Luis Manuel Esculpí 10 de febrero de 2016
No se
sabe si los voceros del oficialismo creen realmente en lo que dicen o si todo
es una gran operación de simulación. Insisten en una predica sin credibilidad,
lo de la guerra económica no encuentra eco ni siquiera entre sus partidarios.
En el discurso a veces surgen ráfagas de reconocimiento de la gravedad de la
crisis y como si nada pasan de inmediato a la repetición dela fraseología con
su correspondiente secuencia de consignas.
Hablan
de un país inexistente, todos los males están referidos al pasado, aunque
tienen diez y siete años gobernando. En su mandato la degradación de la calidad
de vida de los venezolanos ha llegado a niveles inimaginables. En materia de
inflación, escasez e inseguridad ocupamos los primeros lugares en las
estadísticas mundiales. Hay señales cada día más alarmantes. Maduro es
prisionero de sus indecisiones, no sabe a quién oír, no opta por ninguna de las
recomendaciones de sus asesores. Lo abruman las contradicciones, no tenía ni la
menor idea de lo que significaba asumir esa responsabilidad. Ahora duda si fue
favorecido o perjudicado por tal designación. En su partido -PSUV- día a día
aumentan las dudas sobre sus competencias y capacidades para hacerle frente a
una situación como la actual. Se encuentra frente a una verdadera encrucijada,
lo peor es que no encuentra respuesta para salir del atolladero.
Entre
tanto hay signos cada vez más preocupantes de anomia; el DRAE la define como :
"el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales
o de su degradación" también como la "ausencia de ley". Desde
hace ya algún tiempo el sur del estado Aragua y el norte de Guárico constituyen
dominios de las bandas de El Picure y Juvenal. En La ciudad capital es conocida
la presencia de bandas organizadas, con armamento sofisticado y sistema de
comunicación propio, actuando a sus anchas en la cadena de barrios que va desde
la cota 905, pasando por los de El cementerio y El Valle hasta alcanzar la
carretera panamericana. En el estado Miranda en la zona de El Tuy se vive una
situación semejante, se comenta con insistencia que uno de los jefes de banda
de Guárico está extendiendo su influencia en esa zona.
Más
recientemente los venezolanos observamos estupefactos el homenaje póstumo
provisto de armas de guerra -que solo poseen las FAN- le hicieron los reclusos
de la cárcel de Margarita a El conejo.
El
miércoles tres de febrero en la tarde en Maracay circularon volantes
especialmente en los comercios y centros educativos llamando a suspender sus
actividades. El toque de queda no era para conmemorar - como todos los años
hace el gobierno- el cuatro de febrero. El jefe del "tren" de Aragua:
el chino de la pedrera, lo convocó para que pasara sin ningún tipo de
interrupción, el cortejo fúnebre de uno de sus "luceros" (escolta).
Ya se ha convertido en un lugar común la afirmación que con este régimen la
capacidad de asombro luce inagotable.
En el
mismo estado Aragua en el Destacamento Guardia de Honor en la Victoria el cinco
de febrero robaron un verdadero arsenal, que luego fue recuperado en el estado
Miranda. El día anterior se había presentado también una situación irregular en
una instalación de la Guardia Nacional en Caricuao.
Como
puede desprenderse del somero recuento hay zonas del país donde la presencia
del estado es prácticamente inexistente, los secuestros exprés, las armas de
guerra en los centros penitenciarios, el sicariato y los pranes son fenómenos
nuevos, no atribuibles a los males del "puntofijismo"; su aparición y
desarrollo es de este periodo. Así como este gobierno ha demostrado su
incapacidad para enfrentar la grave crisis económica, igualmente ha sido
incapaz de abordar las señales cada vez más preocupantes de la extensión de una
especie de anomia. Una razón más para plantear el cambio político necesario y
posible.
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