Por Luis Manuel
Aguana, 22/05/2015
Cada vez se acercan
más. Y eso que yo pensaba que aunque podía haber traidores las cosas no
llegarían tan lejos. Yo que siempre había querido ser el “poder detrás del
trono” me voy a ver obligado a asumir lo que no quería porque si no voy a
terminar en un sótano como “La Tumba” pero en el mismo sitio de Noriega, que
todavía a los 80 años y 25 de su derrocamiento anda dando tumbos preso por el
mundo. O corro o me encaramo ¡Que vaina!
Pero la historia es
terca, se quiere volver a repetir aunque yo no quiera. El Jefe me humilló hasta
donde le dio la gana y siempre estuve allí, aguantando. Y no era porque no
pudiera ripostar sino que estaba seguro que tarde o temprano me tocaría el turno.
Las circunstancias no se dieron para que yo lo reemplazara, pero con el que
escogieron van a tener que venirme a pedir arrodillados para que les haga el
favor. Y yo lo haría pero bajo mis condiciones. Pero ahora el panorama cambió…
Si no hago nada, la
presión y el chantaje sobre ese mamarracho será tal que lo obligarán a
entregarme. Por más que intente protegerme será inútil porque van a amenazarlo
de tal forma que hasta los mismos socios de la isla le ordenarán hacerlo. No me
quedará otra que moverme, cuando a mi no me gusta esa salidera. Hasta ahora las
amenazas lo han paralizado pero ese blandengue no aguantará mucho, y se va a
proteger entregándome. Pero esa no existe, ¡primero muerto que bañado en
sangre!
Y esa es dura. Voy
a tener que llevarme por los cachos a un gentío, incluso a quienes una vez me
apoyaron. Pero ¿qué se le va a hacer? primero yo que mi papá a las puertas del
cielo. Parece que se va a repetir la historia de aquel famoso capagatos (ver
Capagatos del Siglo XXI http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/el-capagatos-del-siglo-xxi.html)
donde un humillado llegó como consecuencia de la indisposición del Jefe. Pero
ahora será diferente. Todo el mundo me aplaudirá por salir del incapaz, incluso
los que ahora me odian tendrán que reconocer que yo si tengo madera de Jefe y
que ese mazo no es ninguna corneta.
En una nueva
disposición de fuerzas les puedo hacer creer a todos que las cosas serán
diferentes conmigo en el poder; y como la gente se come el cuento de que no soy
comunista, puedo lavarme la cara de las estupideces cometidas todos estos años.
Y quien quita, si todo sale bien, que sea una versión mejorada del anterior
Jefe que creía que se las sabía todas y lo jodieron por pendejo.
Pero las cosas
están color de hormiga. ¿Valdrá la pena meterme en ese vainero aunque sea para
salvar el pellejo? Cualquiera que llegue allí, como sea que llegue, tendrá que
enfrentar toda clase de dificultades y yo ya estoy cómodo con los reales que me
he ganado, que aunque fáciles, han sido duros de mantener. ¿Qué me va a estar
interesando a mí venir a ser el blanco del desastre heredado, y no precisamente
de la “cuarta”? Pero hay que pensarlo. Es demasiado sabroso mandar y a esta
edad es más exquisito que el sexo, aunque haya tenido pagar por eso y las
mujeres me hayan robado los reales en las propias narices. Hasta razón tenía mi
ayudante de haberse arrechado conmigo y “sapearme” afuera como lo hizo cuando
le eché la culpa y luego me la mostró en aquel video de seguridad.
Quien se iba a
imaginar que todo iba a comenzar por unas faldas y ahora estoy en la disyuntiva
de huir hacia adelante o que me quiebren. ¡Qué vainas tiene la vida!
Eso comenzó todo el
derrumbe con esa acusación. Estos tipos afuera no se van a parar hasta verme el
hueso. Y aquí tendré que morir con las botas puestas. Por lo menos el mamarracho
me apoyó ¡por ahora! Pero tengo que asegurarme. Lo último que supe es que
quieren mi cabeza a cambio de no estrangular al país, ¡cómo si ya el país no
estuviera estrangulado! Si yo me hago cargo igual estará estrangulado sin la
ayuda de ellos, pero les será cuesta arriba. Tendrán que venir a buscarme como
hicieron una vez con el de Panamá.
Ahora basta saber
si los compañeros en el negocio me quieren seguir con eso. Bueno, si hasta
ahora me acompañaron y ganaron plata, ¿por qué no iban a hacerlo por una
empresa más productiva? Tendríamos el negocio completo, no solo a Estados
Unidos y Europa, ¡sino todos los negocios y a todas partes! Pero esa gente esta
maleada por tanto real que han ganado. Que se van a estar arriesgando con eso.
De repente me ayudan los inconformes pero tendría que negociar con ellos y esa
masa no está pa’bollos, porque son los primeros que me quieren colgar. Y no hay
como mucho tiempo. ¿Qué hacer?
Y pensar que la
gente dice que la tengo fácil, ¡que va! Si me quedo tranquilo me entregan, y si
me muevo se pueden desatar los demonios. ¿Cara o sello? Hubiera sido más fácil
seguir manejando el poder detrás de la cortina, y haciendo mis negocios “as
usual”. ¡Pero no! Tenían que venir con esas acusaciones para arruinarme la
comodidad. No en balde dicen que no hay negocio fácil…
Pero pensando en
voz alta, como los locos, ¿y si me juego a Rosalinda? Al final el personaje se
quedo con los corotos y “más pierde el venao que quien lo tira”, dice el refrán
popular. Ya basta de seguir en esta división absurda del poder. ¡El poder no se
comparte! Y eso es lo que hay ahora, dos cotos de caza, uno para el ungido por
el Jefe y otro que me lo he ganado yo aguantando vainas y humillaciones. ¿Vamos
a seguir en esa pendejada de compartir un espacio que es mío por derecho? ¡Que
le echen bolas y me vengan a buscar si pueden!
Y con ese último
pensamiento me desperté de la pesadilla con un dolor de cabeza horrible que no
se me quita ni con los calmantes de té de hierba de mi pueblo, porque no se
consigue el acetaminofen…
Nota del autor: Cualquier parecido con la realidad
de personas e instituciones, vivas o muertas, reales o ficticias en la
República Bolivariana de Venezuela es pura coincidencia y producto de una
ferviente imaginación, aun cuando esa pesadilla pueda ser superada por la
realidad de alguien que se dice inocente…
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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