Omar Barboza Gutiérrez 10 de febrero de 2016
Hoy todos debemos tener clara la idea
de que la respuesta de fondo a esta crisis que estamos viviendo debe ser el
propósito de construir un modelo de desarrollo para nuestra sociedad que esté
sustentado en instituciones fuertes al servicio de todos, donde la ética y el
estado de derecho imperen, y que combine equilibradamente el progreso económico
con la justicia social.
Esa definición previa es la que nos
permitirá incorporarnos al progreso mundial representado por países que tienen
como prioridades la educación de calidad, el avance tecnológico, la innovación,
el equilibrio ambiental, la satisfacción de las necesidades materiales y
espirituales del ser humano, con capacidad competitiva en el mundo globalizado
de hoy, donde el sector servicios tiene preponderancia económica sobre las
materias primas, y donde se tiene disponibilidad informativa en tiempo real de
lo que ocurre en el mundo.
El tamaño de las dificultades que
vivimos, obliga a la dirigencia nacional a buscarle salidas prácticas e
inmediatas a la coyuntura; pero, por supuesto, la primera obligación en esa
dirección la tiene quien hoy ejerce la Presidencia de la República, quien debe
ser el primer promotor y facilitador de las soluciones. Empezando por reconocer
la necesidad de rectificar a fondo las políticas públicas que han generado la
crisis, y buscar alternativas que nos pongan en condiciones de superar esas
dificultades y avanzar con una visión realista y moderna del rumbo que le
debemos dar a los temas de interés nacional.
Por la conducta que le observamos al
Presidente Maduro, es lamentable percibir que tanto su actuación como su falta
de decisión para afrontar los problemas con sentido realista, lo convierten
cada día más en el obstáculo para que el país salga de la crisis en la cual lo han
metido muchas de sus decisiones. Mantener, por ejemplo, un tipo de cambio y
unos llamados precios justos que solo existen en la Gaceta Oficial o en las
resoluciones del gobierno, sin entender lo que está pasando en la economía
real, o proponiendo supuestas soluciones que además de no serlas, contienen una
concepción primitiva de la economía y de la evolución social, tal como la idea
del conuco productivo, es alarmante; y nos hace pensar que la crisis es todavía
más grave, porque en estos casos las limitaciones mentales son más graves que
las físicas, y ellas no le permiten tomar las decisiones que todos los días
anuncia que va a tomar.
Esa percepción se nos agravó el
pasado domingo 31 de enero, cuando en una sola página del diario El Universal,
la 1-4, leímos tres informaciones que nos confirman lo que sospechamos.
En la parte superior de la página, el
señor Nelson Quijada, Presidente de Coposa, una empresa de muchos años dedicada
a la promoción de la siembra de oleaginosas, a su proceso industrial y a su
distribución, declara haber asistido como parte del sector privado a
innumerables reuniones con el gobierno en el Fuerte Tiuna, en el Banco Central,
en el Centro Internacional de Educación y Desarrollo (CIED), y en distintos
despachos como escenarios de encuentros, debates y propuestas, para analizar la
situación económica y buscar soluciones, y hace afirmaciones como las
siguientes: “mientras se siga anunciando qué se va a hacer y no se hace, se
crean expectativas y la gente empieza a no creer” y agrega: “….la gente se
cansó de que no se tomaran las medidas, no entiende cual es la espera”.
En la parte inferior de la misma
página, el señor Roger Figueroa, Presidente de la Cámara Venezolana de las
Industrias Lácteas, expresa que la situación del sector lácteo es crítica por
la carencia de empaques para la leche, a lo cual señala: “hasta ahora existe
mucho discurso y reuniones con el sector oficial, pero no se anuncian las
medidas para producir y combatir la escasez en el caso concreto que presenta el
rubro lácteo en el país”, agregando “….que ya no hay más tiempo para seguir con
el diálogo, por cuanto el diagnóstico está hecho y los problemas han sido
detectados por los empresarios y el gobierno”, y concluye: “….es hora de que el
Presidente de la República ejecute acciones pertinentes, por cuanto el país
entero está esperando respuesta”.
Como tercera información de la página
citada, aparece en reseñada una actividad que realizó el Presidente de la
República el día anterior en el “I Encuentro Articulador y Productivo de la
Agricultura Urbana” en el que el primer mandatario recalcó “….la importancia de
recrear el concepto de conuco y llevarlo a distintas escalas como ente
productivo, para la satisfacción de la familia, la comunidad y el país en
materia de alimentos”.
Desde hace muchos años, el conuco en
Venezuela es un símbolo de atraso económico y de falta de justicia social.
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