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sábado, 30 de julio de 2016

“La oposición enfrenta el reto de crear esperanza en quienes viven cada día peor”, por @MackyArenas



Macky Arenas 29 de julio de 2016

Entrevista a Ramón Piñango. Sociólogo. Sabe, de verdad, sobre entorno social, organizaciones y liderazgo. Coautor de “El caso Venezuela, una ilusión de armonía” (IESA, 1985).  Profesor Titular Permanente del Centro de Gerencia y Liderazgo del IESA. Lo suyo es el comportamiento organizacional, con particular interés en liderazgo, organizaciones positivas, la relación entre las organizaciones y su contexto social y cultural, la resiliencia organizacional en entornos adversos y empresas familiares. Es acucioso e incisivo. Siempre se está preguntando lo que nadie se pregunta y él mismo se responde lo que muchos no alcanzan a visualizar. En medio de la tormenta, su cuestionamiento es un punto de luz.

_  El país está lleno de angustia. Parece ser el estado natural de los venezolanos… No sólo sufren las personas de a pie, también las élites del país. El sufrimiento es lo único “democrático” que nos va quedando.
_  Constato dos cosas: en primer lugar, ver cómo el país se deteriora a lo largo de los años. Hago el ejercicio de tratar de encontrar algo que esté igual o mejor que hace diez años y no lo consigo. Me encantaría poder encontrarlo en cualquier ámbito pero no me ha sido posible. Lo otro es el no saber qué va a pasar, la incertidumbre, lo cual es terrible pues afecta todo. Afecta los negocios y, en lo personal, a cualquiera. La pregunta es qué hacer con el dinero. Si hoy me liquidan ¿qué hago, en qué invierto? Y luego, si te preguntas qué va a pasar, tener la turbadora sensación de que cualquier cosa puede pasar. ¿Y qué es cualquier cosa? Pues eso, cualquier cosa.  ¿Quieres algo más terrible?

_  ¿Se refiere al ámbito de lo político?
_  En todo. Y una de las cosas que ocurre con la incertidumbre es que el horizonte temporal se te reduce.  Al planificar, antes podíamos pensar que corto plazo es un año, mediano plazo son tres años y, de tres años en adelante, es largo plazo. Ahora un año es largo plazo. Es difícil sobrevivir cuando los plazos se te reducen de una manera tan significativa.

_  Muchos países han tenido problemas y, sin embargo, la gente no emigra. Aún en países en guerra la gente intenta quedarse. ¿Qué pasa que los venezolanos se van, a sabiendas de que la experiencia puede ser fallida?
_  Incertidumbre, definitivamente. Ella hace, incluso, que recurras a los videntes. Me impresiona ver –y te reirías- si te cito personas insólitas, intelectuales por ejemplo, pendientes de qué dice los lunes Mister Popo o cualquier otro adivino. Y no es porque crean en eso sino porque es otra fuente de información que hace un esfuerzo por crear certidumbre: “yo te digo lo que va a pasar”.  Lo grave es que todo esto lo lleva a uno a desconfiar de la gente que dice: “no te preocupes que dentro de un año esto cambia”. O estás hablando tonterías o tienes información que no tengo. Y esto está afectando a todos los estratos sociales, hasta al mundo intelectual.

INSEGURIDAD

_  ¿Cree que lo que describe es causa de la indiferencia del gobierno, de que está en una tesitura de recrudecer la represión o podría ser que la propia oposición esté potenciando la incertidumbre?
_  Hay otro factor de acoso: la inseguridad, que no es otra cosa que el aumento sostenido de la probabilidad de morir asesinado. En eso estamos, eso es lo que está ocurriendo. Impacta ver diariamente el reporte del número de asesinatos. ¿Cuántas personas van a la morgue por semana o mes? Y no estamos hablando de zonas difíciles, lo estamos viendo en Chacao. Eso hace que la gente se vaya, también, buscando seguridad. Y, si además de la inseguridad, le añado la inflación que dicen cada vez será peor, comienza a convertirse el dejar el país en un acto racional. Hay gente que, no obstante, decide quedarse porque, curiosamente, una situación tan adversa abre posibilidades.

