Contribución de las cooperativas
a la salida de la crisis por Oscar Bastidas
Las
cooperativas son pioneras en la realización de esfuerzos comunes desde hace
casi dos siglos y hoy constituyen el mayor movimiento socioeconómico del mundo
gracias a la inter-cooperación y la integración, procesos continuos, dinámicos,
mediante los cuales y por propia naturaleza y hasta razones de sobrevivencia. No
es casual que el primer sábado de julio es el "Día Internacional de las
Cooperativas" haya sido proclamado
por la ONU en 1992 para celebrarlo a partir de julio de 1995 en conmemoración
al centenario de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) fundada en Londres
en 1895.
Sobre ambos procesos
el movimiento ha diseñado su arquitectura organizacional y son numerosas la
experiencia que ilustran sus impactos; gracias a él puede hablarse de circuitos
económicos cooperativos en contraposición a circuitos capitalistas y de una
opción globalizadora cooperativa y de la Economìa Social que haga contrapeso a
la Globalización Neoliberal.
Sus magnitudes son
importantes, se estiman 1.000 millones de asociados en el planeta. El proyecto
300 Globales de la ACI revela que en el 2008 estas tuvieron un volumen de
operaciones de 1,1 billones de US$, equivalente al 10% del PIB de USA; la
mayoría de ellas se encontraban en las economías desarrolladas de Alemania,
USA, Francia, el Japón y los Países Bajos y su distribución por sectores es:
30% en agricultura y alimentación; 23% en comercio minorista; 22% en seguros; y
19% en el bancario.. Para el 2013 la facturación de las 300 superó
los 1,6 billones de dólares, monto superior al PIB de Italia o Canadá.
Ni hablar de los
impactos del empleo cooperativo, según el informe “Cooperativas y Empleo: Un Informe Mundial” de la Organización
Internacional de las Cooperativas de Producción Industrial, Artesanal y de
Servicios (Cicopa, 2014), se estima que involucra al menos 250 millones
según datos de 74 países que cubren el 79% de la población mundial: 10,8
millones trabajan con trabajadores – asociados y 15,6 millones como empleados
para un total de 26.4 millones de personas laborando en cooperativas, a los que
suman 223.6 millones de productores que
organizan su trabajo en este ámbito.
De ese total la
mayoría se encuentra en los países del G20 con casi el 12% de la población
ocupada; en USA emplean más de 2 millones, un millón las de Francia y 1,1 en Italia;
las cooperativas del Brasil proveen 274.000 empleos; Argentina 290.000;
Colombia 700.000; Kenia 250.000 personas; Indonesia unas 300.000; y parece de
contar. Lo dicho no significa que las cooperativas sean soluciones fáciles de
establecer pues sin dudas presentan obstáculos, uno es cómo atraer trabajadores
jóvenes cuando el desempleo afecta a más de 73 millones de jóvenes entre los 15
y los 24 años.
Una visión de
conjunto indica que el cooperativismo es rico en experiencias que abarcan desde
muy sencillas de trabajo asociado como las de peluquería, talleres mecánicos,
artesanía, herrería, carpintería, profesionales del periodismo, de cine, de
contabilidad, sociólogos, escuelas, pasando por otras intermedias como clínicas,
escuelas y universidades, de producción y distribución agrícola, hasta otras
grandes con increíbles volúmenes de asociados y operaciones como los complejos
financieros al estilo del Credit Agricole en Francia y el Movimiento Desjardins
en Canadá, y los industriales como la Cooperativa Lechera Arla al norte de
Europa y la Corporación Cooperativa Mondragón (MCC) en el Paìs Vasco.
Desde que surgieron
enfrentando las secuelas de un capitalismo reforzado con la Revolución Industrial
hasta el presente, en la crisis económica del 2008 por ejemplo, han sido útiles
beneficiando a sus asociados y comunidades de conformidad con sus espacios y
escalas, investigaciones de la OIT demuestran que son relativamente más
resistentes a las turbulencias de los mercados que otro tipo de empresas gracias
a procesos de innovación con nuevos
productos e iniciativas contra la exclusión social y los desafíos de la globalización con el
compromiso de mantener el empleo local por ejemplo, como la producción
multiemplazamiento de Mondragón o el caso de las Ferias de Lara en Venezuela.
El informe del
Parlamento Europeo de julio 2013: Contribución
de las cooperativas a la salida de la
crisis, subraya la capacidad de resiliencia de las cooperativas tanto en
índices de empleo como de cierre de actividades y afirma que, a pesar de la
crisis, “se han creado cooperativas en
sectores nuevos e innovadores y existen pruebas convincentes de su solidez,
especialmente en lo que respecta a las cooperativas bancarias y a las
cooperativas industriales y de servicios...”.
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