente que lo pulverizaría.

Cuando afirmó: "voy a instalar aquí en Miraflores en los próximos días un Estado Mayor de guerra económica que personalmente yo voy a dirigir". Los pronósticos no podían ser de ninguna manera aleccionadores. Las consecuencias de la improvisación, la impericia, la piratería y las indecisiones hoy la padecemos todos los venezolanos.

Lo que han pulverizado es nuestra unidad monetaria, el eufemismo de "fuerte" hoy constituye una extrema ridiculez. El paralelo anda por la estratosfera, en la práctica es el referente. Estamos a punto de cruzar el umbral de la hiperinflación. El cuento de la guerra económica carece de credibilidad. La mayoría responsabiliza al gobierno por la escasez y el alto costo de la vida. La inseguridad constituye un verdadero azote. Los servicios públicos cada vez más ineficientes. En las aburridas cadenas y sus cantilenas diarias evaden la realidad, el escapismo constituye un agravante. Se niegan a rectificar pese a tan rotundo fracaso. La necesidad del cambio político es evidente. Este año marcará un hito en tal sentido.

También era previsible que Tibisay no convocaría las parlamentarias, ni fijaría el cronograma electoral mientras no reciba la orden. Estaba cantado que los diputados a la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro y hasta José Vicente se solidarizarían con Diosdado. Allí no hay ninguna novedad. Lo que en verdad no era fácilmente previsible fue la declaración del Tribunal Supremo de Justicia en el mismo sentido, según opinión de prestigiosos juristas constituye "una sentencia anticipada en la demanda de Cabello contra 22 directivos de Tal Cual, La Patilla y El Nacional".

Todos los poderes obedecen y marchan en un mismo sentido. La separación consagrada en la Constitución se ha convertido en ficción. Está en cuestión es todo el funcionamiento de un régimen autoritario, es algo más que el fracaso de un gobierno, el de un modelo que en todos los lugares donde se ha pretendido instaurar ha naufragado.

La corrupción ha alcanzado dimensiones sin precedentes, el robo al erario público no es ajeno a las calamidades actuales. El narcotráfico ha penetrado zonas sumamente sensibles de la sociedad, los libros de Héctor Landaeta con Mildred Camero y el de Carlos Tablante con Marcos Tarre testimonian crudamente esa realidad.

El pasado fin de semana fue de detenido un narcotraficante solicitado por el delito de tráfico internacional de drogas junto a una ex magistrada del Tribunal Supremo de Justicia, nada más y nada menos, integró la Sala Penal y fue candidata a Fiscal General de la República. Se comenta insistentemente sus vínculos de comadrazgo en las altas esferas del poder.

La crisis recorre todos los espacios de la vida en sociedad, no admite abstracciones, por lo que resulta imprescindible recomponer el cuadro político para enrumbar al país y reconstituir su tejido institucional.

La lucha social y política en estos años no ha sido nada fácil, tendremos que seguir superando nuevos obstáculos y dificultades. El cuadro político ofrece inmensas posibilidades -como nunca antes-en vísperas de un proceso electoral, también presenta serios riesgos. Es ostensible la desesperación del gobierno ante las evidencias del rechazo ampliamente mayoritario a su gestión, la pérdida de credibilidad y la conflictividad a lo interno de su partido. La crisis los sigue desbordado y continua agudizándose. Marchan sin brújula, sin dirección.

La acción de las fuerzas alternativas tiene como norte una estrategia constitucional, democrática, pacífica y electoral, ahora bien no se trata tan solo de desplegarse en campaña por las parlamentarias, es necesario actuar en la coyuntura económica y social, acompañar las luchas y las protestas que justificadamente se manifiesta en todo el país.

Síntomas cada vez más preocupantes de anomia y anarquía por la ausencia del estado en extensos territorios comienzan a constatarse, en el actual contexto puede agravarse aún más el cuadro y conducirnos a situaciones tanto impredecibles como indeseables. Los conatos de linchamientos en diversos lugares, las bandas delictivas que hacen de las suyas en el estado Guárico y en el sur de Aragua (entre otros) conforman signos alarmantes.

Luis Manuel Esculpí

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