_  ¿Cómo cuáles?
_  Puede sonar cínico el que lo diga – y no lo soy- pero igual lo diré: mientras más profesionales se van más oportunidades para los que se quedan. Uno sabe, por personas de trabajo, que hay empresas que están invirtiendo y que no se van. Hay gente que confía en que esto va a cambiar en algún momento, no predecible fácilmente, pero siente que cuando esto cambie las oportunidades de multiplicarán. Por supuesto, para los que se sostienen y tratan de fortalecerse en la crisis.

_ Y la gente estudia, sabiendo que no hay mercado de trabajo.
_  Estudian y se están preparando. Es una apuesta dura, difícil, pero deciden invertir en sus estudios y en la educación privada porque creen que vale la pena. Bien para sostenerte aquí o afuera.

_  Tampoco es fácil desvincularse de todo este entretejido donde uno se ha formado y ha crecido profesionalmente para llegar a un país donde serás un número más. El venezolano, entonces, tiene dos incertidumbres, tanto si se queda como si se va.

_  Es cierto.  Hay estudios que muestran que lograr establecerse y estabilizarse fuera lleva unos diez años, así que uno se puede ir hasta los 35 o 40 años, máximo ¿Luego qué? Conseguir trabajo después de los 50 años en países competitivos – y casi que cualquiera lo es hoy- es muy cuesta arriba, pero lo significativo es que se nos ha hecho difícil la cotidianidad en sus detalles. Recibimos bofetadas a cada momento. En las afueras de un conocido automercado de San Antonio de Los Altos, una persona cercana me relató que, estando en cola, una señora vio  palomas picando en el asfalto y brincó para atrapar una, la metió en su bolsa y dijo: “¡Hoy como carne!”. Vivirlo y aún contarlo es chocante. Cuesta creerlo. Es como una imagen de cine de posguerra pero esas cosas están pasando.

_  ¿Cómo ve al gobierno y a la oposición?
_  El gobierno se empeña en mantenerse en el poder a como dé lugar, de cualquier manera, sin mostrar la más mínima disposición al diálogo. Habla de diálogo pero pone presos a dos jóvenes –Márquez y San Miguel- que estaban  trabajando durante la recolección de firmas. O acosa periodistas, los retienen, le quitan celulares y equipos al mismo tiempo que hablan de dialogo. Mientras tanto, un vocero del Polo Patriótico dice que pedirán la anulación de la Asamblea Nacional para convocar nuevamente a elecciones. ¿Globo de ensayo? No lo sé, puede ser  pero el hecho es que ese es el tono de quienes hoy tienen el poder. La oposición pareciera vivir un tiempo político muy lento en relación a los problemas que la gente está sufriendo. Si lo de hoy es alarmante, no hay razón para pensar que en noviembre estará igual pues sería una insensatez. Todo indica que estará peor. La oposición enfrenta el reto de crear esperanza a gente que vive una vida cada vez peor.

_   ¿Con el Revocatorio?
_  Obviamente el gobierno juega a crear desconfianza en que se realizará. Amedrentan por todos lados, crean dificultades y tienen una trayectoria de comportamiento que indica que no se puede confiar en ellos. La desconfianza en el gobierno no es caprichosa pues han cumplido con muchas de sus amenazas.

 _  ¿Cómo se explica que un gobierno, a todas luces pendiendo de un hilo, se mantenga?
_  No se mantiene solo por su habilidad, hay una forma de comportarse de la sociedad que lo sostiene. Eso incluye a la sociedad civil en  general y al mundo político en particular. Pareciera que el mundo político no logra movilizar a la sociedad civil. Todavía, con todo lo que está pasando, que ocurra una manifestación de la sociedad civil organizada, Iglesia, sindicatos, gremios empresariales que digan “hasta aquí, esto no puede seguir”, no está en el panorama. Ni siquiera para algo tan puntual como exigir al gobierno que acepte la ayuda humanitaria. No lo he visto, ni tú tampoco pues no ha ocurrido el que se haya concretado. Eso es calle, lo que pasa es que la gente cree que calle es patear asfalto. Calle es movilizar a la sociedad civil.

_ Diga eso a los dirigente políticos y se les descuadra el mundo.
_  Sí, porque argumentan que eso es lanzar a la gente como carne de cañón, pero lo cierto es que no hay disposición, no han querido, o no han podido movilizar a la sociedad. Repito, para cosas puntuales como lograr que se acepte la ayuda humanitaria. Faltan medicinas muy importantes, por ejemplo, para la gente que convulsiona, que sufre distintas dolencias. Hemos escuchado declaraciones aisladas, pero no hay movimiento. Hay ofertas importantes de ayuda humanitaria desde el exterior y la sociedad incapaz de moverse, ni siquiera el liderazgo. Y el gobierno se niega a hacerlo para no reconocer de manera indirecta que hay un grave problema en este país.

EL MILAGRO

_  ¿Qué cree que falta para que dejemos el “…y no pasa nada”, lo que se dice como si se estuviera ubicado lejos del problema, como si fuera responsabilidad de otros?
_   La gente sigue esperando un hecho milagroso, grandioso, que cambie el estado de cosas, que los militares actúen, que se produzca una explosión social. Como van las cosas pareciera que son dos las posibilidades: que continúela debacle, pues hay gente que apuesta por un deterioro tan tremendo que conduzca a un cambio de gobierno. El problema es que cuando sea mucho mayor, hacer algo será cada vez más difícil. O tendrán la razón quienes piensan que se avecina una gran calamidad que ocurriría repentinamente, lo que llevaría a una crisis definitiva.

_  El problema es que se percibe un pugilato de ambas partes –gobierno y oposición- por el desgaste del otro y quien sufre es el pueblo
_  Cierto. A veces da esa impresión. De ser así, espero que no todo el país apueste  a lo mismo. Sería una falta de ética tremenda en el juego de poder. La actuación política no puede jugar con la necesidad del otro. Estamos hablando de muertos, de dolor, de sufrimiento de la gente. Uno no cuenta el tiempo que falta para el revocatorio en términos de meses, semanas o días, sino de número de muertos. La pregunta que uno se hace es muy cruel: “¿a cuántos muertos estamos del revocatorio?”.

_  Dentro del barajo ¿qué es lo mejor que le podría pasar al país?
_  No tengo ningún elemento para decir que ocurrirá, pero sería la renuncia. Hasta donde nos da la vista, no se vislumbra ninguna actuación política de la oposición para generar la renuncia. De hecho, algunas figuras del mundo político opositor jugaron a eso y todavía insisten… Pero es una retórica sin mayor impacto. Es obvio que están poniendo los huevos en una sola cesta: el revocatorio.

_  ¿Y eso no es bueno?
_  Creo que debíamos estar jugando en más de un tablero. El juego político es más amplio. Debe haber contacto entre políticos de distintos mundos. No tengo ninguna información de que eso se esté haciendo.

_  La primera desinformada es la sociedad civil en cuanto a lo que aquí se está ventilando. El día entero hay que hacer conjeturas y jugar adivinanzas
_  Descubramos en nosotros mismos lo que le está pasando a muchos. Todo ciudadano es actor en esta sociedad. Hay días en que uno amanece con más optimismo que otros y días en que amanecemos muy pesimistas. De repente hay pequeños detalles que inclinan la balanza pero ello lo que te indica es la fragilidad en que estamos viviendo. Afecta el ánimo. Carecemos completamente de información sobre  ámbitos importantes del país, no sabemos realmente  lo que está pasando en el PSUV, en el mundo militar, todo lo que hay son rumores y especulaciones. Incluso, es mucha la gente que no entiende cómo está jugando el juego la dirigencia opositora.

_  Nadie quiere pagar un costo político.
_  Las cosas siempre pueden ser mucho peores. Tenemos un gobierno incapaz de dar respuestas y una oposición que no logra orientar a la gente. Todas las investigaciones revelan que del liderazgo se esperan tres cosas: dirección, protección y orden. Que alguien diga hacia dónde y cómo vamos. Que aseguren mi vida, que es protección. Y generen posibilidades, que es el orden. Si pones al ciudadano a escoger entre el sistema político y la vida, optan por la vida.  Es allí donde puede emerger otro actor, que puede ser cualquiera y es lo peligroso. Hay gente por ahí que quiere representar una tercera opción ¿Será eso? ¿Quién sabe? Es un riesgo. Y si ocurre un revocatorio, se abre una caja de Pandora. El mito dice que en el fondo de la caja hay esperanza, puede ser, pero no sabemos cuán profunda es la caja para llegar al fondo.-

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