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lunes, 6 de julio de 2015

Rafael Tomas Caldera: SI EL PODER MILITAR NO SE SUBORDINA AL CIVIL, NO EXISTE DEMOCRACIA, por @MackyArenas

Macky Arenas 03 de julio de 2015

ENTREVISTA A RAFAEL TOMAS CALDERA ABOGADO, FILOSOFO Y PROFESOR UNIVERSITARIO

Nuestra tradición siempre fue autoritaria y por ello continuamente la gente acude al expediente del Golpe. La cultura tiene que permear a la población. El problema no es hacer “colas” sino el régimen y su inaceptable manera de gobernar. Venezuela ha pasado a ser emblema de criminalidad, señala el académico, hijo del expresidente Rafael Caldera

Lo precede una cantidad respetable de obras publicadas. Ha estudiado en prestigiosas universidades del exterior y ejercido cargos con denominación tan sofisticada como “Profesor Titular del Departamento de Filosofía de la Universidad Simón Bolívar en Filosofía Medieval y Antropología Filosófica”.  También estuvo al frente del Centro de Humanidades del Instituto Internacional de Estudios Avanzados (IDEA) y del Departamento de Filosofía de la Universidad Simón Bolívar. Pertenece a la  Sociedad Venezolana de Filosofía, a la Academia Pontificia de Santo Tomás de Aquino y ocupa un Sillón en la Academia Venezolana de la Lengua. No obstante, es difícil encontrar alguien más discreto y poco dado al exhibicionismo.  Caso extraño en un país donde abundan los figurones aficionados al criollísimo pezcueceo. Reservado y comedido no puede, curiosamente, ser más transparente. Es grato y gentil, aunque inesperadamente tímido a pesar de pertenecer a una familia habituada a vivir intensamente expuesta a los reflectores. Hijo de uno de los líderes más emblemáticos del siglo XX venezolano, dos veces Presidente de la República, no es que le encante la política aunque tampoco hay que rogarle opinar. Pero lo hace con tanta prudencia y mesura que le recordamos que está permitido hablar en voz alta. Sin embargo,  sus respuestas demuestran que la estridencia no es requisito para disparar cargas de profundidad. Divide el tiempo entre su actividad profesional y el nada sencillo trabajo de ordenar el copioso legado intelectual de su padre. Su centro de operaciones es la biblioteca de la casa paterna, en cada rincón de la cual uno piensa que Caldera aparecerá de un momento a otro. Un espacio otrora repleto de presencias y conversaciones, ahora lleno hasta el tope por la silenciosa pero febril tarea de ordenar, clasificar, escanear y seleccionar textos para la Biblioteca Rafael Caldera, que hasta la fecha ha dado a luz  cuatro publicaciones. Esto fue lo que nos dijo para los lectores de ABC de la Semana.-

_  Uno de los propósitos de la biblioteca es rescatar la verdad histórica. ¿Por qué el empeño en alterarla?

_  No solo se aplican en cambiarla sino también en modificar la memoria. Hay autores que trabajan este tema y han llegado a la conclusión de que el totalitarismo emplea una neo-lengua. A todo le trastocan el significado. Por ejemplo, para Chávez era tan importante que cambió la Constitución, la bandera, el escudo, la hora, la moneda, el nombre de la República…

_  ¿Qué importancia tiene eso si a fin de cuentas acaparan todo el poder?

_ Pretendieron que la Historia de Venezuela saltara de Bolívar a Chávez.  De esa manera, lo que queda en medio no tiene valor alguno ni la menor importancia. Pero resulta que lo que da la medida de las posibilidades del hombre y de la comprensión de la realidad humana es su experiencia histórica. En el caso de Venezuela, tenemos una tradición autocrática que data desde el inicio de la república independiente, salvo el período de la república civil, cuarenta años en que unos hombres se empeñaron en construir un régimen democrático y un Estado de Derecho –con imperfecciones, por supuesto- y lo lograron. 

_  Teníamos cultura democrática o más bien un  espíritu de rebeldía libertaria?

_  Papá siempre recordaba, con Augusto Mijares, que en Venezuela había dos tradiciones. Aparte de la autoritaria, había un fermento de libertad civil. No podemos menos que aceptarlo  ante personajes como Rafael Arévalo González…

_ ¡Eso fue una epopeya personal increíble!…

_  Efectivamente. Pero asentar la libertad solo se hace posible a través de las instituciones. Eso ocurre en los años que Chávez, tan desacertadamente, llamó “el puntofijiismo”. Durante el discurso del 4F, papá mencionó cuatro factores que reivindican el período. En primer lugar, el acuerdo entre los políticos, el consenso básico para hacer la democracia por encima de las diferencias. Ello incluye un elemento esencial: la representación de las minorías. ¿Si no hay respeto para ellas, cómo puede haber democracia? La segunda mención fue la creación de una conciencia social en el empresariado, que aceptó la promoción no solo del negocio, que es la empresa, sino también del trabajador; mencionó además el respaldo del pueblo a la idea de la democracia –a mi modo de ver fundamental y que dejaron siempre muy clara los fundadores- como sistema político en función del desarrollo. De allí que, aparte del Pacto de Puntofijo, se acordara un programa mínimo de gobierno. Cada vez que leemos ese texto resulta clarísimo que el objetivo es el desarrollo del país. Y el cuarto factor fue la profesionalización de los militares que están para custodiar las instituciones y no para ejercer el poder.

_  Pareciera que el largo tramo autoritario se prolongara en esa tendencia permanente a militarizar esta sociedad…

 _  Si el poder militar no se subordina a la autoridad civil no existe democracia. No es nada fácil pues quienes tienen la fuerza en un país son los militares. La experiencia histórica es que esos cuatro elementos mencionados fueron esenciales para que se instaurara una república civil en Venezuela. Llega Chávez, que representa el regreso al totalitarismo y necesita reconstruir la historia. Presentando las cosas de una forma diferente, las nuevas generaciones se quedan sin referencias, sin saber lo que verdaderamente se hizo en el país.

_  Pasando el borrador de esa forma, no quedan más bien colgados de la brocha?

_  También las generaciones siguientes. Son las que sufren pues solo tendrán una cara de la moneda. Carecen de los testimonios de quienes hicieron la democracia y eso es justamente lo que nosotros queremos divulgar. En el caso concreto de la Biblioteca Rafael Caldera, la idea es mostrar la vigencia de un pensamiento y el ejemplo de las ejecutorias de un personaje que cubre todo el siglo XX venezolano. En el año 1936 Caldera estaba creando la Unión Nacional Estudiantil (UNE) y redactando la primera Ley del Trabajo en el país. Permanece hasta 1999 en la vida pública.

LEYENDAS URBANAS

_  ¿Cuál es el orden que darán a todo ese gran cúmulo de material?
_  No es sencillo. Aparte de los cuatro títulos ya publicados, el siguiente es Andrés Bello. Lo retomamos porque se cumplen 80 años de la primera vez que la Academia de la Lengua otorgó el Premio Andrés Bello, así que la propia Academia será el escenario donde presentaremos el volumen a fin de año. Además, cuenta el valor formativo que tiene el hecho de que un muchacho de apenas 20 años gane ese premio, aparte del contenido mismo del pensamiento de Bello.  Adicionalmente está en preparación un libro colectivo, de autores varios, para evaluar aspectos de la personalidad y de la trayectoria de Caldera, sin sentido hagiográfico, sino para sopesar todo eso, desde diferentes visiones. 

_  No estamos analizando a Caldera desde el siglo 38, sino que hasta antier estuvo aquí y en plena era de la información. ¿Por qué, siendo un personaje tan conocido y reseñado, hay tantas leyendas urbanas en torno a él? 
_  Leyendas urbanas hay siempre y sobre cualquier personaje de significación. Por otro lado, cuando papá falleció, Ramón Velásquez me dijo: “Caldera introdujo en la política venezolana las ideas del socialcristianismo. Eso no existía”. Ello significa que a él le tocó ir contra corriente todo el tiempo. De tal manera que pudo decir de sí mismo: “Soy un luchador”. Tal vez todo lo que alimenta las malas interpretaciones tiene que ver con eso. Fue un personaje controvertido.

_  Hablando de controversia, por los años 80 Caldera cuestionó en varias ocasiones la ideología neoliberal. ¿Por qué?
 _  Eso tiene un nombre: el Consenso de Washington. Igual que Reagan, Thatcher, el FMI –que ahora está modificando un tanto su posición- , todo eso influyó mucho en las élites empresariales venezolanas.  Esa tendencia neoliberal hizo que la lucha por la reforma a la Ley del Trabajo fuera una lucha a brazo partido. No se entendía que se hablara de ello. La democracia tiene que tener un contenido social porque si olvidas la promoción del pueblo, la política carece de sentido. El Papa Francisco nos está recordando eso todos los días.

 _  El venezolano, como decíamos antes, conserva el germen de la libertad. ¿Pero fue la democracia capaz de sembrar al demócrata en nuestros espíritus o solo tuvimos algunos líderes democráticos?
_ Nuestra tradición siempre fue autoritaria y por ello continuamente la gente acude al expediente del golpe. Fue posible mantener la democracia por décadas porque hubo estadistas, gente que tiene visión y rectitud, dos características no comunes. Entendemos por rectitud la búsqueda del bien común. No hay muchos estadistas. Betancourt y Caldera sin duda lo fueron y como los tuvimos, la democracia se sostuvo. Pero políticos de esas características no abundan ni se hacen de la noche a la mañana.  

LA CLASE MEDIA

_  ¿Hay cultura democrática en este país para resistir los embates del totalitarismo?
_  Don Germán Carrera Damas ha manejado mucho esa tesis con sólidos argumentos. Sí la hay, pero no estoy tan seguro de que sea un proceso inevitable su vigencia y solidez. Creo que hay el germen. Uno se ilusiona cuando ve que hay gente joven tratando de recoger el legado. Ojalá fueran más. Si bien es cierto que no hace falta demasiada gente para iniciar el proceso de rescate, la cultura tiene que permear a la población en su conjunto. La democracia estaba construyendo una clase media robusta y hemos retrocedido. No puede haber democracia sin clase media. Konrad Adenauer dijo que sin vivienda una persona no puede cumplir los 10 Mandamientos. Un líder totalitario sueña con una masa depauperada. Eso equivale a instituciones al servicio de su voluntad y a la posibilidad de gobernar por decreto. Para superar eso no hace falta tanta gente sino un fermento. Si no surge será difícil lograrlo.

_  Y reconstruir las instituciones…
 _  ¿Cómo es posible que el TSJ esté a la orden del Poder Ejecutivo? La Asamblea Nacional, igual! Así no hay manera de tener una vida democrática. Venezuela, que fue ejemplo de democracia en el Continente, ha pasado a ser emblema de criminalidad.

_  Eso desmoraliza y ello conduce a la desmovilización…
_  Lo primero que hizo Chávez fue sembrar la división. Sus primeras palabras como presidente electo en la Avenida México fueron: “Yo no soy el Presidente de los corruptos”. Allí comenzó la escisión de la sociedad. Luego, subvirtió las jerarquías: no tienes que ser competente para llegar a un cargo, sino aliado. Por eso la gente joven se va buscando otros horizontes. Recuperar la esperanza y rehabilitar la política es lo que se impone.

_  ¿Cuál es el papel del intelectual en tiempos sombríos?
 _  En Venezuela nunca hubo muchos intelectuales de verdadera densidad pues los años de perpetua dictadura no favorecían el surgimiento de tantos y tan sólidos intelectuales como en otros países. El mismo Ramón Velásquez lo ha dicho: “Mire, si usted era alguien, o estaba con el gobierno, o estaba en la cárcel o se iba al exilio”. Pero están dejando testimonio.

_  ¿Ve espacio para el diálogo en Venezuela?
 _ Sin consenso no hay solución. Toda solución pasa por reunificarnos. Me refiero a lo básico, reconocernos y respetarnos. El diálogo supone unas ciertas condiciones de elemental respeto. Imposible pensar en otra realidad sin cortar la intromisión cubana en este país. 

_  ¿Qué cree que haría su padre si hoy estuviera presente y en condiciones de hacer propuestas y tomar decisiones?
_  Combatiría como intolerable la injerencia cubana en Venezuela. Fidel Castro nunca pudo, por más que lo quiso y lo intentó, ponerle la mano a este país. Ni Betancourt ni Caldera lo habrían permitido. Estaría condenando el descuido con Guyana. Pareciera que a nadie le importa nuestra integridad territorial.  Estaría fustigando la militarización del país como vergonzosa. Caldera siempre tuvo mucho respeto por la institución militar, pero en su lugar. El problema no es que estemos haciendo colas, sino el régimen y su inaceptable manera de gobernar. Ese es el punto. Y no hay un planteamiento político para eso.  Falta quien lo haga.


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