No acostumbro a pronunciarme
por lo que escriban o digan terceras personas, pero en días donde se encuentran
en "extremas dificultades" el gobierno, el PSUV, sus aliados yese
ente abstracto que se llama "Revolución Bolivariana" donde teóricamente
cabemos todos los revolucionarios (y no solamente un grupito) me veo
forzado a evitar que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
sea usada como papel toilette (tualé) por ignorantes de la ciencia jurídica,
quienes proponen criminales disparates en prensa escrita y TV creando confusión
colectiva.
Estos advenedizos aprovechan el cuadro de stress postraumático,
angustia, desconcierto y depresión severa que sufre el pueblo chavista como
resultado de la aplastante derrota electoral sufrida el pasado 6 de diciembre
de 2015. En mala hora aparecen curanderos jurídicos haciendo propuestas
alocadas y hoy les voy a responder.
Ante la amenaza de Henry Ramos
Allup contentiva de un presunto despido masivo contra los trabajadores de la TV
de la Asamblea Nacional, un "constitucionalista revolucionario"
sobrevenido (esos que ahora aparecen en TV fabricados desde una caja de jabón)
dijo que Maduro podría exterminar el poder legislativo y para ello
invocó el artículo 240 constitucional, primer aparte:
"La remoción del
Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva en tres oportunidades
dentro de un mismo período constitucional, como consecuencia de la aprobación
de mociones de censura, faculta al Presidente o Presidenta de la República para
disolver la Asamblea Nacional. El decreto de disolución conlleva la
convocatoria de elecciones para una nueva legislatura dentro de los sesenta
días siguientes a su disolución".
La gravedad del error reside
en interpretar erróneamente el texto fundamental de la nación y lanzar esa
basura leguleya al espacio mediático. No todo el mundo sabe sobre Derecho pero
por sentido común (y eso lo debe tener un autoproclamado
"constitucionalista revolucionario") debería ser prudente evitando
expresar "estoraques" o mamarrachos no verificados que debiliten,
confundan, embrutezcan o siembren falsas expectativas al golpeado pueblo
chavista con una mágica fórmula que solo contribuye a hundir más al
amenazado gobierno de Maduro y al propio movimiento revolucionario.
No escribiré yo aquí una Tesis
de Derecho Constitucional, ni comentaré de mis estudios doctorales, ni haré
gala de los certificados jurídicos que obtuve en Nueva York, sur de España o
Venezuela Bolivariana; ni empezaré a hablar inglés ni ninguno de mis otros tres
idiomas (como ex traductor de congresos internacionales de comunistas) aunque
otros académicos chavistas frecuentemente alardean del francés; prefiero no
usar adornos y ser directo, claro, preciso y apto para todo público.Mi certeza
es: sólo si mi conocimiento llega al pueblo, es que vale la pena mi trabajo.
Veamos los hechos y el
Derecho:
1) Sólo el caso específico del
240 constitucional permite al Presidente disolver el parlamento. Ya ocurrió en
Ecuador y se llama en doctrina "Fuego Cruzado".
2) Disolver el parlamento
invocando la defensa de los trabajadores no tiene base constitucional ni
legal.
3) Si el parlamento viola
derechos de los trabajadores, no se puede disolver ese órgano, sólo podría
solicitar concretamente la nulidad del acto violatorio que ocasiona la
violación de un derecho específico de los trabajadores. El procedimiento sería
exclusivamente por vía judicial y lo dictaría el Tribunal Supremo de Justicia.
Ejemplo: Ramos Allup y su nueva Asamblea Constitucional dictan
una "Ley que contra el ingreso de militantes chavistas a cargos
públicos". En ese caso yo actúo judicialmente denunciando la violación del
principio de no discriminación que dice:
Artículo 21: "Todas
las personas son iguales ante la ley; en consecuencia: No se permitirán
discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o
aquellas que, en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar
el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos
y libertades de toda persona".
Pero hablemos de política
pura: lo menos que necesita el gobierno es negar que ocurrió la apabullante
derrota del 6-D mediante la fabricación de una fórmula mágica. La obligación
ahora es la crítica y la autocrítica para entender la causa de este escandaloso
fracaso. Lo menos que necesita el gobierno es contarse electoralmente (si se
disolviera la Asamblea, inmediatamente se llamaría a elecciones para escoger a
una nueva) porque si el 6-D el PSUV y sus amigos obtuvieron 42% de los
votos tengo certeza de que hoy obtendrían menos. Lamentablemente cuando la
gente ve un árbol caído se aleja y busca al nuevo árbol dominante. Eso se llama
oportunismo, y en Venezuela no crea nadie que son pocos los oportunistas y que
son muchos los militantes formados ideológicamente con disposición a luchas y
sacrificios.
La estupidez que propuso un
genio leguleyo es un suicidio. Es como el boxeador malcriado que recibe
tremendo golpe y cae a la lona. Entonces a duras penas se levanta y en vez de
evitar el intercambio de golpes, correr un poco, amarrar los brazos del enemigo
(o sea, inteligentemente ganar tiempo para recuperarse) prefiere continuar la
lucha golpe por golpe y por desbocarse le propinan el definitivo nocaut. De
boxeo conozco bastante porque lo estudio y practico desde niño.
Yo por sentido común, evitaría
adelantar otra elección hasta que no se normalice la situación económica
resolviendo la escasez de alimentos y medicinas porque de lo contrario la
derrota sería peor que la del 6-D. El mensaje es: con Guerra Económica, el
PSUV no gana más nunca una elección en Venezuela. ¿Acaso no se ha dicho
que quien ganó el 6-D fue la guerra económica? Pregunto: ¿eso ya se resolvió?
Por favor señores
leguleyos con el disfraz de abogados constitucionalistas revolucionarios, por
amor propio desistan de hacer el rídiculo en televisión y desaparezcan de los
programas de opinión. Asimismo a los directivos de la televisión oficial que me
han vetado porque no me sumo al elenco de focas y jalamecates, entonces por lo
menos tengan dignidad de justificar sus sueldos llevando a expertos con
solvencia intelectual. Maduro tiene el arma para disolver la Asamblea
Nacional pero no debe activarla.
Agrego a las medidas que
sirven de solución, la urgencia de corregir el sectarismo, el voluntarismo, el
culto a los funcionarios, la desunión entre revolucionarios, la falta de
espacios amplios para la discusión interna más allá de los partidos y la ausencia
de tolerancia para la crítica y la autocrítica. No todo el que critica es
imperialista, capitalista, pityanqui, ni pelucón. Por lo menos yo soy
comunista adaptado al siglo XXI (pero no de los falsos que apoyaron a Caldera)
30-01-16
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