Miguel Méndez Rodulfo 17 de julio de 2015
Cuando Tsipras propuso el referéndum,
pateando arteramente la mesa de negociación de Bruselas, estaba articulando una
maniobra política destinada a blindarse en el poder. Más que una estrategia
para negociar con fortaleza, era un ardid para hacer ver que había usado todas
las armas a su alcance para intentar influir sobre sus socios europeos, de
manera que era la tozudez de la Troika y no sus buenas intenciones y su
capacidad de negociador, lo que había conducido fracaso. El primer ministro
heleno, hizo gala de la misma estrategia cínica que ha utilizado el chavismo en
Venezuela: hacer exactamente lo contrario de lo que se prometió hacer. Esto
parte de la fe ciega de sus partidarios, y de la confianza de unos ciudadanos
desencantados por años de malas políticas económicas. La creencia en un líder
providencial, le da a éste la facultad cínica de jugar con la buena fe de la
gente. Es tal la maniobra de 180º que la gente impactada, estupefacta y presa de
su dogma, no acierta a tomar conciencia del engaño y manipulación del cual ha
sido objeto. Pero esto también tiene su consecuencia en el hecho de que la
gente al votar contra el paquete de medidas exigido desde Bruselas, se auto
engañaba, eludía la responsabilidad de afrontar el duro proceso del reajuste.
Claro aquí Tsipras, manipulaba a la gente. Era casi como preguntarle a un niño
al que hay operar, si quiere o no ser intervenido quirúrgicamente. De manera
que Syriza como el chavismo usa la manipulación, miente descaradamente y actúan
como unos caraduras.
El acuerdo que terminó aceptando
Tsipras, más severo del que se planteaba antes del referendo, implica para
Grecia aumentar los impuestos, incluso a la comida procesada, así como afectar
a las islas grandes; recortar pensiones, alargar la edad de jubilación;
recortar el gasto militar; independizar su agencia nacional de estadísticas;
modernizar su catastro; constituir un fondo de privatización; hacer más
flexibles las leyes laborales para contratar y despedir personal; privatizar su
red eléctrica; recapitalizar sus bancos, etc. A cambio recibirá de Europa y el
FMI, 86.000 millones de euros durante tres años; y en lo inmediato, un crédito
puente, de 7.000 MM, para abrir los bancos, cancelar sueldos y otras acreencias
públicas, así como pagar deuda. La imposición de estas medidas ha supuesto que
varios economistas de renombre y muchos opinadores hayan sentenciado que con un
paquete como ese no se podrá crecer. Los casos recientes de España, Irlanda y
Portugal, para no mencionar a la propia Alemania en el 2003 (el enfermo de
Europa), ni a Estonia, Eslovaquia, Croacia, etc., niegan rotundamente esa
afirmación. Lo cierto es que poner pañitos calientes equivale a no hacer nada y
prolongar el sufrimiento, que es lo que efectivamente hizo Grecia en los
últimos 5 años. No se tomaron el purgante y se hundieron progresivamente.
Lo que se está diciendo ahora es que con
la pesada deuda que arrastra, Gecia no podrá pagar. Este es el punto que se
discute; sin embargo, cuando Detroit entró en bancarrota por una deuda de US$
18.000 MM, incluso tuvo que poner a la venta la colección de obras de artes de
sus museos, algo que luego se evitó porque filántropos de la ciudad pusieron el
dinero para evitar que Detroit perdiera su patrimonio. Con Puerto Rico, al cual
el gobierno federal le negó un salvataje de su deuda de US$ 72.000 MM, se le
busca la vuelta para que puedan ingresar a una bancarrota legal, de manera que
refinancie su deuda, pero tiene que pagar. El FMI ha sido reiterativo en una
quita de la deuda para Grecia, algo que Europa niega, especialmente Merkel y su
ministro de finanzas. Es posible que ello ocurra más adelante cuando Grecia
haya saneado sus finanzas y ordenado su gobierno, con lo cual el mensaje a
Podemos y otros grupos populistas y nacionalistas de Europa, queda muy claro.
Caracas, 16/07/2015
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