Omar Barboza Gutiérrez 31 de enero de 2016
El
gobierno nacional debe decirle la verdad al pueblo venezolano y no seguir con
las mentiras de que las causas principales de la crisis son: “la guerra
económica” y la “inflación inducida” implementadas por el imperio
norteamericano y la oposición venezolana, cuando la realidad es que el verdadero
responsable directo de esta crisis es el mismo gobierno y sus políticas
económicas, acompañadas de un irrespeto reiterado a la Constitución en el
manejo de las finanzas públicas.
Para
fundamentar lo antes afirmado, debemos comenzar por decir que una gestión de
gobierno se mide por sus resultados. Según confesión del Presidente Maduro, los
ingresos recibidos por el modelo en el poder durante 15 años, fueron de un
Billón ciento ochenta y dos mil millones de dólares. Hay que hacer un gran
esfuerzo para comprender la magnitud de esa inmensa fortuna que ha administrado
el llamado Socialismo del Siglo XXI, empezando por recordar que un Billón se
escribe con un 1 y doce (12) ceros, y que estamos hablando de dólares.
La
responsabilidad del gobierno es más grave aún si recordamos que antes de tomar
el poder la llamada “revolución”, el 4 de noviembre de 1988, a través del
Decreto N° 2.991, y como consecuencia de un consenso nacional, el gobierno de
Rafael Caldera por una Ley Habilitante, acordó crear el Fondo de Inversión para
la Estabilización Macroeconómica, el cual establecía que entre los ingresos que
formarían parte de ese Fondo estaban los ingresos petroleros que excedieran el
promedio de ingresos por ese concepto durante los cinco (5) años anteriores.
Imagínense
ustedes la gran cantidad de ahorros que hubiésemos guardado durante los tantos
años que los precios del barril de petróleo estuvieron en 100 o más dólares,
superando los promedios de los 5 años anteriores. Sin embargo, a pesar de que
La Asamblea Constituyente compartió la necesidad de protegernos ante el
carácter cíclico de los precios petroleros, y en el Artículo 321 de la
Constitución estableció el mandato de establecer el fondo de estabilización, el
oficialismo representado hoy por el Presidente Maduro, maniobró con diferentes
modificaciones a la Ley de ese Fondo para no cumplir con el mandato
constitucional de ahorrar en épocas de precios altos, y resulta que lo ahorrado
en el Fondo de Estabilización Macroeconómica apenas alcanzó la cantidad de 3
millones de dólares; es decir, no ahorramos.
En
cambio, crearon fondos tales como el FONDEN, que manejó más de 100.000 millones
de dólares y lleva varios años que no publica su balance, y lo que ha sido es
un barril sin fondo que ha financiado, junto a otros fondos, inversiones en
otros países y la corrupción protegida por un manejo sin ninguna transparencia.
Además,
en vez de utilizar los grandes ingresos para fortalecer la producción nacional
de bienes y servicios, prefirió la economía de puertos, financiando así la
producción extranjera con los llamados dólares preferenciales, mientras, los
productores nacionales debieron competir con costos al dólar libre. Utilizaron
los recursos petroleros para quebrar la producción nacional.
Hoy,
cuando el despilfarro y la corrupción acabaron con los dólares petroleros y
bajó el precio del petróleo, estamos en el peor de los mundos, sin producción
nacional y sin dólares para importar, es allí donde está la crisis.
Como
si lo anterior fuera poco, el gobierno nacional en complicidad con el Banco
Central de Venezuela, además de mantener una política cambiaria con varios
tipos de cambio, estimulando la falta de confianza, la incertidumbre y la
inestabilidad monetaria, en vez de rectificar para corregir los efectos
negativos de esas políticas, decidieron ejecutar una política irresponsable
para tratar de aparentar normalidad económica, emitiendo cantidades
astronómicas de dinero sin respaldo, mientras iban cayendo las reservas
internacionales.
De tal
manera que el gobierno de Maduro, además de dirigir la guerra económica en
contra de la producción nacional, se convirtió también junto con el BCV, en el
gran impulsador de la “inflación inducida” que le trata de achacar a la
oposición venezolana.
La
prueba de lo antes dicho la sustentamos con cifras del propio BCV, con
fundamento en las cuales afirmamos: El 31-12-2011 las Reservas Internacionales
eran de 29.892 mil millones de dólares, y el dinero en circulación era de
295.656.029 millones de bolívares; en cambio, para enero de 2016, las mismas
están entre 15.000 y 16.000 millones de dólares y el dinero en circulación está
en 4 billones 28.000 millones de bolívares; es decir, en cinco (5) años
mientras las reservas bajan, el dinero inorgánico se incrementó en más de 3
billones setecientos mil millones de bolívares.
Es
evidente que la gran emergencia nacional es la rectificación. Es decir, el
cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico