Edgar Rivero 01 de julio
de 2015
Son tantos los problemas por los cuales
atraviesa Venezuela, que no podemos decir que uno sea más grave que otro, pues
el país, actualmente, lejos de ser el paraíso de hace más de una década, es un
verdadero caos económico, social y político. En otras palabras, vivimos en una
anarquía socialista que nos lleva directo al precipicio.
Por eso, he titulado este artículo: “El
conflicto es lo de menos”, porque ante tanta conflictividad interna, por lo
menos hemos avanzado y para muestra un botón: ya tenemos la fecha de las
elecciones parlamentarias. Esto sin duda, lo debemos en parte a la gran presión
que han ejercido otras naciones, al comprobar que realmente en Venezuela se
violan los derechos humanos. Igualmente, la presión que cada uno de los
partidos democráticos ha ejercido cada uno desde su trinchera y también unidos
en una sola voz.
Pero precisamente por esas experiencias
pasadas y por esta situación presente, se debe planificar la manera cómo
enfrentar este nuevo proceso electoral; estableciendo condiciones para la
aplicación de estrategias de forma relativamente equitativa entre los involucrados.
Aquí ya no tienen cabida aquellos que se creen sobrados, pero tampoco los que
se confíen y esperen enchinchorrados a que otros trabajen por ellos. Aquí todos
somos indispensables, necesarios y urge que trabajemos unidos, por “la salida”
ejerciendo nuestro derecho a aplicar el voto castigo, a un régimen que no
responde a los intereses del país, sino a los propios.
A la par, evidentemente, el conflicto es
y será el pan nuestro de todos los días, puesto que constituye un elemento
permanente, en sociedades pluralistas, que no debe preocuparnos de manera
extrema, pero tampoco puede conducirnos a la resignación. Todo lo contrario, el
conflicto debe ser el punto de partida, para darle cabida al establecimiento
real de acuerdos. Claro no es una tarea fácil, más aún cuando la competencia
por el poder es la acción que predomina. He aquí, el gran detalle, saber
ponderar el momento que vivimos sin arrebatos ni locuras.
En este sentido, es clave ver el lado
positivo del conflicto, percibir que es el espacio propicio para aperturar sin
traumas y prejuicios, la búsqueda de “puntos de encuentro” cómo un método
alternativo para poder encauzar nuestras discrepancias, ayudando de forma
verdadera a resolver lo tenga que resolverse. Por lo tanto, es crucial llevar a
la práctica el procesamiento de una solución determinada por medio de un nuevo
tipo de consenso basado en la persuasión, la moderación, el respeto, la
tolerancia y la prudencia. Demostremos que hemos aprendido la lección, que
estamos arrepentidos de los errores del pasado y queremos cambiar para bien y
por el futuro del país.
Sin dudas, se requiere con urgencia
construir una cultura democrática, en la cual los conflictos puedan ser
resueltos, a través de la equidad en los procedimientos y para que cada actor
político tenga la posibilidad de expresar sus diferencias; sin que por ello sea
excluido o estigmatizado. Bienvenidos todos a la Mesa de la Unidad Democrática.
El momento invoca mayor entendimiento, mucha tolerancia y excesivo respeto
entre los implicados, para fortalecer el concepto de la UNIDAD y de ese modo
lograr una victoria sin precedentes el próximo 6D.
El país nos necesita. Debemos manejar el
conflicto desde otra óptica, menos emocional, sectaria, excluyente y poco
tolerante. Hoy día priva, la perspectiva del interés democrático, fundamentado
en la dialéctica y eso se traduce en una mediación. No se trata de eliminar el
conflicto, sino dar un paso hacia adelante accediendo a otros mecanismos de
empatía y captación política. Es oportuno precisar que si bien resulta difícil
propiciar dicha mediación, al mismo tiempo es indispensable para la creación de
una sociedad civil ajustada a los nuevos tiempos de la convivencia, la
cohabitación y el encuentro ciudadano.
Finalmente, en la medida en que la
mediación prevalezca, la política de la libertad que muchos anhelamos podría
convertirse en la política de la cohabitación en el conflicto; que no es otra
cosa que el entendimiento. Hagámoslo por Venezuela. Si se puede! Vamos por buen
camino.
@EdgarRivero_14
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