Por Gustavo Azocar,
05/07/2015
Hace muchísimos
años atrás, Radio Caracas Televisión, el canal de todos los venezolanos,
clausurado por órdenes del comandante intergaláctico en el año 2007, transmitió
un programa titulado “Se acabó el petróleo, y ¿ahora qué hacemos?”. Se trataba de
una historia futurista que recreaba lo que pasaría en este país, si un día no
muy remoto se secaran los pozos desde donde emana el oro negro.
Si RCTV no hubiese
sido ilegalmente cerrada, es muy probable que sus extraordinarios libretistas y
guionistas, la mayoría de los cuales se encuentra hoy día fuera del país,
triunfando en EEUU y en México, estuvieran afanados produciendo una serie que
se llamaría: Se acabó la cerveza, y ¿ahora qué hacemos?
La historia podría
ser ambientada en cualquiera de las diferentes plantas de empresas Polar. Y
créanme: sería todo un récord de sintonía. Sobre todo porque Venezuela, es el
único país latinoamericano que se encuentra en el top ten de las naciones más
consumidoras de cerveza del mundo. En esta nación, de acuerdo con el estudio de
la Consultora Bonial, publicado en 2014, se consumen 85.5 litros de cerveza por
persona al año. Eso es: 7 litros al mes, o lo que es lo mismo 1,75 litros por
semana, aproximadamente.
Las estadísticas
señalan que en nuestro país, la birra representa 70 % de las ventas de licores.
Eso ocurre, entre otras cosas, porque la cerveza es la bebida alcohólica más
barata del mercado. Y porque hasta donde se sabe, parece que es una de las
pocas “bebidas espirituosas” que no puede ser “puyada” como si ocurre con el
güisqui.
En Venezuela no se
discute actualmente qué pasaría si se acaba el petróleo. Eso parece que a nadie
le importa. Lo que sí se discute en todas partes es que va a pasar si se llega
a acabar la cerveza, como se ha anunciado en los diferentes medios de
comunicación. Soy de quienes creen que Venezuela es un país tan sui generis,
que si se acaba el petróleo es probable que no pase un carajo, pero si se acaba
la cerveza habrá guerra.
Desde que asumió el
poder, en abril de 2013, Nicolás Maduro arreció la guerra popular
prolongada contra empresas Polar. Esa batalla contra una de las empresas más
importantes y más productivas del país la comenzó Hugo Chávez en febrero de
2010: "Cuidado Mendoza (…) Tengo información que algunos gerentes de la
Polar están poniendo trabas (…) La Polar, ¡ay la Polar! señor Mendoza, cuántas
cosas le hemos pasado nosotros a la Polar ya, señor Mendoza no se le ocurra a
usted volver por sus antiguos caminos”.
La orden impartida
desde Miraflores fue darle duro a Polar: desde marzo de 2008 a noviembre de
2014, el gobierno había realizado 1.835 inspecciones a las instalaciones de esa
empresa. El pasado 20 de febrero, Nicolás Maduro disparó sus dardos venenosos
contra Lorenzo Mendoza y empresas Polar: “A este pelucón lo hemos llamado desde
el Gobierno reiteradas veces para reunirnos, pero se la pasa buscando
justificaciones para hacerle daño al país. Se te acabó el tiempo, pelucón: o te
decides a trabajar por el país o te vas”.
Como Mendoza no
puso rodilla en tierra, Maduro ordenó a un sindicalista afecto al Psuv
identificado José Viera, secretario de organización del Sindicato Bolivariano
Socialista de Trabajadores de la Cervecería Polar. C.A. (Sinbolstracepoca) que
iniciara las acciones para embochinchar la empresa. Y hasta el Defensor del
Pueblo, Tarek William Saab, quien se supone debería ser un “actor imparcial” en
todo el caso, ya mostró los dientes diciendo que su despacho había recibido
“denuncias sobre supuestas violaciones a los derechos humanos, como amenazas u
hostigamiento”.
Ahora bien: ¿Por
qué el gobierno de Maduro ha decidido reiniciar la guerra de la cerveza
atacando sin piedad a una empresa como Polar que tiene una nómina aproximada de
31.000 trabajadores, 83 agencias y 16 centros de distribución en todo el país?
La respuesta la
conseguimos en un reportaje publicado el pasado 10 de enero de 2015, en El País
de España, con la firma del colega Ewald Scharfenberg, el cual dice que Polar
“produce 1,6 millones de toneladas de alimentos al año y factura al año
alrededor de 2.400 millones de dólares (…) Lorenzo Mendoza apareció en el
puesto 464 de la lista Forbes de las 500 mayores fortunas del mundo en 2014. La
revista le atribuye un patrimonio de 3.500 millones de dólares. (…) Desde 1996
(Polar) tiene operaciones en Colombia, donde produce 60.000 toneladas de harina
precocida y vende alrededor de 120 millones de dólares al año. En 2010 (Polar)
terminó una planta para la producción de maltas en Florida, EEUU (…) Solo en
alimentos procesados, en 2014 se calcula que Polar producía el 24% de los
volúmenes que se consumen en todo el país. (…) Polar se jacta de generar el 3%
del PIB no petrolero de Venezuela y de contribuir con 4% de los impuestos no
procedentes del crudo. Además, con 29 plantas de producción en todo el país, su
capacidad industrial solo es equiparable con la de la petrolera estatal PDVSA”
En un gobierno
acostumbrado a penalizar el éxito, estos números de Polar deben producir
escabiosis. Maduro y sus 40 ladrones no soportan ver como empresas Polar ha
logrado mantener sus altos niveles de producción y crecimiento. La guerra
asimétrica contra Polar, la lidera un sindicato chavista que no representa ni
siquiera al 1 % de la nómina. "Se quiere hacer ver que este es un problema
laboral para tapar la falta de materia prima (...) lo único que nosotros
queremos es que nos bajen la materia prima, no queremos un show político",
dijo a Reuters Jhonny Magdaleno, secretario general del sindicato de Cervecería
Polar, que se considera independiente. Magdaleno informó que “la planta que
elabora chapas y cajas de cerveza se paró por falta de insumos plásticos y
metálicos”.
La Federación
Venezolana de Licores (Fevelicor) informó por su parte, que se inició la venta
racionada de cervezas en el país, ante la escasez del producto. Franklin González,
presidente de Fevelicor, dijo que se comenzará a expender una o dos cajas de
cerveza por persona. Eso quiere decir que ahora no solamente habrá que hacer
colas para adquirir leche, harina, pastas, azúcar, café y papel sanitario, sino
también para tomarse unas birras.
El gobierno sabe
que la cerveza es demasiado importante para los venezolanos. Lo demostró cuando
aumentó el impuesto en vinos de un 15 a 30%, y otras bebidas alcohólicas de 20
a 50%, a partir del 22 de febrero del 2015. El aumento apareció en la Gaceta
Extraordinaria N° 6.151 del 18 de noviembre de 2014. La única bebida a la que
no le aumentaron el impuesto fue a la cerveza.
José David Cabello,
jefe del Seniat, explicó que la cerveza está exonerada del aumento de la
alícuota de los impuestos al alcohol. “La cerveza es la bebida que consume todo
el pueblo, por eso no debe pagar impuestos", dijo.
Y si la cerveza es
la bebida del pueblo, entonces ¿por qué esa guerra de quinta generación contra
la Polar? ¿Será que hay algún boliburgués por ahí con ganas de ponerle las
manos a ese negocio?
Gustavo Azócar
Alcalá
cafeconazocar@gmail.com
@GustavoAzocarA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico