Stalin González mayo de 2015
El domingo pasado, más de 500.000
venezolanos acudieron a sus centros de votación para decidir quiénes serán
aquellos responsables en llevar su proyecto de país a la próxima Asamblea
Nacional. Ese evento, más allá de su éxito y relevancia para la democracia del
país, abre paso para que podamos emprender esos cambios que tanto necesitamos.
Pensando en este tránsito y en la
necesidad de caminarlos para lograr un legislativo útil, que legisle y que
fiscalice a los gobernantes, creo que es conveniente la tarjeta unitaria en los
próximos comicios. La unificación de esfuerzos, que no implica la uniformidad
de opiniones, aumenta nuestras probabilidades de alcanzar la mayoría en el
parlamento venezolano, y ello más que una creencia es un afirmación que realizo
basado en diversos argumentos.
Si analizamos brevemente la historia
política reciente del país, vemos cómo en aquellos retos que fuimos
coordinados, unidos y enfocados, la oposición logró importantes victorias
cualitativas y cuantitativas, rechazando en una de ellas el cambio
constitucional.
Ir con la MUD es una carta de compromiso
con el país y con el proyecto opositor. La crítica a las organizaciones es
necesaria y sana para la vida de las mismas. Sin embargo, para concretar el
proyecto país que queremos se necesita compromiso con los objetivos que la
alternativa democrática plantea. Ir de forma unitaria nos compromete a respetar
los acuerdos y objetivos planteados para llegar hasta allí y dejar en evidencia
a aquellos que usan discursos ambiguos, particulares e interesados, para
hacerse del poder sin importar a qué modelo de país le sirva.
La militancia en un partido no excluye
el compromiso a la unidad. Los esfuerzos políticos, el trabajo en las
comunidades y el natural interés de fortalecimiento del partido son compatibles
con la tarjeta unitaria. La solicitud es que desde esos espacios y desde esos
liderazgos se aglutine esfuerzos para lograr la mayoría en la Asamblea
Nacional.
Las elecciones aquí planteadas son la
punta de lanza para los cambios del país, y la tarjeta de la unidad es, según
esos criterios, la mejor arma para lograrlo. Estos y otros argumentos dejan
evidencia que más que un capricho, la tarjeta de la unidad es la base de la
estrategia para la victoria parlamentaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico