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sábado, 23 de mayo de 2015

Pesadillas del poder, @laguana


Por Luis Manuel Aguana, 22/05/2015

Cada vez se acercan más. Y eso que yo pensaba que aunque podía haber traidores las cosas no llegarían tan lejos. Yo que siempre había querido ser el “poder detrás del trono” me voy a ver obligado a asumir lo que no quería porque si no voy a terminar en un sótano como “La Tumba” pero en el mismo sitio de Noriega, que todavía a los 80 años y 25 de su derrocamiento anda dando tumbos preso por el mundo. O corro o me encaramo ¡Que vaina!

Pero la historia es terca, se quiere volver a repetir aunque yo no quiera. El Jefe me humilló hasta donde le dio la gana y siempre estuve allí, aguantando. Y no era porque no pudiera ripostar sino que estaba seguro que tarde o temprano me tocaría el turno. Las circunstancias no se dieron para que yo lo reemplazara, pero con el que escogieron van a tener que venirme a pedir arrodillados para que les haga el favor. Y yo lo haría pero bajo mis condiciones. Pero ahora el panorama cambió…

Si no hago nada, la presión y el chantaje sobre ese mamarracho será tal que lo obligarán a entregarme. Por más que intente protegerme será inútil porque van a amenazarlo de tal forma que hasta los mismos socios de la isla le ordenarán hacerlo. No me quedará otra que moverme, cuando a mi no me gusta esa salidera. Hasta ahora las amenazas lo han paralizado pero ese blandengue no aguantará mucho, y se va a proteger entregándome. Pero esa no existe, ¡primero muerto que bañado en sangre!

Y esa es dura. Voy a tener que llevarme por los cachos a un gentío, incluso a quienes una vez me apoyaron. Pero ¿qué se le va a hacer? primero yo que mi papá a las puertas del cielo. Parece que se va a repetir la historia de aquel famoso capagatos (ver Capagatos del Siglo XXI http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/el-capagatos-del-siglo-xxi.html) donde un humillado llegó como consecuencia de la indisposición del Jefe. Pero ahora será diferente. Todo el mundo me aplaudirá por salir del incapaz, incluso los que ahora me odian tendrán que reconocer que yo si tengo madera de Jefe y que ese mazo no es ninguna corneta.

En una nueva disposición de fuerzas les puedo hacer creer a todos que las cosas serán diferentes conmigo en el poder; y como la gente se come el cuento de que no soy comunista, puedo lavarme la cara de las estupideces cometidas todos estos años. Y quien quita, si todo sale bien, que sea una versión mejorada del anterior Jefe que creía que se las sabía todas y lo jodieron por pendejo.

Pero las cosas están color de hormiga. ¿Valdrá la pena meterme en ese vainero aunque sea para salvar el pellejo? Cualquiera que llegue allí, como sea que llegue, tendrá que enfrentar toda clase de dificultades y yo ya estoy cómodo con los reales que me he ganado, que aunque fáciles, han sido duros de mantener. ¿Qué me va a estar interesando a mí venir a ser el blanco del desastre heredado, y no precisamente de la “cuarta”? Pero hay que pensarlo. Es demasiado sabroso mandar y a esta edad es más exquisito que el sexo, aunque haya tenido pagar por eso y las mujeres me hayan robado los reales en las propias narices. Hasta razón tenía mi ayudante de haberse arrechado conmigo y “sapearme” afuera como lo hizo cuando le eché la culpa y luego me la mostró en aquel video de seguridad.

Quien se iba a imaginar que todo iba a comenzar por unas faldas y ahora estoy en la disyuntiva de huir hacia adelante o que me quiebren. ¡Qué vainas tiene la vida!

Eso comenzó todo el derrumbe con esa acusación. Estos tipos afuera no se van a parar hasta verme el hueso. Y aquí tendré que morir con las botas puestas. Por lo menos el mamarracho me apoyó ¡por ahora! Pero tengo que asegurarme. Lo último que supe es que quieren mi cabeza a cambio de no estrangular al país, ¡cómo si ya el país no estuviera estrangulado! Si yo me hago cargo igual estará estrangulado sin la ayuda de ellos, pero les será cuesta arriba. Tendrán que venir a buscarme como hicieron una vez con el de Panamá.

Ahora basta saber si los compañeros en el negocio me quieren seguir con eso. Bueno, si hasta ahora me acompañaron y ganaron plata, ¿por qué no iban a hacerlo por una empresa más productiva? Tendríamos el negocio completo, no solo a Estados Unidos y Europa, ¡sino todos los negocios y a todas partes! Pero esa gente esta maleada por tanto real que han ganado. Que se van a estar arriesgando con eso. De repente me ayudan los inconformes pero tendría que negociar con ellos y esa masa no está pa’bollos, porque son los primeros que me quieren colgar. Y no hay como mucho tiempo. ¿Qué hacer?

Y pensar que la gente dice que la tengo fácil, ¡que va! Si me quedo tranquilo me entregan, y si me muevo se pueden desatar los demonios. ¿Cara o sello? Hubiera sido más fácil seguir manejando el poder detrás de la cortina, y haciendo mis negocios “as usual”. ¡Pero no! Tenían que venir con esas acusaciones para arruinarme la comodidad. No en balde dicen que no hay negocio fácil…

Pero pensando en voz alta, como los locos, ¿y si me juego a Rosalinda? Al final el personaje se quedo con los corotos y “más pierde el venao que quien lo tira”, dice el refrán popular. Ya basta de seguir en esta división absurda del poder. ¡El poder no se comparte! Y eso es lo que hay ahora, dos cotos de caza, uno para el ungido por el Jefe y otro que me lo he ganado yo aguantando vainas y humillaciones. ¿Vamos a seguir en esa pendejada de compartir un espacio que es mío por derecho? ¡Que le echen bolas y me vengan a buscar si pueden!

Y con ese último pensamiento me desperté de la pesadilla con un dolor de cabeza horrible que no se me quita ni con los calmantes de té de hierba de mi pueblo, porque no se consigue el acetaminofen…

Nota del autor: Cualquier parecido con la realidad de personas e instituciones, vivas o muertas, reales o ficticias en la República Bolivariana de Venezuela es pura coincidencia y producto de una ferviente imaginación, aun cuando esa pesadilla pueda ser superada por la realidad de alguien que se dice inocente…

Twitter:@laguana

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